El edificio de los dormitorios era notablemente diferente al edificio del castillo. Este era completamente de un material parecido al cristal por el exterior, pero en el interior era de mármol y algunos detalles en madera. Los elfos eran muy precisos en la arquitectura estaba demostrado que sus obras siempre tienen un encanto hipnotizador.
-¡Bienvenidos! Oh, pero si es usted joven Mateo.- un hombre regordete nos recibió sonriente en la entrada del edificio. Por su uniforme color rojo oscuro con detalles negros pude intuir que este debía de ser el guardia encargado de vigilar el edificio.
-¡Pedro!- Mateo soltó mi brazo y procedió a hacer una especie de saludo de manos con Pedro. Una vez finalizaron su ritual de amistad comenzaron a hablar sobre las vacaciones, deportes y cualquier tema que se les ocurriera. Pedro al percatarse de mi presencia automáticamente se puso erguido y arregló su uniforme.
-Pedro Gong, oficial de seguridad de este edificio. ¿Cómo puedo ayudarle señorita?- dijo estirando su mano hacia mi.
-Mucho gusto, soy Amara Pendragon. Acabo de llegar a la academia y me gustaría saber cual sera mi dormitorio.- comenté correspondiendo a su saludo.
- Con gusto señorita.- sin decir una sola palabra hizo una runa en el aire y acto seguido un pequeño cofre apareció en sus manos, de este sacó una llave con un número grabado delicadamente en ella. - Su habitación es la 303, tenga su llave.-
-Gracias.- respondí y agarré la llave. Miré a Mateo y este hizo un gesto para que lo siguiera. Al moverme un poco pude notar que frente a nosotros había una gran chimenea en la cual podía caber cómodamente una persona.
-Si quieres llegar a tu piso solo debes entrar y pensar en el número de tu habitación y listo.- juntos entramos a la chimenea en en solo unos segundos nos encontrábamos en una sala común la cual abría paso a un pasillo que llevaba a las habitaciones.
Finalmente me encontraba justo en frente de mi habitación. Por primera vez desde que había llegado a la academia me encontraba nerviosa, no podía parar de pensar en cómo serían mis compañeras de habitación. Introduje la llave silenciosamente y con lentitud abrí la puerta. Me sorprendí al encontrar su interior hecho un desastre. En una de las camas había una chica pálida de cabello platino sentada tranquilamente ignorando los gritos a su alrededor. Frente a mi una bola de fuego pasó a pocos metros de mi rostro en dirección a una chica rubia que se encontraba pintando la pared frente a lo que parecía ser su cama.
-¿Pero qué te sucede? Si no llego a tener una runa de protección pude haber muerto calcinada.- gritó la bruja rubia mientras se bajaba de la cama para enfrentarse a la chica que le había tirado la bola de fuego.
-Deja de pintar la habitación si no quieres recibir un ataque más fuerte.- la otra chica se acercó de manera intimidante revelando así su identidad. Era alta de cabello negro y por las escamas rojas y doradas que aparecían en sus brazos supe que era un dragón de fuego.
-¿Ruby?- Mateo que había estado todo este tiempo en silencio ahora tenía una expresión sorprendida en el rostro. La chica dragón al escuchar su nombre se sobresalto y miro hacia nuestra dirección.
-¡Teo! ¿Que haces aqui?- dijo con voz dulce ignorando que aún estaba en medio de una discusión. Ella comenzó a caminar hacia Mateo pero al notar que mi cuerpo le impedía el paso su expresión angelical cambió repentinamente a una de asco.- ¿Y tú quién eres? -
-Amara Pendragon. Ahora si me disculpas me gustaría entrar en mi habitación.- dije y seguido la empuje un poco para poder pasar. Pude escuchar como ella soltaba improperios a mis espaldas. Como no estaba dispuesta a aguantar malos tratos de ningún dragón me gire lista para enfrentarla nuevamente pero fui interrumpida por las estruendosas carcajadas de Mateo.
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Amara Pendragon
FantasyAmara Pendragon comienza su aventura en la Academia Verdes Sombras, llevando consigo un tornado de ocurrencias y problemas. Pero lo que esta joven bruja no se espera es que al estar en la capital del reino Encantia muchos secretos serán revelados ca...