Epilogue

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"Toc Toc..."

- Joder, ¿Ahora qué?.- El de cabello castaño camina en dirección a la puerta, lo único que quería hacer ese día era dormir y olvidar que desperdició seis años de su vida en un tonto deseo de amor. Abre la puerta y no cree lo que aprecia.

- Apuesto a que me extrañabas, ¿Cierto, mi niño?.- Raúl, el hombre que creía muerto en batalla, la persona que más amó (y ama), esta ahí, parado frente a él. Entra en la casa y Borja cierra la puerta, todavía en estado de sorpresa.

- Estás...- 

- Por supuesto que sí, mi niño. A mí no me vence ni Dios.- Alardeó el azabache, feliz. Luzuriaga notó unas cicatrices en su rostro y sus brazos estaban decorados por vendas, pero no comentó nada. - ¿Aún me quieres?...-

Esa pregunta no fue respondida por el de ojos cafés, si no que sus labios respondieron por él. Luzu se abalanzó a la boca de su pareja, olvidando que, minutos antes, la daba por muerta. Raúl, por supuesto, aceptó gustoso la muestra de afecto del menor, años esperó volver a besar sus labios sin control.

- Oye... Hay algo que me gustaría hacer contigo...- Habló el más bajo, cortando el beso. Se separó del recién llegado y buscó por la sala un disco de vinilo para después colocarlo sobre un gramófono que descansaba sobre la mesa de la sala.

 Música comenzó a sonar, inundando la casa con aquella melodía de jazz tan conocida. Borja se acercó a Raúl, acomodó su palma sobre el hombro del mayor y entrelazó sus dedos para bailar. El contrario colocó su mano libre en la cintura del más bajo, acercándolo a su cuerpo y comenzó a moverse despacio. Ambos se movían al ritmo de la canción que resonaba por la sala, dejándose llevar por el melódico sonido de sus corazones con pulsaciones aceleradas. Sus miradas estaban clavadas una en la otra, transmitiéndose el afecto que llevaban guardando tanto tiempo, y parecían no querer separarse, pues los dos mostraban una sonrisa radiante. Luzu decidió cortar ese contacto visual para acurrucarse en el pecho del mayor mientras bailaban. Dejó caer sus párpados, disfrutando así, la calidez del pecho ajeno. Auron aprovechó ese momento para propinarle un beso en la cabeza al menor. Sus mentes estaban tranquilas, sus corazones alocados, sus ojos cerrados y sus sonrisas no se devanecían, como su amor. El castaño elevó la vista para admirar, otra vez, esos ojos carmín que lo volvían loco y recibió un cálido beso corto, con largos sentimientos de enamorado.

- Ha pasado un largo, largo tiempo...- Dijo. Raúl soltó una pequeña risa y continuaron bailando al compás de la música.

It's Been A Long, Long Time /// LuzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora