El engaño

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Eleonor se quedo sin habla, era posible que ese hombre al que conocia desde hace tantos años la estuviera engañando, si es asi cual era la razón, no habia nada en ella que a el no le pareciera hermoso, o a caso era mentira todas aquellas palabras.

Esa noche Eleonor  se puso su pijama de seda, de color  tan negro como el humor que le habia dejado escuchar a Daniel al teléfono, entro a la habitación  en silencio mientras percibía la mirada fija de su esposo.

-vaya!  definitivamente te queda hermosa esa pijama, tu pálida piel hace un perfecto contraste de colores.

-lo se querido.

-jajaja al parecer lo sabes todo.

-te sorprendería dijo Eleonor con mirada desafiante.

Su esposo hecho a reír y a mirarla dulcemente,  no tenia ni la más minima idea que Eleonor sabia algo de su relación con Amanda,  una bella enfermera de cabellos negros y piel de un hermoso color canela; no se parecia en nada a Eleonor con ese cabello cobrizo, piel pálida y unos ojos que cambiaban de color en torno a la hora del día.

Esa noche  Daniel  observaba a su esposa dormir admiraba como la luz de la luna iluminaba su piel, mientras la acariciaba y pensaba que era tan suave como la seda, miraba sus labios de color rosa en esa boca tan pequeña y trataba de contar  las pecas que el maquillaje cubría durante el día,  finalmente éste se quedo dormido.

Marcaban las 3 am cuando Eleonor despertó,  no era nada nuevo,  ella despertaba a esa hora siempre,  y al parecer sus pastillas para dormir no funcionaban como debían.  Observo a su esposo dormido y decidió que era hora de saber la verdad o al menos lo que se pueda y se levantó con cuidado de no despertarlo.

Busco en su pantalón su celular y solo encontró un par de mensajes de Amanda,  de buenos días,  que no eran suficientes para comprobar algo.

Se le ocurrió mandarle mensajes a Amanda esperando que ella estuviese despierta para contestarle.

-Hola Amanda

Pasaron 5 minutos que le parecieron enternos y al fin  respondió:

-Vaya mi doctor que formal

Al leer esto Eleonor no sabia que pensar, pero de algo si estaba segura quería saber más

-lo siento amor mio escribio Eleonor al recordar que asi la llamaba Daniel al telefono

-no importa mi doctor

-Dime amor mío que hicimos ayer, quiero revivir cada momento

-claro, mi doctor lo que tu pidas, ayer fue un día muy apasionado me invitaste a tu consultorio y pues... desordenados las cosas un poco.

Amanda sentía como la adrenalina inundaba su cuerpo y su corazón casi se le salia del pecho, sus manos temblorosas lograron por fin escribir el siguiente mensaje:

-Dime más,  recuérdame hasta el mas mínimo detalle.

-mi doctor eres tan apasionado, me complaces como ningún otro hombre lo ha hecho jamás. Me tomaste como a una verdadera presa me encanta como me tomas entre tus brazos y me besas...

Eleonor no pudo seguir leyendo más, sentía como si fuese un espejo que se rompió en mil pedazos,  solo concluyó la conversación escribiendo:

-vaya, Amanda,  amor mio espero verte con ansias mañana,  no me culpes si no recuerdo nada de esto, estoy muy cansado y suelo olvidar cosas como ya sabrás

-si,se como eres, amor mio descansa.

Todo esta claro ahora,  Eleonor no tenia ni una duda más,  su esposo la engañaba.

Eleonor borro todos los mensajes,  devolvió el celular a su lugar. Contempló como la luz del amanecer tocaba la punta de las montañas,  vistiendolas de un color naranja lentamente, por un momento olvidó el dolor que le causaba saber la verdad.

Un ruido hizo que saliera de aquella concentración, miro hacia el cuarto del patio sin terminar y vio una silueta negra encorbada ocultarse entre las paredes sin terminar, sintio como su cuerpo se estremecia y un miedo intenso la invadió; recordó aquella silueta que le parecia familiar de sus recuerdos de infancia, diciendo en su mente no! otra vez no...

Dama de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora