Y Ahora...

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Somos polvo en una constelación de estrellas y luz en la oscuridad. Soy mi propio demonio que me asfixia sin parar, no tengo descanso de mi ansiedad pr querer destruirme en la tormenta que no e, ite. El vaso rebosante de agua y yo intento llenarlo. El alma carcomida por prejuicios que no existe y el ataud vacío por sentimientos jamás dichos, palabras jamás expresadas y gritos no dados. Estoy vacía por dentro y como la fosa de un volcán queriendo explotar. El mercurio ya no mata, ni envenena. El agua ya no tiene su pureza. Ni la naturaleza la fuerza. Estoy cansada de luchar por una libertad perpetua, y estoy atando me a la nada por irracio al e impulsividad.
El mar que espere se ha ido igual que la vida que soñé. Las palabras han muerto y el sentimiento se ha ido caigo en el acantilado y parece no haber fin. Caigo, sin llegar a la profundidad del abismo. Es un hoyo negro que solo hace que el vacío se expanda más. Suplico al dador que pare, y que ese ataud deje de estar vacío.

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