дьявол

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“ ―¡rusia, no!

Pero ¿porque?

Se supone que eso no estaba mal, pudo ver a sus familiares más cercanos hacerlo, incluso con gente que no conocían para nada.

―¿qué estas haciendo?– preguntó ladeando un poco la cabeza.

―¿uh?– cuestionó en un murmullo– vi... a papá haciéndolo y-y... quería probar también ¿te molesta?

No podía explicar ni de la manera más mínima cual nervioso se encontraba en ese momento. Su cuerpo temblaba por la ansiedad de cometer aquel acto de manera rápida y repentina, y sus ojos sólo lagrimeaban por el miedo que se apoderaba de su ser al sentirse observado por la nada misma.

―am... no, no me molesta pero ¿no está mal?– se acomodó en la cama en la que estaba, sentándose con las piernas colgando de esta mientra el se cruzaba de brazos despreocupado.

― ¡oh vamos! Papá hacia lo mismo con ese otro señor. – dijo como si de lo mas obvio se tratara– además, solo será una vez.

El mas alto trató de razonar. Algo completamente extraño que probablemente (muy probablemente) no tenga algún aplique en el futuro, aunque se esforzó lo más que pudo en encontrar alguna excusa para la ocasión; actividad difícil para un chico de 8 años que lo único que deseaba era ir a jugar junto con su hermana a las muñecas. Era raro, hasta podía ver como la de ojos verdosos le ponía frases a sus muñecos, ya sea muñeca o un simple auto, todo estaba marcado con su nombre, un 'Уласная' o con palabras ilegibles para los demás. Resultaba incluso extravagante al venir de una joven de diesiseis.

― ¿estas seguro?– mencionó viendo el suelo, apreciando cada detalle de la madera degastada. Aunque se apreciaba que era nuevo, también poseía rayones e incluso dibujos de líneas por toda esta.

― um... claro ¿porque no?– sonrió cual idiota enamorado, viéndolo con esperanza de convencerlo con facilidad.

Fingió una leve tos, incómodo por el agudo y penumbrante silencio que se creó de la nada.

― entonces...  – levantó la mirada, apretando su peluche de conejo degastado– está bien, supongo que no pasará nada malo.

Rusia pegó un respingo alegre.

―  ¡grac- – fue interrumpido.

―  ¡pero!– tapó la boca del más bajo en un movimiento rápido– papá no tendrá que enterarse, no quiero que se enoje... No como la última vez ¿si?

― ¡claro que no lo hará, papá no se va a enterar de nada!– estaba alegre, feliz por poder descubrir algo nuevo junto a su hermano. Era curioso por naturaleza, además alegre, entusiasta y chillón. Al parecer, esto último no resultó favorecedor para esos momentos.

No pudieron prestar atención cuando una entidad más que alta creó presencia desde el marco de la puerta. Golpeó el roble de esta lentamente, viéndolos con una ceja levantada, intrigado por saber que era lo que tanto insinuaba hacer fuera de su vista, y además entre familia.

― ¿que está pasando aquí?– acotó grave, intimidante ante cualquiera.

― ¡ah!– gimoteó en un susto

¿intimidado?

Así se encontraría cualquiera que pusiera al menos medio pié sobre aquella casa. Todo era como una corriente de aire helado que te erizaba la piel con sólo rosarte un poco la espalda, como la mano de un señor extraño que te tocaba el muslo con las intenciones más lujuriosas e inmundas que cualquier humano podría tener, o incluso, como saber que alguien te miraba al dormir. Casi todo se comparaba con el asco de saber que tu padre se masturbaba mientras dormías, viéndote tan indefenso al ser tan pequeño, manoseandote y tanteando tu boca para exitarse más.

Así era como se sentían, incluso peor. Su cuerpo temblaba por el espanto de ellos mismos, saber que pasaría luego.

― ¿y bien?– dijo palmeando su pie contra el suelo, impaciente por una respuesta lógica por lo sucedido.

El de edad intermedia se volteó rápido, mirando que al su 'padre' estar apoyado contra el marco de la puerta, dejaba esta libre. No lo pensaría dos veces.

― ¡Rusia!– lo apuntó con su dedo índice para luego, pararse y dirigirse hasta la salida de esa penosa situación. Salio del cuarto, dejando que los siguientes  gritos se escuchen claros sin importar la lejanía– ¡Rusia intentó besarme!

El tez mayormente roja, lo miró extrañado.

― ¿qué?

― eh... jaja– podía sentir como las ganas de llorar se apoderaban de su cuerpo. Aunque la sonrisa nerviosa nunca se borró

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⏰ Última actualización: Aug 05, 2020 ⏰

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