–Recuerda, no salgas muy tarde en la noche. No te vistas provocativa. Nunca andes sola. Si sientes que estás en peligro, no dudes en llamarme.– es la voz de mi padre en mi cabeza. Antes de salir siempre me repetía esas palabras.
Justo ahora estoy mirando mi reflejo en el espejo. Estoy tapada de pies a cabeza, no enseño nada de piel. Ni siquiera el cuello. Es triste, quisiera poder vestirme de otra manera, pero me da miedo. Me da miedo lo que me puedan hacer.
Hoy es 4 de julio, Día de la Independencia de los Estados Unidos. Usualmente suelo ir al cine con mis amigas, pero están muy ocupadas con sus novios, o eso me dijeron.
Así que decidí ir al parque que está a unas cuadras, sola.
Estoy vestida decentemente. Creo que no me harán nada. ¿No?
Doy un fuerte respiro mientras agarro las llaves de mi auto.
–Tú puedes hacerlo.– me repito constantemente.
Bajo las escaleras, sin saber que sería la última vez que las vería.
Me subo al coche para luego encender el aire acondicionado. El carro huele a limpio. Me tomo unos segundos para apreciarlo. Sin saber que nunca más volveré a percibir ese olor.
Pongo música jazz, me relaja. Alivia un poco los nervios que estoy sintiendo en este momento. Sonrío aliviada, sin saber que jamás volveré a escuchar otra melodía.
Arranco el coche dirigiéndome hacia el parque. El día está nublado. ¡Cómo me encantan los días así!
–Ya estoy aquí, papá. Es la primera vez que salgo sola desde que tú no estás.– le digo a la foto de mi padre que está en el salpicadero.
Me bajo con cuidado debido a que llovió un poco y el suelo está resbaloso. Suerte que no traigo tacones.
Siento que alguien me está mirando fijamente, pero no le presto atención. Así que sigo caminando.
La mirada no cesa. Cada vez es más penetrante. Me da escalofríos, siento mi piel enchinarse.
Los oídos me zumban, las piernas cada vez me pesan más.
La vista se me hace borrosa, la respiración cada vez más agitada.
Tengo eso... eso que se llama miedo.
Miro a todos lados nerviosa, pero no hay nadie salvo a una pareja de ancianos, pero están lo suficientemente lejos para sentir la sensación que estoy sintiendo.
Cuento hasta diez como me enseñó mamá cuando tuviera miedo. Mi madre es la mujer más valiente que he conocido y conoceré. Siento que después de esto, habrá mucha tristeza en ella.Voy a morir. No quiero que ella esté mal. Ya perdió a mi padre, no soportará perderme a mí también.
Siento a lo que me está acechando cada vez más cerca. Quiero correr, pero mis piernas lo impiden. Quiero gritar, pero no me sale la voz. Quiero llamar a mi madre, pero los dedos me tiemblan. ¿Qué se hace en estos casos?
**
Me están asfixiando. Entre unos cuantos hombres. No sé dónde estoy, me vendaron los ojos y me pusieron una mordaza para impedirme que gritara. Me están tocando. Siento asco. Siento ganas de vomitar. Me siento sucia.
Estoy intentando luchar contra ellos, pero son muchos. No puedo, me están ganando.
Me siento débil, me da rabia no poder hacer nada. No quiero dejar sola a mi madre, me rehúso. Las lágrimas salen por doquier. Cierro los ojos, me rindo.
Te amo, mamá.
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SQUAMA *COMPLETADA*
Proză scurtăNo llevaba puesta una minifalda. ¡Pero fui una más! No estaba borracha a las 3 de la mañana. ¡Pero fui una más! No me comporté provocativa con algún hombre. ¡Pero fui una más! No hice nada malo. Solo iba al parque a divertirme. #3 en #joven 8/7/202...