Capitulo 2

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Presioné nerviosamente los botones de el teléfono de la casa de los Collins.

-Agencia J. E. H, buenas tardes -una voz aguda me recibió a través del teléfono

-Buenas tardes, disculpe, llamo por la competencia que habrá, me gustaría participar -jugueteé con un mechón oscuro de mi cabello

-¡Oh! Perfecto. ¿Quieres información?

-Si no es mucha molestia -respondí tímidamente

-Como pudiste leer, es una especie de videojuego en vida. El inframundo es el lugar donde todo se llevará a cabo, es parte de nuestras instalaciones. Consta de 10 niveles, cada uno aumentando su grado de dificultad. Debo advertirte chica, es peligroso.

-Y.. Uhm.. Respecto al premio..

-Oh si, es la mejor parte. 1 millón de dólares, en efectivo, se le serán entregados al ganador, si es que sale vivo -Rio nerviosamente  -Competirás con 29 participantes, son una serie de pruebas.
La competencia comienza en 4 días, debes venirte preparada para quedarte aquí.

-Suena bien -respondí mientras vigilaba a los pequeños.

-Pásame tu nombre para anotarte bonita -dijo dulcemente la asistente.

-Adalis Fishman

-Ya estas anotada, nos vemos en 4 días en punto de las 6 de la tarde. Pasa buen día

-Gracias -respondí amablemente mientras acomodaba mis lentes. Odiaba usarlos, eran tan incómodos.

La tarde pasó rápido, al igual que los siguientes 3 días.

Comencé a vestirme, buscando entre mi poca ropa unas mayas, o mejor dicho "las mayas". Habían sido un regalo de mi padre tiempo atrás, que estoy seguro que tuvo que trabajar varias semanas para conseguir el dinero. Eran unitalla y lo mejor de todo, es que eran negras. La acompañe con una blusa azul elástica, ya que me iba meter a la boca del lobo, y que mejor que estar cómoda.

Eran las 4:30 cuando llegó el momento de partir.

-Sigue sin gustarme la idea Adalis -expresó mi madre con preocupación -¿Como es que no sabes más sobre los niveles o de que trata en sí?

-Lo único que necesitamos saber es que dan el millón de dólares madre, piensa en como nos ayudaría, al fin saldriamos de esta miseria -tomé sus manos señalando al pequeño Arien, quien yacía en el viejo sofá jugueteando con sus manos.

-Pero hija..

-Madre, por favor, te prometo que nada me pasará -susurre mirando sus ojos brillantes.

Después de unas cuantas palabras más, besos y abrazos partí a Ciudad Valle Alto. 

Al cabo de unas horas caminando, finalmente llegué. Un enorme edificio gris se encontraba enfrente de mi. Tenía largas ventanas de cristal a los costados y una puerta de acero. Toqué el timbre y una chica muy alta me recibió.

-Hola, ¿puedo ayudarte? -su voz aguda resonó en mis oídos. Era ella con la que hable por teléfono

Vestía una elegante blusa blanca abotonada y una falda gris.

-Si, mi nombre es Adalis, hablamos por teléfono hace días, vengo a participar en el concurso.

-¡Oh! -exclamó sorprendida -esperaba a alguien.. Uhmm.. Diferente. Ya sabes, un poco más alta, sin gafas, no tan delgada.

-Pues, es lo que hay - dije forzando una sonrisa.

-Oh, no lo decía para ofenderte, eres muy bonita -Dijo disculpándose -Es solo que los otros participantes, son un poco más, mmmh, corpulentos.

-Ya veo

-Ven, acompañame a mi escritorio, hay algo que necesito que firmes -Dijo pasándome unos papeles

-¿Que es esto? -pregunté curiosa, comenzando a hojearlos

-Solo unos términos, ya sabes -dijo rascándose la nuca

"La empresa J. E. H. no se hace responsable por lesiones, golpes graves o incluso la muerte. Al firmar este documento nos liberan de la responsabilidad en caso de un accidente. Al ingresar a estas instalaciones, prometo mantener suma confidencialidad de los hechos ocurridos, no aceptamos cargos.

Finalmente podía leerse.

"Yo ____________ acepto los términos y condiciones presentados en el documento"

Supongo que mi cara de susto reveló mis pensamientos por que la asistente se apresuró a hablar

-Es sólo, en caso de, ya sabes -dijo sonriendo apenada

1 millón Adalis, vamos.

Escuchando a mi consciencia,  firmé las hojas.  Dios, ayúdame.

-Bueno, vamos a llevarte a tu cuarto para que pases la noche. Mañana comienza todo. -dijo haciendo un ademán para que la siguiera.

Comenzamos a recorrer un largo pasillo, demasiado angosto para mi gusto. Podían observarse diferentes cuadros muy curiosos.

Uno en particular llamó mi atención. Aparecía la foto de el ganador de hace un año.

Klen Williams.

Me pregunto que estará haciendo con su millón de dólares. Probablemente en una casa lujosa descansando, quien sabe, tal vez sea mi cara la próxima que este en un cuadro.

Sonreí alegremente ante ese pensamiento.

-Pasa, es aquí -dijo señalando la habitación con el número 20. -Ponte cómoda, nos vemos mañana, cualquier cosa que necesites llamame, mi número esta en la mesita del centro, junto al teléfono. - y acto seguido se marchó

Al abrir la puerta pude ver una habitación blanca. Constaba de una cama individual y una lámpara a su lado. Había un baño y la mesita en el centro que mencionó. Una TV se encontraba en la esquina y a su lado una gran ventana que daba vista a toda Ciudad Valle Alto.

Me pregunto que estarán haciendo mamá y Arien.

Voy a ganar, se los prometo .

Tomé una larga ducha y me dirigí hacia la cama. Mañana empezaba la competencia.



***

Nota del autor:

Listos o no, ¡allá vamos!

Inframundo: El juego infernal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora