I N T E R C A M B I O

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Estaba empacando sus cosas, algunas más necesarias o innecesarias que otras, doblaba cada prenda de forma lenta como si eso pudiera atrasar el reloj también pero sabía que eso era muy tonto de su parte, pero simplemente, no quería irse de allí.

«¿No le hago falta a Black Hat?»

Era obvia la respuesta, suspiro con pesar y bajo su enorme maleta que contenía su ropa y varios objetos de uso científico que creyó necesitar en su estadía con el hermano mayor de su jefe.

Justo cuando dio un paso fuera de su laboratorio, encontró a otro chico con la misma bolsa de papel que él tenía puesta, sabía quien era gracias a muchos inventos que habían dado la vuelta al mundo y que funcionaban con total perfección pero él no podía comprender mucho ese sentimiento de éxito.

Slug lo miró, apesar de que no podía ver sus ojos, podía sentir la indiferencia desde la distancia de dos pasos. Miró como tenía una maleta más pequeña que la que traía.

—Buenos días. —Saludó con una sonrisa tímida. Slug tan sólo levanto su mano con el guante que lo caracterizaba y la movió en forma de saludo para proseguir a entrar al laboratorio.

Se quedó en el marco de la puerta por curiosidad por ver lo que haría el otro científico y se sorprendió cuando dejo su reducida maleta en la mesa y esta se abrió por si sola para mostrar un mecanismo dentro que permitía que muchos dispositivos fueran guardados, era como ver una montaña de artefactos extraños e interesantes.

«¿Cómo no pensé en eso? Idiota.»

Siguió caminando para llegar a la puerta de una oficina, apenas iba a tocar cuando recibió el "Pase" de Black Hat. Empujo la puerta suavemente para asomar su cabeza lentamente y luego entrar completamente, no podía ver nada y eso se le dificultaba bastante hasta que tropezó con su propio pie, estaba apuntó de caer pero sintió como unas manos agarraban su cintura para luego ayudarlo a ponerse de pie, se sonrojo gravemente ante eso.

—Debería tener más cuidado, doctor. —Flug juraba que nunca podría cansarse de escuchar aquella voz grave y rasposa.

—L-lo lamento, s-señor. —Espero unos segundos para que Black Hat lo soltara pero ese momento no llegaba, de pronto, sintió su cintura más apretada y escuchaba más cerca la respiración del otro.

Pudo adaptarse más a la oscuridad y divisó a Black Hat tan cerca de su rostro que no pudo evitar ponerse nervioso. —Debe cuidarse cuando se vaya, doctor. — el agarre se había vuelto más ligero hasta que finalmente desapareció, vio la sombra del hombre alejarse y eso produjo desilusión en sí mismo. —Usted es de mi propiedad, no lo olvide.