남사당

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"Mi nombre es Kim Seokjin, rey y heredero único de los Tres Reinos de Corea*... Y esta es mi versión de la historia.

Espero que, algún día, todos sepan que mi único crimen fue haberme enamorado perdidamente. Que jamás atenté contra mi gente y que uno de mis más profundos lamentos siempre será no haber podido hacer más por mi reino. Ahora, mientras escribo esto, estoy mirando al cielo nocturno, rogando a cualquier deidad que exista porque mi muerte próxima no desate el caos y mi reino no vea tiempos oscuros. Podrían pensar que les deseo el mal por haberme irrespetado tanto, pero el odio es un sentimiento que nunca fui capaz de conocer... Tal vez por eso moriré, por ser demasiado blando, por no ser capaz de dañar a quien me daña."

Termino de escribir el primer pergamino, dejándolo a un lado de las velas para que se seque más rápido la tinta, y luego de colocar el pincel a un lado miro por sobre mi hombro derecho. Sobre un pequeño cojín yace mi corona, un cilindro hecho de oro que debe ajustarse a mi largo cabello recogido en una cola de caballo, y se sostiene al ser atravesado por una varilla con varias piedras de jade talladas en forma de rosas, la cual es el único accesorio que puede ser cambiado de generación en generación.

Rosas.

Mi padre nunca estuvo de acuerdo con que mi corona tuviese rosas de jade. La suya tuvo una varilla en forma de dragón con escamas de rubí. Decía que las rosas auguraban debilidad, que sería un rey inútil e irrespetado si las usaba... Supongo que tenía algo de razón, pero no me arrepiento de hacerlo. Mi madre fue quien tuvo la valentía de pedir que la hicieran para mí... Jamás sería capaz de irrespetarla de esa forma, no con todo el amor que me dio. Muchos años después, soy consciente de que nunca fue culpa de las rosas, ni mía. Nadie tiene la culpa de no ser capaz de odiar.

Con un suspiro y una pequeña sonrisa provocada por la imagen de mi madre en mi cabeza, dejo de divagar y tomo otro pergamino para seguir escribiendo.

"Esta historia, sin embargo, no es sólo sobre mí o sobre cómo nunca fui lo que otros querían que fuera. No, esta es la historia de cómo fui capaz de encontrar el otro lado de mi hilo rojo, ese del que oí hablar tantas veces y ahora sé que todos tenemos.

Esa mañana al despertar entre los murmullos malintencionados de siempre, no pensé que mi vida estaría a punto de cambiar. Para bien o para mal, ese cambio llegó para hacerme sentir vivo por primera vez, por más irónico que eso suene ahora.

Luego de desayunar, una de mis queridas doncellas entró para ayudarme a vestir con uno de mis trajes más formales; le pregunté la razón de la vestimenta y, con una sonrisa cómplice, me dijo que un grupo de Namsadang* vendría ese día al palacio, como regalo de parte de un reino vecino. 'Hoy será un día inolvidable, Rey Seokjin, espero poder verlo sonreír al menos un poco' dijo, en un tono que le di la confianza de tener cuando estábamos a solas, mientras peinaba mi cabello y, sabiendo lo mucho que me gustaba desde pequeño, me aplicaba un poco de color en los labios, mejillas y ojos. Hasta hoy, no sé si mi querida Sana tenía el poder de ver el futuro o si sus palabras solo fueron un deseo al azar, pero no se equivocó.

Un par de horas más tarde, ya estaba sentado en mi trono, mientras los músicos militantes tocaban su respectiva melodía de bienvenida. Sentía las miradas llenas de veneno de parte de los jefes de las familias de Hueso Sagrado*, así como de los comandantes militares, pero las palabras de Sana me ayudaron a mantener una actitud positiva. No iba a dejar que me faltaran el respeto, no ese día.


En una explosión de colores, música y movimiento, el grupo de artistas se hizo paso hasta llegar a la estancia real, sacándome una sonrisa. Una de las cosas por las que se me criticaba tanto, era que no podía guardar mi emoción cuando algo me interesaba, decían que no serviría para las negociaciones, pero la verdad nunca me importó. 'Si no puedo sentir ¿Para qué estoy vivo?' siempre le preguntaba a Sana, a lo cual me respondía con una sonrisa orgullosa y una suave caricia en mi mejilla, 'Tiene razón, no tiene sentido vivir de otra forma'.

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⏰ Última actualización: Jul 08, 2020 ⏰

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남사당 (Namsadang) - One Shot (SIN/Yoonjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora