Mi nombre es Trollino López Hervás tengo 21 años y actualmente continuo mi aprendizaje en la Universidad estatal de Tropicubo. Estudio en el bloque de administración y soy un humano. Nada especial.
Es lunes, temprano en la mañana y me encuentro parado en la entrada de nuestra prestigiosa Universidad, con frío y con unas ganas de matar a Mike.
—Este Mike ya debería haber llegado...¿le habrá sucedido algo malo en el camino?—quite esa idea de mi mente y suspire.
Bueno mientras espero a mi pequeño mi perrito, comenzaré dando una pequeña introducción de como soy yo.
Si hablamos de mi, les diría que no soy una persona muy complicada, sé guardar la poca paciencia que se me ha otorgado para situaciones realmente difíciles. Pero si les preguntan a cualquiera de mis amigos, les dirán que "complicado" me queda corto.
Me considero una persona sumamente responsable, nunca me quedo solo con las clases que me dan, me gusta investigar más. Tengo que mantener mi puesto como el mejor alumno de esta generación.
No me quejo, al ser el hijo único del Rey todos te ven con miedo y respeto. Es algo con lo que he tenido que vivir desde mi niñez, es esa la razón por la cual no poseo muchos amigos y los que tengo en realidad se han esforzado para conseguir mi amistad.
Mis padres siempre han sido exigentes conmigo, al ser el siguiente en la línea de sucesión tenía que ser apto para el cargo. Así que he dado lo mejor de mi, siendo motivo de orgullo para mis progenitores, porque cuando llegué al trono hay muchas cosas que me gustaría cambiar.
—¡Hola Trollino!—
Esa voz fue suficiente para llamar mi atención, voltee mi cabeza inmediatamente y lo vi. Mike lucía tan lleno de energía, cargaba en sus brazos una especie de funda negra, parecía algo pesada y así era, ya que Mike se balanceaba a cada paso que daba. Camine hacia el castaño y le sujete de los hombros para evitar que se cayera.
—Trollino, haces honor a tu nombre, ayudando a quien lo necesite—me dio una dulce sonrisa, mis mejillas se sintieron cálidas.
También me había conseguido el respeto de las personas no solo por mi título de príncipe, sino, porque me disponía de ayudar a la gente en sus situaciones. Desde entonces recibo el nombre de "El que está donde debe estar", no me gustaba para nada el apodo pero me tranquilizaba el hecho de que me veían como un gran futuro rey.
Es pesado tener que siempre ser perfecto, al menos tenía de consuelo al grupo de personas que me rodean, esperanzados en mi. En darles una mejor vida.
Regrese a mi realidad, Mike revolvía mi cabello y sonríe ampliamente. Mostrando sus pequeños colmillos con sus orejas alzadas. Esta feliz. Mi corazón empezó a latir con fuerza, este chico sabía como ponerme nervioso con solo un toque.
—¡Trollino, he escuchado que te darán otro nombramiento!, ¡Es genial, te has esforzado tanto desde que te entraste a la universidad, te mereces un premio!—me miró feliz y empujó la funda negra hacia mi pecho.
Lo que me faltaba, si sigue siendo tan lindo tan temprano no podré soportarlo más y lo besare en la entrada. Sostuve la pequeña funda y la abrí con sumo cuidado, dentro de ella se encontraba una pequeña caja con flores de color naranja, preciosas y bien pintadas. Sabia de sobra que Mike no era un buen artista, pero el detalle era para mí. Mi cuerpo tembló ligeramente, siempre me daba obsequios cuando conseguía algo, decía que era importante reconocer todo lo que había hecho.
Otra razón por la cual este chico me trae tan loco.
—Le pedí a Flex que me ayudara a pintar la caja, lo que se encuentra dentro lo compre yo. Espero que te guste Trollino y felicidades por tu nuevo logro—Revolvió mi cabello una vez más, era divertido verle hacer eso, tenía que pararse de puntas para alcanzar mi cabeza. Más tierno no podía ser.
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Los Compas
DiversosUn grupo de amigos se mudan a su nueva mansión y muchas cosas interesantes pasarán ahí.