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N°1: A bad day is always a good chance to try new things.





Gun tuvo que haber sospechado que ese sería un mal día cuando, al intentar preparar su café matutino, descompuso su cafetera. Sin embargo, sabía que en su trabajo no había días malos por lo que decidió tomar un café de paso y no perder más tiempo de su departamento. Cuando intentó poner en marcha su auto descubrió que no prendía, así que se vio obligado a tomar el metro. A pocas cuadras de la oficina, notó un mensaje de Off, pero al momento que se distrajo para contestarle, tropezó y se volcó encima su café, astillando la pantalla de su celular cuando este rebotó en el suelo.

Finalmente, Gun llegó al trabajo cansado, con su celular último modelo hecho trizas y una gran mancha café en su costoso traje blanco con pequeños lunares negros. Suerte para él que siempre tenía una muda de ropa en la oficina de Off en caso de que surgiera algún imprevisto.

Sin dudarlo, Gun cruzó la puerta que lo separaba de la oficina de Off y entró a la habitación, sin avisar, como siempre entraba. Claro que si hubiera estado un poco más atento a su alrededor, hubiera notado las persianas bajas en la pared de cristal que separada a Off del pasillo del bufete. Incluso, si Gun hubiera esperado un segundo más, hubiera escuchado desde fuera el chillido de la amante de Off y no los hubiera tenido que ver juntos o desnudos sobre el escritorio del abogado.

— ¡Mierda, Gun! ¡¿Acaso te crees dueño de mi oficina?! — gritó Off haciendo su mejor esfuerza por cubrir con su cuerpo la desnudez de su amante.

Gun reconoció su rostro, era de una de los tantos aprendices en lista de espera, usualmente encargados de hacer fotocopias y repartirlas al abogado correspondiente.

— Sigan con lo suyo, sólo buscaré mi traje e iré a mi puesto— respondió buscando su cambio de ropa en un gabinete cerca de la puerta.

Gun cerró los ojos, sin querer, podía escuchar claramente la risilla de los amantes, mientras, tomando al pie de la letra, seguían en su mundo. Gun dejó la oficina con un suave golpe de puerta, cargando en una mano la muda de ropa y en la otra su corazón roto. Off era un idiota, pero más lo era él por creer que lo que había entre ellos era algo especial.





— Khun Phunsawat— saludó Singto con ligero wai.

— Puedes llamarme P', N'Singto— corrigió suavemente, terminado de acomodar su camisa.

Ambos estaban en uno de los baños del bufete. Gun esperó que Singto hiciera lo suyo y se fuera, así podía encerrarse en algunos de los cubículos a llorar sus penas hasta la próxima que reunión. Sin embargo, el menor se quedó parado a su lado, mirándolo acomodar la ropa manchada en una bolsa de tela.

— ¿Sucede algo? — preguntó luego de unos minutos de silencio.

Observó por el reflejo del espejo como Singto mordía su labio inferior antes de hablar: — Escuché a Khun Techaapaikhun regodearse en los pasillos sobre como el secretario de Khun Adulkittiporn sería suyo por dos semanas. Todo es mi culpa, Khun Phunsawat, si Khun Adulkittiporn me hubiera dicho sobre la apuesta yo...





Suit (BL Version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora