Fuck me again, please

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Jungkook reposó su cabeza en el hombro de Jimin, con los ojos cerrados, esperando que el éxtasis del momento se extinguiera por completo.

El problema fue que, cuando logró estabilizar su respiración, fue que entró en razón: ¡Se había follado a su propio hyung! Y no a cualquier hyung, sino al hyung que le gustaba.

Yugyeom estaría muy decepcionado de él si se enteraba… eso no iba a ser nada bueno, mierda.

No se supone que debía dejarse llevar por las provocaciones de Jimin y desatar su lado salvaje con ellas. Sabía que, en el fondo (y quizá no tan profundo), Jimin deseaba una cosa como aquella… y quizá, había hecho bien cumpliendo su fantasía (de ambos, de hecho) pero eso no quería decir que el hecho de que haya perdido el control, de modo que ni siquiera lo llevó a la cama, le demostraba que no se encontraba del todo “curado”.

Mierda.

Parpadeó un par de veces para enfocar su visión, encontrándose con la bellísima imagen de Jimin medio dormido, mirándole con una lánguida sonrisa de autosuficiencia. Joder, quería hacerlo de nuevo.

Pero no. No estaba bien. Debía convencer a su cuerpo de que estaba satisfecho con una sola vez. Solo una, solo una, solo una…

- Kook…- susurró Jimin. Jungkook le miró con la vergüenza a flor de piel. No era su intención dejarse llevar de ese modo, de hecho, lo tenía rotundamente prohibido. -Quiero hacerlo otra vez.

Los ojos de Jungkook se abrieron tan grandes, que temió dejar de ser coreano.

- No. – demandó, completamente firme. Jimin enfureció.

- ¡¿Por qué?! – exclamó, moviéndose en protesta, lo que ocasionó que la hombría de Jungkook se deslizase por su interior, haciéndoles gemir a ambos.

- N-no sabes… lo que estás pidiendo…- balbuceó Jungkook, con la intención de salir cuanto antes de ese caliente culo. Pero Jimin no quería ceder.

- E-estoy c-completamente consciente d-de lo que te pido, Kookie…- susurra Jimin, meciendo letárgicamente sus caderas. Kook se retorció, cerrando los ojos y dejándose llevar por un momento. Jimin amó la forma en la que la polla del menor endurecía nuevamente en su interior, haciéndolo sentir lleno. De repente, se percató de un no tan importante detalle que le dejó inquieto. -¿Dónde están tus lentes?

Jungkook abre los ojos de forma dificultosa, intentando procesar la pregunta para así intentando procesar la pregunta para así intentar responderla.

- L-los he dejado en el auto. – responde, tomando en cuenta por primera vez desde que llegó a casa, que los había olvidado allí dentro. Jimin mueve sus brazos atados y los pone frente al rostro de Kook, con una súplica silenciosa en la mirada. – No te voy a desatar.

Jimin hace un puchero.

- ¿Por qué no? – inquiere, haciendo a punto de empezar una pataleta. Jungkook frunce el ceño.

- Me gusta tener el control y tú eres muy inquieto…-le hace saber Jeon, empujando dentro de él, robándole un gemido profundo de la garganta. Jungkook sonríe y suelta un suspiro.- En especial cuando estás ebrio.

- Mmh, Kookie es un controlador…- murmura Jimin, lamiéndose los labios. -Me gusta.

- Mierda, deja de provocarme. – gruñe el menor, embistiendo nuevamente.

- Oh, Kook… más duro…- suplica el mayor, completamente indiferente a las palabras del más alto. Jungkook suelta un bufido cuando se da cuenta que está siendo cruelmente ignorado y se limita a cumplir la petición de Jimin.

FALOFILIA ★ KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora