Grítalo en silencio

Capítulo 17. Renuncia

Da tres vueltas sobre la cama antes de abrir los ojos, dejo la bandeja de comida sobre la mesa, ella se lleva las manos a la cabeza con el ceño levemente fruncido. Le cuesta acostumbrarse a la luz de la habitación.

—¿Por qué entras sin autori... —Ela se calla al darse cuenta que se trata de mí— Buenos días.

—Toma —le doy una pastilla.

—¿Qué es? —cuestiona. Le dedico una mirada matadora y ella se la toma sin dudar. Sí, estoy enojada con ella porque es irresponsable y me ha montado un show.

—¿Qué bebiste ayer?

—¿Me creerías si te digo que no tengo idea? —dice riendo. ¿Por qué coño se tiene que ver tan adorable cuando se ríe? No puedo mantener mi postura por mucho tiempo— Mejor ven a darme un abrazo —estira sus brazos hacia mí.

—Ayer estuviste a punto de delatarnos —digo respondiendo a su abrazo.

—Sí, recuerdo que casi arruino tu historia de amor ficticia con Scarlett. No me arrepiento de nada.

—Hablo de nosotras —me separo para mirar su rostro, ella abre los ojos como plato al procesar mis palabras.

—¡No puede ser! —exclama levantándose de la cama— ¡Dime que no pasó nada!

—Sí que pasó —decido jugar con ella.

—¡No! —dice casi sin aire— ¿Qué pasó? No, espera... no me digas —empieza a caminar de un lado al otro recitando cosas en francés que debo suponer son groserías— Vale, sí, dime, que sea rápido —cierra los ojos como si estuvieran a punto de darle un golpe, y lo sería si fuera cierto, un gran golpe para su carrera— ...Sabri —noto el miedo en su voz y me siento culpable.

Me acerco a ella con precaución, admirando a la chica temerosa que está ante mis ojos, una versión muy diferente a la que muestra ante su público. Me acerco a morder el lóbulo de su oreja y ella pone una mano sobre mi hombro sobresaltada por mi acción.

—No pasó nada —confieso. Ela da un largo suspiro y recuesta su cabeza sobre mi hombro.

—Te voy a matar, Sabrina —rodea mi cuello con sus brazos dándome un abrazo fuerte— ¿Te monté una escena de celos o solo fue un sueño?

Me separo queriendo ver su mirada de arrepentimiento combinada con una de pena. Ela se tapa el rostro intentando ocultar lo sonrojada que está haciendo que ría.

—Fue solo un sueño —le digo intentando ver su rostro y ella se niega— ¡Vamos, Ela! Fue un sueño —cede ante mi presión y me mira con una sonrisa adorable que me derrite el mundo.

—Estás mintiendo —me acusa mirando mis labios.

—Puede ser —sus labios se entreabren.

—Piensas que fui una inmadura por no poder contener mis impulsos —habla de manera autoritaria mientras cierra las persianas.

—Tú lo has dicho, no yo —me señala la puerta, intento mostrarme indiferente mientras voy a cerrar la puerta.

—¿Vas a negarlo? —escucho su voz ronca detrás de mí, giro sobre mis talones y me encuentro con esos ojos grises penetrantes. Vaya cambio se actitud. Me deshago del nudo que se ha formado en mi garganta a causa del deseo.

—No —es lo único que logro musitar. Su mano acaricia mi mejilla y su mirada se enfoca en mis labios.

—Vi cómo la mirabas —por un segundo no entiendo de qué habla y luego recuerdo la sesión de fotos que tuve con Scarlett— Contenerme en ese momento fue lo más difícil que he hecho en años.