It's always what you like

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Hermione veía con anhelo por décima vez las tijeras que reposaban sobre el buró, ¿por qué tenía que tener el cabello largo? Ah sí, a Ronald le gustaba por lo que accedió a tenerlo largo. Era lo mismo con la comida, nada era balanceado ya que a su prometido le gustaba la comida chatarra y accedió a comer como él, así ella tuviera que hacer doble ejercicio para no parecer una ballena.

Se levantó de la cama, todo era de la manera en la que él quería. Nada era como a ella le gustaba ya que era aburrida y carecía del sentido de diversión. ¿Por qué todo era como le gustaba a él? ¿Hace cuánto que reprimió sus actitudes y comentarios inteligentes por Ron? No podía negar que él era un gran hombre, muy amoroso y divertido. Sin duda sería un gran esposo, pero no para ella ya que todo en torno a su vida era como le gustaba a él.

Suspiró agotada mientras se colocaba un traje adecuado para ir al ministerio de magia, se suponía que era el día en que iba a renunciar a todos sus logros para convertirse en una ama de casa, no tenía nada en contra de las que lo fueran, pero ella no lo sería por decisión propia, era porque Ron deseaba tenerla en casa criando a los niños que tendrían. Suspiró, ¡por el amor de Merlín solo tenía 23 años!, era demasiado joven para cargar un bebé. "Pero Ginny tiene 22 y ya está embarazada" se respondió a sí misma.

- Aun así, Harry la apoya para continuar en el equipo de Quidditch. - Se maquilló rápidamente - Me estoy cortando las alas sola al permitir todo esto.

Tres minutos más tarde salió de su departamento por su red flu, su hambre se esfumo un mes atrás por lo que no se molestó en desayunar. Suspiró cansina al llegar a una conclusión; Debió aceptar salir con Malfoy y no estaría viendo a su libertad esfumarse. Con Malfoy todo era distinto, las cosas eran como a ella le gustaba y aunque a le costara creerlo era de la manera en la que a él le encantaba. Eran iguales en ese aspecto, inteligentes y un par de frases los ponía a debatir sobre las leyes obsoletas para actualizarlas, se llevaban tan bien como el equipo que eran. Hermione lo arruinó todo al aceptar casarse con Ronald porque era su amigo del colegio, porque le había gustado antes.

Ingresó a la oficina que compartía con Malfoy, él estaba con la mirada fija en un libro de leyes. - Buen día, Granger. Estarás ansiosa por terminar este día, lo que significa que serás libre del trabajo.

Hermione se hundió en su sitio. - Buen día, he decidido no renunciar.

Él alzó la mirada, se encontraba estupefacto - ¿Significa lo que creo que significa?

- Lo he pensado durante semanas, así que de ahora en adelante nada va a tenerme, no hay más luz roja para mí, todo está en verde. - Explicó, sonrió al notar que Malfoy no estaba entendiendo nada su comparación con los semáforos. - es decir, que haré todo a mi manera sin reprimirme, Ron no va frenar mis acciones... No quiero ser ama de casa, no quiero seguir sus normas para vivir junto a él, no quiero ser como le gusta. Yo voy a ser libre y para ello voy a regresarle el anillo.

Malfoy asintió, no sonreía en lo absoluto. Nunca creyó que ella se diese cuenta por si sola de lo que estaba por hacer, pero la subestimó, no por nada Granger era una bruja muy inteligente - Lamento mucho que sea así, te veías muy feliz con él.

- Es mi amigo, es imposible no reír de sus malos chistes. - Hermione rio - También soy feliz aquí, siendo un equipo contigo.

Él sonrió - No fue así la primera vez, me amenazaste unas diez veces con sacarme los ojos si insistía en ser tu amigo para llevarte a otro lugar para hacer cosas... Impropias.

- Bien, descubrí que no eres el galán idiota que decían. - Sonrió.

