el timbre sonó y jaemin corrió rápidamente hacia la puerta acompañando de un "yo abro", respiró hondo para no parecer agitado y abrió.
—jaemin, que gusto verte otra vez querido —dijo la madre de jeno con una gran sonrisa en su rostro.
—el gusto es mío, señora lee, y buenas tardes señor lee, y buenas tardes jeno —saludó a los otros dos también sonriendo.
todos se juntaron y se pusieron a hablar de cosas de adultos por lo que nana y jen solo cruzaban miradas y se concentraban en cualquier cosa sin sentido, como una mosca.
—ma, vamos a mi habitación, ¿está bien? —preguntó jaemin mientras se paraba.
—claro cielo.
jae se fue seguido de lee y se sentaron en la cama del menor.
—no vi ningunas flores —mencionó nana mirando a un costado.
—nunca dije que fueran para tu madre, dije para mi suegra, ella no es mi suegra.
jaemin no supo como reaccionar ante ese comentario y su rostro se volvió inexpresivo, debía admitir que eso le dolió un poco. ¿acaso lee jeno tenía pareja? ¿cómo es que nunca se había enterado? ¿y por qué casi nunca menciona a otras personas?
—exacto, porque no tienes —contestó (al fin) burlón.
—¿en serio? —alzó las cejas y nana asintió —si, tienes razón... ¿tu hermana?
—se quedará en lo de unas amigas, por suerte —rodó los ojos y se acostó.
—ni que fuera un diablo... —jaemin lo miró obvio y jeno solo se calló.
—oye, jenjen —el menor se incorporó quedando bastante cerca del contrario.
—¿si?
jae se quedó sin palabras en aquel momento, quedó inmóvil. miró rápidamente los apetecibles labios de jeno sin que este se diera cuenta. decidió intentar actuar normal e inclinó la cabeza sonriendo.
—nada.
jeno apretó uno de sus cachetitos suavemente, eran tan bonitos, suavecitos y NSNNDND.
—ey~
—te dije que quería apretar tus cachetes —dijo y atacó a ambos esta vez —. son tan suaves~
—no son... no —frunció el ceño.
—eso te hace aún más tierno~
jaemin sonrió al ver a los ojitos de jeno achicarse ya que sonría.
—¡chicos! la cena está lista —dijo la madre jaemin antes de entrar a la habitación y ambos se separaron antes de que la puerta se abriera, como si hubiesen hecho cosas del diablo —. vamos —hizo una señe con la cabeza.
ambos se pararon y se dirigieron a la mesa. olía delicioso. el menor miró a heno de reojo y luego a su plato. comieron en silencio (menos sus padres que hablaban de trabajo y esas cosas) y la madre de jaemin invitó a jeno para que se quedara a dormir. luego de un largo rato los padres se fueron y los otros dos estaban por irse a dormir, jeno en la parte que se abría de la marinera y jaemin en donde siempre.
—jen —susurró tirando de su brazo.
—¿si?
—no tengo sueño.
—a decir verdad, yo tampoco —miró a otra parte.
—¿podemos ver una película? —se sentó.
—como quieras —sonrió.
—ven, ven —dijo haciendo referencia a que se acostara con él y apretó sus manitas.
—voy, voy —rió y se acostó junto a jaemin.
—¿qué quieres ver? —preguntó tomando el control y encendiendo la tele.
—cualquier cosa, lo que tú quieras —apoyó su cabeza en el hombro del menor.
decidieron poner la sociedad de los poetas muertos. jae sentía la mirada constante del mayor y eso lo ponía mucho más que nervioso, no quería mirarlo porque se iba a poner súper vergonzoso y prefirió ahorrárselo. jeno juntó sus manos por debajo de las sábanas y acarició la palma de la mano de jaemin con su pulgar, este soltó una risita porque le causaba algo de cosquillas.
—el lunes voy a poder verte de uniforme otra vez —mencionó lee.
—me ves más o menos cinco días a la semana, ¿en serio te sorprende? —nana lo miró.
—si... te queda muy lindo, te hace ver más inteligente y atractivo de lo que ya eres —el menor aguantó la respiración y apretó sus labios.
—bueno, a ti, tam-bién-n te queda muy bonito, s-si —tragó saliva.
—gracias por eso —rió y dejó un beso en la mejilla de jaemin.
se iba a morir en cualquier momento, lee jeno, acababa de darle un beso en la mejilla, ¿me ama o algo así? no estaba preparado, que me sonroje dice, que me enloquezca dice, soy un mar de lágrimas internamente, ayuda, ¿qué hago? en serio, me acaba de besar~. iba a estallar.
na se llevó su mano al pecho, que por cierto, su corazón latía como loco, dejó su mano ahí e intentó concentrase en la película.
