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Eran las 8:30 de la noche, las calles estaban levemente vacías y una oleada de frío cubría toda la ciudad, Félix se dirigía a su casa después del trabajo, hoy le había tocado salir más tarde de lo normal y al menor no le agradaba para nada caminar por las calles en plena noche.
Suspiro cansado, comenzaba a tener sueño, pues debido a que trabajaba mucho casi no dormía tan bien.
A Félix le hubiera encantado seguir estudiando, pero no podía, su madre había enfermado y tenía que ayudarla al menos con un poco de sus gastos, aunque siempre le había llamado la atención ingresar a la académica de policías. Pero nunca lo hizo.
Caminaba tranquilamente, no tenía muchos ánimos de llegar a su casa pero tenía que descansar, no podía dormir en la calle, más bien dicho en un puente.
Divisó a una persona a lo lejos, sin embargo no le hizo tanto caso, penso que estaba esperando a alguien y siguió su camino, tallandose los ojos y bostezando.
De pronto, su vista de dirigió rápidamente a la persona que segundos antes había visto y observó como este subía al barandal del puente sentándose en el, Félix se alarmó.
Rápidamente corrió hasta donde estaba la persona y lo tomó fuertemente de la mano, haciendo que el desconocido lo mirará sorprendido. Hasta cierto punto pensó que en cualquier momento aquella persona lo podía golpear o insultarlo por sorprenderlo así.
-- ¡No lo hagas! ¡No te suicides, puedes ser alguien valioso en la vida de una persona! -- Grito levemente alertado.
El pelinegro lo observó tras varios segundos, y soltó en carcajadas.
Félix fruncio el ceño sin entender el porque aquel chico se reía de él.
-- O-oye.
-- Eres muy gracioso, niño -- Félix se estremeció al escuchar la voz del chico.
-- E-entonces... q-que ibas a-a
-- No tartamudees.
Félix dejó de hablar ante la orden del chico.
-- No iba a suicidarme --. Dijo el mayor -- De vez en cuando, vengo a pasar el rato aquí y me imaginó exactamente lo que me dijiste.
-- ¿Eh?
-- Sí, lo de que tal vez soy valioso para alguien --. Dijo -- Pero aún no se para quien.
Félix hizo un puchero y contesto: -- Debe haber alguien y si no lo hay debes buscarlo.
El chico sonrió de lado y lo miro analizando su rostro, pequeño, mejillas regordetas con demasiada pecas, labios gruesos y muy apetecibles, cabello rubio con castaño, sí, era lindo.
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Archivo 12-B: El caso de Spear B [Changlix]
FanficLee Félix sabía que no tuvo que meterse a la CIA en Corea del Sur, también sabía que no tuvo que haber tomado el caso de Spear B. Pero no había vuelta atrás. Él era solo un aprendiz, una presa fácil para Spear B, sin embargo Félix nunca se imagino...