ᴇs ᴀᴛᴇʀʀᴀᴅᴏʀ...

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No, no y no. Yo no puedo aceptar que a todos los demás les guste tanto. No es que no me guste, me ha salvado una infinidad de veces. Pero la primera impresión nunca se olvida, ¿no? Claramente no voy a cambiar de opinión nada más de un día para otro—aunque han pasado años, pero como sea—

Miedo.

En cada entraña de mi cuerpo. Eso es lo que sentí y creo que los demás en algún punto lo han sentido así. Por eso sé que tengo razón.

Fue sorpresivamente. Ni siquiera me considero alguien que se asuste fácilmente—a menos que me encierren en una casa "embrujada" solo—. Y no sólo fue por la situación en general, ¿o si? no estoy muy seguro, pero se los platicaré.

Llegue para mi primer año de universidad, al principio del segundo semestre de ese año. Normalmente estoy acostumbrado a llamar la atención, porque ¿cómo no? Me vuelvo popular rápidamente y se empiezan a crear rumores sobre mi a donde quiera que vaya. Obviamente porque soy lo suficientemente guapo. Sé que suena un poco creído pero es la verdad.

Pasó un mes de mi llegada y empecé a escuchar murmullos. Pensé que eran sobre mi pero, para mi sorpresa, no.

"Escuche que Kim se acostó con una profesora"

"Yo escuche que se peleó con Bang"

"No, no, el que lo engaño fue Bang"

"Así que los príncipes están solteros"

Todo era sobre eso, no había murmullo alguno que no fuera sobre ese tema. Sentí curiosidad y al mismo tiempo lástima por ellos.
¿Que tanto deberían estar sufriendo para que todavía todo el mundo hablara de eso?

Ese día en especial estaba melancólico y después de platicar con algunos de mis nuevos compañeros salí hacia uno de los jardines que tenía un árbol gigante. Quería sentarme ahí a dormir—iba a decir reflexionar pero se vería muy falso—. Cuando llegue ahí vi que había otro chico, su cabeza estaba puesta en las rodillas, sus manos derrotadas caían hacia el piso y en una de ellas estaba un libro; "Christopher Bang" se leía en la portada, puesto con marcador.

Pensé que estaba dormido pero repentinamente escuche un sollozo.
¿Este será el chico Bang del que hablan? ¿Estaba llorando? ¿Porque nunca puedo dejar de meterme donde no me llaman? Todo eso pensé mientras le hablaba al pobre chico.

—Disculpa, ¿estas bien?—él se sobresaltó, levantó su rostro lleno de lágrimas y se las limpió.

—Bien, bien—dijo rápido, tropezando con sus palabras, se paró listo para irse cuando escuchamos un grito.

—¡Christopher Bang!—los dos volteamos hacia donde venía esa voz que se acercaba rápidamente.

—te he buscado todo el...¿porque estás llorando?—su voz bajó un tono cuando pregunto lo último y el chico a un lado de mi estaba a punto de responder cuando sentí como me levantaban del suelo.

—¿Este idiota fue el que te hizo llorar? ¿Que fue lo que te dijo?—sus ojos no dejaban el rostro de—al parecer— Christopher.

—¡¿Qué le dijiste?! ¡¿Todavía siguen con es mierda de rumor?!—sus ojos voltearon hacia mi después de una eternidad y mis palabras se atoraron en mi garganta—¡¿No pueden dejarnos en paz ni diez minutos?!—me sacudió en el aire, yo quería responder, tenía las palabras en la punta de la lengua pero no salían, quería patalear o golpearlo pero no me podía mover.

Sus ojos miraban mi alma—así lo sentí yo—, su mandíbula estaba apretada formando una línea recta y su respiración se sentía pesada. Era relativamente más grande que yo, así que era entendible mi falta de reacción, ¿no? No es que tuviera miedo. Si, bueno, si tenía miedo. Sentía que podía acabar con mi vida en cualquier momento. Pero eso no fue lo que más me asusto.

Me tiro al piso y me soltó un golpe a la mandíbula, mis ojos quedaron a la altura de sus pies, pensé que seguirían más golpes así que cerré los ojos. Pero sentí una gota, cuando mire hacia arriba  me di cuenta que salían de sus ojos.

—Estoy bien con que me digan cosas a mi, rumores sobre mi, pero por favor dejen de decir cosas de Christopher, su único error fue conocerme—su voz se corto un poco pero entendí completamente lo que había dicho.

Ahí fue cuando me asusté—más de lo que ya estaba— pero ese miedo no era por mi. Era por él. Sus ojos se veían tan indefensos y ni si quiera era por su propio dolor, estaba tomando el sufrimiento de su compañero para que él no lo sintiera. Un escalofrío corrió por mi espalda.

¿Que haría Kim Woojin por Christopher Bang?

—Woojin—se escuchó un susurro, el hombre atormentado frente a mi volteo hacia atrás.—Ese muchacho no me dijo nada y aunque lo hubiera hecho, sabes que todo eso no me importa, tú mismo dijiste que no necesitamos poner atención a lo que dicen los demás, ¿porque crees que yo lo haría?—la voz de Chris era dulce mientras tomaba por los hombros a Woojin—Son puras estupideces— sonrío hacia el hombre más grande pero sus ojos aún estaban rojos.

—Entonces, ¿porque llorabas?— Woojin pasó uno de sus puños por sus ojos, tratando inútilmente que no viéramos más sus lágrimas.

—Por una tontería—Chris le respondió, su sonrisa tembló, Woojin se le quedó viendo y el chico Bang dio un suspiro.—Mamá llamó...—soltó cuando agachó su cabeza y el tal Kim lo abrazo por los hombros. En ese momento sentí como se olvidaron completamente de mi existencia porque empezaron a hacerse promesas de amor y mimos entre ellos. Carraspee mi garganta, listo para huir de ahí.

Con permiso, no me necesitan más aquí. dije en mi mente.

—Alto ahí—la voz de Christopher se hizo más potente—No se quien seas tu, pero nos vas a acompañar—trague saliva, tal vez nadie debía saber lo que había pasado aquí y ahora iban a matarme para ocultar la evidencia

—No pongas esa cara, te vamos a llevar a comer, como disculpa. Jinnie acostumbra portarse como una bestia.

—No quiero parecer grosero pero el tal "Jinnie" me mira como si no quisiera, así que no—dije después de que su mirada atravesara mi nuca, parece ser que se enojo aún más por mi comentario y gruño un "No me digas Jinnie".

Al final de cuentas termine acompañándolos porque son muy persuasivos—intimidante como el demonio—.
Llegamos a su casa después de un camino corto pero incómodo en auto.

—lamento tener que traerte a nuestra casa pero los niños han de estar muriendo de hambre—¿nuestra? ¿Niños? ¿Que diablos? Christopher lo soltó como lo más normal cuando bajamos de el auto, tenía una sonrisita en su cara.

Woojin levantó una ceja gracias a mi expresión. Parecía que diría algo pero se escuchó mucho ruido desde adentro.

—Creo que BangChan se va a enojar.

—No se enoja si no se da cuenta,¿no innie?.

—Tiene razón, tenemos que tirarlo o pegarlo, si pegarlo es mejor.

Para mi esas no se escuchaban como voces de niños. Vi como la cara de Christopher se ponía roja totalmente

—¡KIM! ¡YANG! ¡LEE! ¡¿QUE DEMONIOS HICIERON ESTA VEZ?!—azoto la puerta cuando la abrió, yo escuché un "Nada omma" desde adentro y después le siguieron muchos murmullos y gritos.

Mire a Woojin, buscando respuestas en él, pero él estaba sonriendo. No lo había visto sonreír ni una vez en lo poco que llevamos de conocernos.
Su sonrisa parecía sincera y no despegaba su vista de la puerta.

Cuando me miro la sonrisa seguía en su cara y con su cabeza me invitó a pasar.

Estaba asustado.

Pero mi curiosidad es más grande, así que lo seguí.

Nunca aprendo, eh.

El Efecto BangChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora