Semana Soudam (4ta edición Verano 2020)

Hasta que la desesperación nos separe (parte 1)

Día 2: Mente maestra

No les encantan estas historias? A mi si

Cuando Kazuichi llegó por primera vez a la isla, estaba bastante extasiado. Nunca antes había estado en ningún tipo de vacaciones en su vida, especialmente en un paraíso tan tropical que era tan perfecto que podría haber salido directamente de un sueño. Sí, sabía que era realmente extraño que nadie recordara cómo llegaron allí y que un conejo de juguete con un vestido con volantes se llamaba a sí misma su maestra, pero por alguna razón no había podido preocuparse. En cambio, solo había sentido una especie de emoción desde el fondo de su mente acerca de estar en la isla.

Todo sobre la isla era perfecto, aparte de que quizás los aviones no tenían motores para su gran decepción. Pero por lo demás, amaba lo que veía. El cielo estaba despejado por cualquier nube y el sol brillaba sobre ellos en un calor confortable. También le gustaban mucho sus compañeros de clase a quienes conoció cuando había explorado la isla por primera vez. Uno de ellos es Gundham Tanaka, a quien conoció en el aeropuerto. Al principio descubrió que el criador de animales amante de lo oculto era muy extraño, pero captó su interés. De hecho, sintió esta extraña atracción hacia él desde el momento en que lo vio.

Al principio lo había ignorado, porque ambos tuvieron que terminar de explorar la isla primero. Sin embargo, todo el tiempo Kazuichi no había sido capaz de sacudir este sentimiento como si conociera al otro de alguna parte. Como si lo hubiera visto una vez antes. Verlo en realidad lo había hecho sentir aún más emocionado por... algo.

Después de que todos los estudiantes terminaron de explorar la isla e informaron a Byakuya, su maestra, el conejo, Usami, la llamaron, apareció de nuevo y les dio todos los trajes de baño para que pudieran disfrutar del agua y jugar. Lo que Kazuichi había hecho de inmediato, ya que nunca antes tuvo la oportunidad de estar en el océano. Tan pronto como él y la mayoría de los otros estudiantes se cambiaron, todos corrieron hacia el océano mientras disfrutaban del agua fresca del océano. Algunos se habían quedado en la playa y otros habían estado dentro del agua, ya que todos disfrutaron el momento con gozosa emoción mientras jugaban juntos a sus anchas.

Sin embargo, en ese momento todo cambió y su alegría fue absorbida de ellos, ya que de repente los cielos se habían convertido en un gris oscuro y una voz ominosa los había llamado a todos hacia la isla central. Preocupados por lo que había sucedido, los estudiantes cambiaron de nuevo e hicieron lo que se les había dicho, donde apareció este terrible oso blanco y negro que perseguiría los sueños de los estudiantes todas las noches. Monokuma, que había convocado a las Monobestias, estos robots enormes y mortales que habían matado instantáneamente a su supuesto maestro y se habían apoderado de la isla en cuestión de minutos, anunciando que su viaje escolar ahora tenía una nueva iniciativa: matar para ganar la libertad. Ahora ya no estaban en un viaje escolar normal, sino en un 'Viaje escolar de asesinato' donde tenían que vivir toda su vida en esta isla para nunca irse o tenían que matarse entre ellos y no ser descubiertos o de otra manera serían ejecutados, dejando a todos los estudiantes en estado de shock, miedo, confusión y horror directo sobre su destino.

Las cosas empeoraron cuando Monokuma les contó todo sobre el hecho de que sus recuerdos habían sido borrados, borrando los últimos cuatro años de sus mentes. Lo cual no podría ser. Kazuichi no podía imaginar que alguien hubiera borrado sus recuerdos. Sin embargo, tampoco podía creer que algún oso de peluche lo obligaría a él y a sus nuevos compañeros de clase a matarse entre sí en algún juego retorcido, y sin embargo, allí estaba, perdido en la isla Jabberwock con un grupo de personas que no recordaba haber conocido antes, donde ahora tendría lugar un juego de asesinatos.

Después de la primera conmoción para todos los estudiantes, Byakuya se había hecho cargo de mantener a todos tranquilos y serenos. Había sido un regalo del cielo, ya que de lo contrario Kazuichi estaba seguro de que habría tenido un ataque de pánico al instante. Aunque su ansiedad aún estaba por las nubes por lo que había suplicado que fuera una broma muy cruel.