Más allá de tu Vida ©

Capítulo 6

Pasaron unas dos horas y mi mente sigue procesando lo que dijo mi Padre.

¿Mi madre me mintió todo este tiempo?
Aún no puedo creerlo, no la juzgo, sólo que... No se qué pensar, parece una broma, ¿Estamos en un programa de televisión en donde hacen esas bromas pesadas?

No sé a dónde vamos, y me da miedo preguntar, hace horas que está manejando y tengo hambre.

— ¿Puedes frenar en algún lugar para comer?

Me miró por un momento y volvió la vista a la ruta.

— Hay unos emparedados en la conservadora de atrás. No podemos parar Ela.

— ¿Qué tan grave es?

— Si tu madre ya hizo esto público, estoy seguro que deben estar buscándonos.

— Y... ¿A dónde vamos?

— A Cabo Cañaveral, vas a ir Exilliums. — lo miré con mi ceño fruncido. Ya, si esto es una broma caí por completo, me la creí.

Al notar la seriedad en el rostro de mi padre me di cuenta que esto no es una broma, realmente deseo que lo sea.

— Es una broma ¿No?

— Lo siento Elaine.

—¿Hace cuánto que ella descubrió esto?

— Hace un mes más o menos, decidimos hacerlo público, para que la gente sepa lo que el Gobierno está haciendo, y si los otros países se enteran de lo que hacen seguro se armará una guerra o no se qué es lo que pueda pasar, por eso tienes que irte hija.

— ¿ Y ustedes?, No iré a ningún lado sola.

— No vas a estar sola Ela, yo no puedo ir hasta no ir a buscar a tu madre.

En eso noto una gasolinera en medio de la nada, mi padre se estaciona al lado de un auto y se baja, yo también hago lo mismo.

Mi padre empieza a bajar los bolsos y del auto se baja alguien...

— ¿Lucas? — digo sorprendida de verlo acá.

— Vas a ir a Exilliums con él. — informa mi padre. Miré a Lucas y él me sonrió de lado mientras ayudaba a guardar los bolsos en el auto.

Me limité a hacer silencio y subir al auto, cuando terminaron de guardar las cosas partimos de vuelta, pero ahora con el nuevo acompañante.

— Elena ya lo hizo público. La gente está alterada y seguro todo el mundo quiere subirse a las naves para ir arriba. — comenta Lucas en el asiento del acompañante. Yo sólo escuchaba y comía, por qué sí, me estoy comiendo todos los emparedados, no puedo procesar todo esto con el estómago vacío.

Ellos hablaban y seguro es algo importante, pero no sé en qué momento dejé de prestar atención, mi mente se puso en blanco, no reacciono a lo que está sucediendo, sólo miro por la ventanilla del auto y veo los autos pasar.

Mi padre hace que salga de mis pensamientos avisándome que llegamos y debemos bajar.
Empezamos a caminar y noté que había varios autos abandonados, recién dejados y a lo lejos la multitud, Lucas tenía razón, todos deben querer ir a Exilliums.

Pasamos entre la multitud y noté que había militares contenido la situación y no dejando pasar a nadie.

— ¡Alto! — nos frena un militar — No pueden pasar.

— ¡Oh! ¡Que sorpresa!, Si no me dice no me entero. — sí, mi lado sarcástico salió.

— Soy Ruben Morgan, supervisor en el Centro Espacial de Houston — mi padre le enseña una credencial que indica que trabaja en la NASA.

El soldado lo pensó un momento pero negó con la cabeza.

— Lo siento señor, nadie puede pasar.

Mi padre se acercó al soldado haciéndole frente y agarrándolo por el cuello del uniforme empujándolo para atrás.

— No soy nadie. YO diseñé esas jodidas naves y las construí con mis propias manos, así que déjenos pasar si no vas a tener problemas.

El soldado estaba por decir algo pero otro se acercó y lo reconocí al instante, es Óscar, amigo de mi padre, es de alto rango.

— ¿Que pasa? — preguntó Óscar con voz potente al ver la situación. — ¿Por qué no los has hecho pasar? Los estoy esperando.

El soldado tragó saliva y no supo que decir.

— Ruben, amigo, pasa — nos hace una seña Óscar para que lo sigamos y eso hicimos.

— ¿Sabes algo de Elena? — preguntó mi padre a su amigo.

— Está en graves problemas y los están buscando, más que nada a tí.

— Lo sé, debo ir por ella.

— ¿Que pasará con toda esta gente? — le pregunté a Óscar.

— Tenemos órdenes de qué nadie puede subir, tu madre hizo un revuelo, sólo quedan 7 naves en todo el mundo, sinceramente no sé qué pasará, pero no dejaré que niños y jóvenes mueran. — me afirma, sé que no dejará que gente inocente muera.

Mi padre me miró y en sus ojos entendí que él debía irse. Se acercó a mí y me tomó en sus brazos y me abrazó con fuerza, yo no dude en corresponderle.

— Realmente lo siento mi niña, pero así estarás a salvo — me decía mientras yo me aferraba con fuerza a él.
— Te prometo que estarás bien, Lucas va a cuidarte, se cuidaran mutuamente, y nunca pero nunca olvides de cuánto te amamos — tomó mi rostro entre sus manos y me miró a los ojos — Nunca dejes tus sueños Elaine ni tus principios, y nunca olvides que todo va más allá de tu vida. — besó mi frente y me dió un último abrazo.

— Lucas, cuídate y por favor cui — él lo interrumpió asintiendo.

— Señor, la cuidaré más que mi vida, no se preocupe, busque a Elena y los esperaremos arriba — puso su mano en el hombro de mi padre y le sonrió para tranquilizarlo. Mi padre asintió y se abrazaron en forma de despedida.

Óscar le decía unas cosas a mi padre y llamó a unos soldados, ellos irán con él para buscar a mi Madre.

Vi como se subía a un auto con esos soldados y me dió una última mirada para luego partir.

Estoy observando como se va, sin entender nada y tampoco puedo creerlo. A unos kilómetros está la nave dónde se supone que iré al espacio, mi madre seguramente está en peligro por revelar información confidencial y el mundo se está viniendo abajo.

Miré a mi costado y ahí estaba, el castaño de ojos oscuros mirando al cielo y luego me miró fijo, se acercó y tomó mi mano.

— Te prometo que estaremos bien. — yo sólo asentí y miré al cielo, las miles de estrellas, lo hermoso que se ve todo.

Sigo esperando que esto sea una broma o una mala pesadilla.