Trabajaron arduamente aquella mañana, e incluso almorzaron juntos en la oficina, rieron de asuntos triviales.

Ron ingresó y les dirigió una mirada severa. - Vaya, aprovechas tu último día aquí para almorzar con Malfoy.

Hermione se limpió los labios con una servilleta - Te dije que hablaríamos en tu casa.

- No puedo esperar tanto, creí que es mejor venir aquí para ayudarte a llevar tus cosas al departamento. - Ronald parecía estar emocionado por la idea.

- Los dejaré solos. - Draco tomó las bandejas de comida para sacarlas, no quería ser una molestia en una conversación privada.

Hermione le agradeció con una sonrisa que no pasó desapercibida por Ron. Una vez a solas se acercó y delante de él se retiró el anillo del dedo anular y se lo extendió.

- ¿qué significa esto?

- No me casaré contigo, no puedo vivir como quieres, no puedo someterme a tus deseos como una sirvienta. Yo quiero ser libre y tú me limitas, Ron. - tomó la mano de Ron para colocarle el anillo en la palma. - confundí nuestra amistad con amor, confundí la ansiedad con atracción. Lo siento.

- A qué te refieres con la ansiedad... - Ronald estaba sereno, confundido y a un paso de salir huyendo del ministerio, pero antes de hacerlo necesitaba una explicación.

- Al verte me temblaban o sudaban las manos, me sentía nerviosa, mi corazón latía fuertemente y tartamudeaba. Eso es ansiedad, no era amor y menos atracción. Lo confundí como toda adolescente. - Respiró profundamente -Acepté todo lo que me pedías porque creí que era la mejor manera de hacerte feliz, ahora entiendo que cada uno es responsable de su felicidad. Yo quiero y necesito irme de tu lado para ser libre, no quiero ser ama de casa y mucho menos fingir que soy feliz siguiendo todo lo que dices... No puedo seguir siendo como a ti te gusta, porque a mí no me gusta.

Ronald se dio la vuelta y salió por la puerta, no le dirigió ninguna palabra ya que en todos estos años aprendió a usar el autocontrol. Era claro que el compromiso estaba roto y no iba a obligarla a aceptar porque su fundamento era válido.

~~°°~~

Hermione de 26 años se miró al espejo, su cabello era corto y con sus rizos revueltos se veía en verdad adorable, el velo de novia no le quedaba para nada mal. ¿Cómo negarlo? Era preciosa, amaba lo que veía frente al espejo. Ahora era todo como a ella gustaba, una boda frente al mar y un contrato prematrimonial que le aseguraba que su relación sería como ambos le gustaba; Libre de limitaciones y prohibiciones.

Acarició su vientre, seis meses tenía el pequeño que crecía en su interior, se estaba casando porque el señor Lucius le había rogado casi de rodillas que lo hiciera y si no deseaba llevar el apellido Malfoy, lo aceptaría con una sonrisa a regañadientes, pero que se casara para que su nieto no naciera fuera del matrimonio.

Sonrió para sí, ¿cómo podía no llevar el apellido de su esposo? Le gustaba la idea de ser una Malfoy, pero lo que más le encantó fue que Draco insistió en no despojarla de su apellido de soltera porque a él le gustaba llamarla así. No iba a negarlo a ella también le gustaba que la llamara así, a pesar de ello tenía claro lo que anhelaba.

- Está decidió, ambos seremos Malfoy. - le habló a su bebé, estaba segura que esperaba un varón.

Quería y necesitaba pertenecer a su familia, a su nueva familia. Sonrió mientras su padre la llevaba del brazo para entregarla a Draco que la veía con emoción, de sus ojos brotaron un par de lágrimas que atribuyó a las hormonas del embarazo. Para cuando estuvieron frente a frente ambos lloraban de emoción. Se estaban casando por amor y sin tener que renunciar a nada.

Todo era de la manera en la que les gustaba.

Siempre es lo que te gusta || O.S. Dramione||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora