Parte 1

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La siguiente historia contiene lenguaje sexual explícito y no es apta para menores de edad.

La historia toma lugar en el spin off de Paws ands Claws.

Me gustaría explicar que, en mis historias TÚ eres la protagonista. Por eso los hermanos demonios nunca pronuncian un nombre. Simplemente, no me gusta escribir (T/N) "rayita" o MC porque me parece que corta la magia del relato.

Al final de la historia tengo un pequeño mensaje, espero que puedan leerlo.

En la Casa de las lamentaciones, los 7 hermanos y yo nos habíamos sentado a cenar. Habían pasado ya varios días desde el incidente con el pastel de Luke y todos parecían estar acostumbrados a su nueva forma mientras esperaban por el antídoto.

Mientras terminaba mi plato, no pude evitar fijar mi mirada en Levi, quien comía un enorme plato de ensalada a mi lado. La imagen del demonio llenando su boca de lechuga mientras tenia esos cuernos y orejas de jirafa en su cabeza era más de lo que podía soportar.

Intenté respirar y calmarme, pero no podía contenerme.

Cuando Levi me escuchó soltar una risilla, se sonrojó inmediatamente mientras me miraba enojado, entonces se levantó de la mesa.

- ¡Lucifer! ¡Se está riendo de mi otra vez! – Gritó mientras me señalaba.

Terminé por soltar mi risa contenida. Podía escuchar a Mammon y los demás reírse también. Levi se puso aún más rojo.

-Lo lamento, te juro que no quería reírme. - le digo. - Es solo que te ves adorable.

- ¡Voy a borrar tu puntaje del videojuego de ayer! - me gritó.

No es que me importara mucho, pero decidí seguirle el juego.

-No, lo siento, no lo hagas. - le respondí mientras fingía preocupación.

Lucifer, quien comía en el centro de la mesa, se levantó llevando sus platos sucios con él. Pensé que me diría algo, pero solo pasó a mi lado y revolvió mi cabello con una sonrisa.

Todos nos quedamos mudos, pero antes de que alguien pronunciara media palabra, Lucifer entró en la cocina y regresó con una pequeña caja en sus manos.

La caja rosada, envuelta en celofán fue depositada en mis manos.

-Esta semana abrió una nueva pastelería, pensé que te gustaría probar sus creaciones.

Mi cerebro no procesaba nada, ¡¿Lucifer está siendo cariñoso en público?!

pero él se apoyó en el respaldo de mi silla, se inclinó frente a mí y depositó un beso en mi frente.

-Iré a trabajar. – me dijo con una sonrisa y acarició mi mejilla.

La habitación se llenó de un silencio incómodo. Todos me miraban desde sus lugares, buscando respuestas que obviamente yo no podía darles. Avergonzada, decidí centrarme en el regalo y procedí a romper el sello del empaque y abrir la caja.

Dentro había 8 donas perfectamente alineadas y decoradas con chocolate, almendras, caramelos y malvaviscos. Se veían increíblemente deliciosas, con esas cubiertas de colores.

Los hermanos se acercaron a la caja, Levi incluso comenzó a sacarle fotos.

-Bueno, aquí hay 8 donas. Cada uno puede tomar una. - digo después de unos minutos.

- ¡¿En serio?! – preguntó Mammon.

-Está bien. De todas maneras, no puedo comerlas yo sola.

Los hermanos se acercaron con prisa a tomar su parte.

Después de unos minutos solo quedamos Satán y yo sentados en el comedor, con una taza de café al lado.

- ¿No crees que Lucifer ha estado actuando raro últimamente? – me preguntó mientras terminaba su café.

- ¿Entonces tú también lo notaste? – Me alegraba tanto no ser la única. Por un momento pensé que me estaba montando escenarios yo sola.

Él asintió. - ¿Crees que se deba a todo esto de su parte animal?

-Estaba pensando lo mismo. Tal vez está adoptando comportamientos de los lobos.

Satán sonrió. Sé que, en su interior le divertía ver al perfecto Lucifer tener problemas. Su cola se menaba graciosamente de lado a lado.

Se dio cuenta de que lo miraba y su sonrisa se volvió más grande.

-Puede leer tus pensamientos con solo mirar tu cara. - le dije.

El soltó una carcajada. - ¡No sé qué de hablas!

Entonces sentí una presencia detrás mía y por el rabillo del ojo distingui una garra gigantesca que se acercaba con lentitud a la caja de donas.

Reaccioné inmediatamente y cerré la caja con fuerza de un manotazo-

- ¡Beel!

El chico se veía sorprendido. – Tengo hambre, una dona no fue suficiente. - dijo lastimosamente.

-Lo siento Beel, pero solo queda una y es para Lucifer. - el demonio puso una cara tan triste, mientras sus orejas de león se retraían. Era una enorme bola de pelos tan tierna que por un momento estuve a punto de ceder, pero me mantuve firme.

-Lucifer las compró. Seria grosero que no las probara ¿Entiendes?

Derrotado, Beel asintió y salió del comedor. Cuando vi que su figura desapareció del salón del comedor, giré mi cuerpo de vuelva a Satán.

-Como sea, ¿Por qué no buscas información en la biblioteca? – agregó.

-Es buena idea, tal vez eso me ayude.

Ambos nos levantamos para llevar nuestros platos a la cocina.

La Noche del Lobo - Lucifer ObeyMe FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora