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02/07/19

Muerte.

Nos espera desde el primer instante, buscando el momento para llegar y llevarnos, para robarnos todo lo que queremos, todo en lo que creemos.

Porque, claro, ¿qué importa la vida?

¿Que importa disfrutar de una buena historia, de una buena aventura, de una buena montaña rusa?

¿Lo injusto de la gran situación?

Nadie quiere morir.

Suicidios. ¿Crees que ellos lo quisieron en el primer instante? Si tenemos el instinto de luchar por la vida al nacer, ¿por qué querríamos morir ahora?

Injusta sociedad, injusta vida, injustos estereotipos e injustos los modos "en los que debemos vivir".

Pero no, este no es el tema.

El tema es: enfermedades congénitas.

Desde el nacimiento hasta la muerte.

¿Por qué hablar sobre eso?

Porque me di cuenta de lo jodidamente injusta que es. Atrapando niños que no hicieron nada.

No lo pidieron,
no lo causaron,
no lo quisieron.

Pero lo viven. Y lo mueren.

Vive la vida, dicen, vívela como si fuera el último jodido momento, el última día, el último encuentro.

Sé feliz. Despídete cada vez como si fuera la última vez que lo hicieras. Ríe, llora, abraza.

Tienes un tiempo de vida, una espera hacia la muerte que aumenta, y aumenta, y aumenta.

Hasta que simplemente se detiene.

Naces con la enfermedad, mueres con la enfermedad. Es la ley, capitán.

Solo vive. Como si no hubiera un mañana.

Nunca sabes si te arrebatarán tu vida.
La enfermedad. O la jodida sociedad.

La vida es una montaña rusa,
disfrútala mientras dure.

Ana Itzel

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