El cofre de Roble Blanco

2

La joven curiosa a esa pequeña voz, voltea le sonríe y dice: Así es, una vista digna de una fotografía.- Saca su celular y captura la imagen.

El pequeño dice: ¡Me llamo Nicolás, mucho gusto! Y extiende la mano.

A lo que la joven replicó: ¡ Mucho gusto Nicolás! yo me llamo Ariel- Acepta el saludo de Nicolás. El pequeño joven hace una cara de impresión como si acabara de llegar una idea a su cabeza y dice: ¡¿Ariel?! ¡¿ Cómo la sirenita?! ¡¿ La del cuento?! La bella Ariel encantada y con una sonrisa solo hace una afirmación con la cabeza. Nicolás aún con la curiosidad en sus venas le pregunta: ¿ Ariel, vives aquí?, nunca te había visto por San Aventura.

- A lo que Ariel contesta: No, vivo un poco lejos de aquí, solo estoy de paseo, me gusta visitar lugares así de bonitos como lo es este. El joven satisfecho con la respuesta, sonríe y vuelve a preguntar: sé que apenas te conozco, pero... ¿ Te gustaría acompañarme el día de hoy en la búsqueda de un cofre de roble blanco por el lindo puerto de San Felipe? La joven sonriente le contesta- ¡ yo encantada de acompañarte! ¡Vamos!

Ansiosos porque el ferri haga su parada, siguen platicando amistosamente, pareciera que se conocieran desde siempre. Finalmente llegan al puerto de San Felipe y bajan en búsqueda del cofre de roble blanco, mientras que Nicolás le mostraba todos los lugares del puerto a la bella Ariel.

Cuando llegaron a la tienda, le preguntaron al anciano vendedor sobre el cofre y, él entusiasmado le responde que en un momento se lo entrega, pero que antes tiene que escuchar la historia sobre el cofre de roble blanco. El joven ansioso y asombrado por lo que acaba de escuchar espera sentado a que el anciano empiece con el relato, Ariel hace lo mismo.

Anciano: Primero que nada me llamo Fred, y a continuación voy a contarles la historia del cofre de roble blanco.