Sala de castigados

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California: Crescenta Valley: Crescenta Valley High School: Planta baja: Sala de Castigados.

3 de Noviembre: 13:24 pm

Nada más ni nada menos que cuatro chicas y cuatro chicos se encontraban en esta sala por motivos diversos. Ninguno de ellos se conocía. Quizá hubieran coincidido en alguna clase, o se hubieran cruzado por los pasillos, pero no había uno sólo que se supiera todos los nombres de los que se encontraban allí.

Una de las chicas, que iba vestida con una bonita sudadera de estampados de flores, no dejaba de llamar a la profesora de secretaría mientras el resto de castigados suplicaban en sus mentes que se callara. La chica, a la que le gustaba que la llamaran Lily, volvió a dar un último golpe en la puerta:

-Señorita Caney yo no debería estar aquí, le juro que no hice nada.

-Chica-habló uno de los varones, moreno y no muy alto al que todo el mundo nombraba como Cam-Nadie va a sacarte de aquí, asique deja de gastar la voz.

Lily pareció darse por vencida tras mantenerle la mirada por unos segundos a Cam. Se sentó delicadamente en una de las sillas colocando su mochila blanca intacta y con mariposas de colores sobre su regazo.

Otro chico, de tez clara y pelo oscuro y con nombre Dylan, dejó caer su cabeza a las manos con un estruendoso golpe:

-¡Por fin! estaba rezando para que te callaras.

Sia, la única pelirroja del lugar, dijo algo mientras se miraba distraídamente sus uñas mordidas:

-Rezar no sirve de nada, utiliza tu tiempo en otra cosa. Como pensar en la vida y todo lo que vive a tu alrededor, y...

-Es una forma de hablar, listilla.-interrumpió Dylan haciendo una mueca cual niño de cinco años, y a Sia le pareció también una buena forma de mostrar su descontento con el chico.

Nick, un muchacho corpulento y de pelo rizado, no dejaba de mover su pie creando un repetitivo compás con el suelo. Probablemente eso era lo que más molestara a los estudiantes, pero los que no se atrevieron a decirle nada, se acostumbraron a tener el sonido como banda sonora del castigo. Sólo hubo uno que esperó y esperó a que Nick dejara su pie quieto, cosa que no fue así, asique decidió pedírselo él mismo. Éste era Luke:

-¿Podrías parar? Acaba siendo molesto pasados los cinco minutos.

El chico del pelo rizado miró con los ojos entrecerrados al rubio de Luke, y cesó su movimiento de pie.

El silenció comenzó a extenderse por la sala, y pronto llegó el aburrimiento. Hasta Luke se arrepintió de haber hecho parar a Nick, ya que de esa manera al menos se entretenía pensando cómo iba a decirle que parara. El tiempo pasaba cada vez más despacio, y para empeorar la situación los estómagos les recordaban que se estaban perdiendo la hora de la comida.

Las tripas de una de las chicas, de pelo muy oscuro y cejas pobladas pero bien definidas, sonaron. Esta chica, Kate, se quejó débilmente y apoyo su cara en tabla unida a la silla, dejándola resbalar por el tablón verde:

-¿Qué hora es? Me muero de hambre.

-Aún quedan cuarenta minutos antes de que nos dejen ir a casa.-contestó Lana, una chica morena de pelo rubio que hasta el momento no había dado señales de vida.

Todos imitaron a Kate y posaron sus mejillas en el tablón verde unido a la silla.

Nick se levantó y miro a través del cristal que había en la puerta. No vio a nadie, pero volvió a comprobarlo mirando desde todos los ángulos posibles. Luego se ajustó su chaqueta de cuero falso y se paseó por la sala.

-No sé vosotros,-informó al ver al resto con cara de asombro-pero yo no pienso aguantar aquí ni un minuto más.

Llegó hasta la pared donde había unos ventanales y abrió uno de estas, y justo cuando comenzaba a introducirse a través de la ventana, alguien abrió la puerta:

-¿Qué haces?-dijo una señora de mediana edad rubia y con una colorida carpeta entre los brazos.

Nick bajó rápidamente de la ventana y comenzó a balbucear pensando en una excusa.

-Siéntate, como te vea un profesor te podría expulsar.

La señora se sentó en la silla del profesor que había colocada al frente del resto de sillas que eran para alumnos.

-Señorita Switch, ¿nos va a sacar de aquí?-preguntó Kate a la orientadora del instituto.

-¿Qué?-la orientadora soltó una pequeña risa e hizo un gesto con la mano-No me dejan hacer eso. Y no me llaméis Señorita Switch, ya sabéis que podéis llamarme Mery.

Mery se levantó y se sentó en la mesa del profesor balanceando las piernas.

-¿Y bien?-habló Nick, que ya se había vuelto a acomodar en una de las sillas.

-¡Oh si!-volvió en sí la orientadora-He venido para ''hablar con vosotros''-dijo formando unas comillas en el aire-Quieren que os diga que no está bien lo que hacéis y bla bla...Pero no me apetece dar sermones aburridos ahora, prefiero hacer otra cosa.

-¿Y qué sugiere Mery?

-¡Contadme por qué os han castigado!

Castigados [Nick.J, Cameron.D, Luke.H, Dylan.O]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora