━Vamos, las cosas siempre mejoran, me tienes a mí, yo no te abandonaré.
━Lo sé, pero es solo que siento que si desapareciera a nadie le importaría. El dolor es insoportable.
━No digas estupideces. A mí me importaría y si a los demás no, que te dé i...
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El ambiente era completamente deprimente.
Las paredes eran grises y estaban llenas de manchas, el silencio que inundaba la sala era demasiado incómodo.
El único ruido que había eran las respiraciones de los pacientes dentro del edificio.
Cierto chico de cabellera rubia se adentró al lugar, se acercó a la recepcionista y habló.
—Quiero ver a Kang Ha-neul.
—Bien, ¿qué parentesco tiene con ella?
—Soy su... S-sobrino. — titubeó.
—¿Tiene alguna identificación?
—Pues...
—¡Yeonjun!
Él se asustó un poco al escuchar aquella voz a la lejanía.
—Hola... Tía.
—Que gusto verte, ¿por qué no pasas?
La chica que estaba en el mostrador iba a decir algo, pero se rindió y solo los dejó irse, sabía que no tenía mucho remedio replicarles, así que simplemente lo dejó pasar.
—¿Qué haces aquí?— preguntó una vez estuvieron lejos del resto de personas.
—Vine a hablar con usted sobre Taehyun...
La mujer suspiró.
—¿De qué quieres hablar exactamente?
Había pasado más de cuatro días desde la muerte del pequeño pelirrojo, y Yeon la había sufrido como nadie lo hizo.
Todos los días, eran torturas, cada vez que salía de su habitación, cuando encendía su celular, estaba en la escuela... O simplemente salía a la calle, aparecía él en su mente.
Fueron tantos los momentos que pasaron juntos que era imposible no recordarle.
