Hoy tocaba ir con mi papá al pueblo vecino, mis papás no vivían juntos así que el se fue al pueblo vecino pero a mi no me gusta ir ahorita les digo por qué.
La gente es muy extraña todos te ven con la mirada perdida aunque algunos tratan de fingir una sonrisa, mi papá es muy feliz viviendo ahí pero lo entiendo el ya lleva meses perdido en los vicios.
Hoy el tenia partido así que conocería a sus amigos, cuando llegamos a el club deportivo enfrente había una fiesta donde todos bebían y reían por la borrachera, unas horas más tarde el ruido se calmó pero yo no me asomé a ver que había ocurrido.
Comenzó el partido y todo el pueblo estaba ahí reunido, canasta tras canasta no paraban de encestar el partido iba 90 locales y 20 visitantes. Mi papá lucía feliz de que iba ganando creo que el perdedor pagaba la comida o algo así escuché decir a los pueblerinos.
Se acabó el partido y todos celebraban con una copa de vino, de repente los visitantes cayeron al suelo con los ojos saltados y amarillos al parecer había veneno en el vino "A comer" grito un niño y todos saltaron sobre el otro equipo, comenzaron a comerlos completitos, yo no sabía que hacer o decir, mi corazón latía a mil por hora pero mis piernas no se movían.
A lo lejos veo a mi papá compartiendo los ojos del muerto con un amigo fue entonces cuando vi su mirada perdida y vacía, él ya no era el mismo, lo había perdido al igual que todos los que van a conocer el pueblo vecino
