Sus ojos eran medianos, no tan grandes, sus labios algo gruesos y rojos, su cabello... quedarse con un solo tipo de color no era una elección para el... Y Sus facciones...
—¿Que dibujaste? ¡Déjame ver!—exclamó algo emocionado su compañero. El menor se acercó a ver, pero el rápidamente volteó la hoja y dibujó una carita feliz.
—¿Tanta concentración y tiempo para una carita feliz? ¿Es en serio, Soobin? — el menor solo soltó unas pequeñas risas con una sonrisa dibujada en su rostro. El mayor soltó un suspiro de alivio. Lo único que le importaba es que no haya visto el retrato de Choi Yeonjun.
—Bien... ¡Todos pongan su dibujo aquí en la mesa! Los revisaré. Tuvieron una hora para dibujar por lo menos un animal.
Es cierto.
Estar en una Academia de Dibujo y Pintura no era tan fácil como parecía. Tenías que haber aprobado las clases de arte en la escuela. Así como Choi Soobin siempre lo hacía.
—Suerte con eso.— el menor le guiño un ojo en signo de burla. El mayor le respondió con una mueca y luego soltó pequeñas risas.
Rápidamente Soobin dibujó en otra cartulina un pequeño reloj y se lo entregó. El profesor no necesitaba alguna explicación del porqué hoy Soobin había dibujado un pequeño reloj, aquel señor tenía conocimiento de su capacidad y por tanto no lo reprimió.
Choi Soobin cogió sus cosas rápidamente y se fue del salón, caminando rápido a la salida. Sacó sus audífonos y antes de ponérselos correctamente, agarraron de su mano haciendo que él sobresalte del susto.
—Oye, no me esperaste, ¿vas a algún lado, o porqué la prisa?— el menor ya antes mencionado estaba caminando a la par del más alto. Soobin negó y guardó sus audífonos.
—Es solo que no terminé la tarea de Química y el profesor es muy pesado, Beomgyu.— el menor asintió y luego de un rato, volvió a mirarlo.— ¿Tienes tiempo para salir? Los de mi grado quieren que vayas a la fiesta de uno de ellos.— Soobin lo pensó y compartió miradas con el menor.
—¿Cuándo es?—preguntó algo curioso.—Creo que cae el viernes que viene.— se le notó algo dudoso.— Pero, te lo confirmo por chat.—dijo mostrando una pequeña sonrisa. Soobin asintió y apartó su mirada.
Algo que quería saber Soobin era si el hermano del menor, iba a ir. ¿Tanta vergüenza le daba preguntar eso? ¿Se daría cuenta si lo hacía? Claro que sí, Choi Yeonjun no era tampoco el típico hermano el cuál iría a una fiesta de su querido hermano menor, pero, aún así, Soobin quería saber si su amor platónico iría a ésta.
—Estoy tarde, tengo clases de básquet en tres minutos, mañana sí te acompaño a casa Soobin, adiós.— el menor se marchó antes de que éste pudiera decir alguna palabra al respecto.
—Adiós, Beomgyu...—dijo suspirando. El mayor sacó sus audífonos— frustrado por lo que había pasado— y se los puso.
El recorrido de dónde estaba, hasta su casa, no era tan largo, pero tampoco tan corto. Pasó por un parque, varias tiendas y cruzó bastantes calles.
No se había fijado ni siquiera si tenía la mochila correcta, solo revisó el bolsillo de su chaqueta dónde estaban aquellos audífonos y su celular.
—Mamá, ya llegué.—dijo antes de cerrar la puerta. Sacó uno de sus audífonos y cogió una manzana. Se dirigió a su cuarto y tiró su mochila al costado de la puerta de su habitación cerrada.
Dejó la manzana en su escritorio y revisó su celular. Hoy había sido un día agotador en el Instituto.
Soobin tenía tarea, —tal como lo había dicho.— demasiada tarea a decir verdad. Cinco materias al día no era algo bueno, pero si beneficioso.
El reloj de su habitación marcaba las 6 de la tarde. Casi era ya de noche. Al voltear a sacar sus cuadernos...
—¡Mierda! No de nuevo Beomgyu...—maldijo golpeando su puerta. Agarró la mochila del menor para luego agarrar su celular y llamar a Beomgyu.
Tardó en contestar, uno... dos... lo hizo.
—Soobin. Tengo tu mochila.
—En la Academia de Arte en cinco minutos.
Soobin no dijo más y cortó la llamada. Bajó rápidamente con la mochila en manos, se puso sus zapatillas y corrió hacia la Academia.
Llego rápidamente y tratando de recuperar la respiración, no tardó en fijarse aquel mensaje que le había mandado Beomgyu.
‹ El profesor no me dejó jugar hoy, no tenía mi uniforme y fui directo a casa. Mi hermano estaba cerca del camino y le rogué que te la devuelva. Lo siento. ›
Soobin terminó de leer el mensaje y lo primero que pensó fue. "¿Hermano? Mierda."
Después de unos segundos lo vio llegar. Se acercó a él y le extendió la mochila.
—Esto debe ser tuyo.
La expresión de Yeonjun era algo decaída. Soobin no sabía si preguntarle qué pasaba, al menos un '¿Pasó algo?' Pero, ¿a él que le importaba? Soobin no era un amigo de él, solo de su hermano menor.
—Sí. Gracias.— agradeció y le devolvió la mochila de su hermano. Agarró la suya y se la puso en la espada.
—Beomgyu quería decirte que la fecha del cumpleaños si era el viernes que viene.—habló en tono serio. Soobin asintió. El mayor imitó su acción y para finalizar le hizo una pregunta.
—¿Estás en esta Academia?
Soobin se puso más nervioso y lentamente asintió. El mayor mostró una pequeña sonrisa.
—Es bueno que te guste el Arte. Tal vez luego hablemos.
El mayor se despidió tomando su camino sin mirar atrás.
Soobin se sintió más relajado, aunque, había perdido la oportunidad de preguntarle si iba a ir a la fiesta.
Se retractó en alcanzarlo luego de ver que el mayor ya no estaba ni siquiera en la calle.
—Tal vez...—dijo respondiendo las últimas palabras que Choi Yeonjun le había dicho.
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No Es Drama © | Yeonbin
Fanfiction‹ El mejor recuerdo de mi Instituto fue conocer a ese chico. Doloroso, aunque, podía, todavía, recordar cuando sonreía en los días más malos de mi vida. › -Soobin. ‹ Los problemas eran una carga muy fuerte para mí. Mi centro de resistencia era él. P...