XI

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Al despertar Senku no podía dejar de pensar por qué ella estaba tan tranquila después de lo que había pasado el día anterior.

Él se sentía tan extraño al descubrir cosas que nunca había sentido, mientras que ella parecía que no había sentido nada.

Se puso a pensar en eso, en por qué ella no parecía sentir lo mismo que él, llegando a dos conclusiones: la primera era que ___ , a diferencia de él, no tenía problemas en dar o recibir muestras de afecto por parte de los demás, es más cunado Byakuya aún seguía en casa en ocasiones la peinaba, acción que a ella le encantaba y se la veía muy feliz con cosas tan simples como esa, algo que él nunca había entendido hasta ese momento, no le importaba volver a repetirlo, solo si lo hacía ella.

En uno de los descansos Senku pilló por banda a ___ y se la llevó como siempre a un lugar apartado, dónde no pasase nadie durante un tiempo, empezó a besarla como solía pasar desde hace bastante.

- Hazlo – se separó para dar la orden–

- ¿El qué? – Lo miró confusa, dejando caer su cabeza a la izquierda, gesto que a Senku le seguía gustando. Le parecía algo muy tierno. -

- Lo que hiciste ayer – volvió a ordenar con una mirada suplicante –

___ se quedó sorprendida al ver aquella mirada, nunca le había visto así, también le llamó la atención que le ordenará hacer algo, nunca lo había hecho, pero esa mirada la desconcertaba.

- ¿Lo de ayer?

- Si...

Le costaba pedir algo así, le hacía sentirse extraño, ería su orgullo pero lo necesitaba...necesitaba volver a sentir esa sensación.

- ___ sabes a lo que me refiero – fijo su mirada escarlata con la dorada de la chica, con el ceño fruncido– sé que lo sabes

- Puede que ahora sí pero antes no...– le respondió con burla –

Este mostró una sonrisa ladina y volvió a unir sus labios con los de ella, desesperado porque la joven volviese a posar sus manos sobre su cabello, cosa que hizo unos segundos después, provocando que él cambiase el ritmo de ese beso desesperado por uno más tranquilo, suave, cálido.

Ambos disfrutaron dicho momento, el cual termino cuando empezaron a escuchar pasos que se acercaban. Estos pasos pertenecían a un grupo de chicos que al ver a esos dos, especialmente a ___ se acercaron hasta parar delante de ellos.

- Hola ___ , Senku – dijo uno de los chicos, pronunciado el nombre de este último con indiferencia –

- Hola

- Hola – respondió el de ojos escarlata algo molesto, le habían interrumpido –

- Oye ___, que te parece si al salir de clases vamos a dar una vuelta tú y yo solos. – hablo sin apartar la mirada de ella –

Senku contemplaba la escena fijamente mostrando en sus ojos un odio inmenso e imaginando que podría inventar para enseñarle a ese chico que no debía acercarse a ___.

- Después de clases tengo que ir al club de defensa personal

Senku miró a ___ algo incrédulo pensando en la posibilidad de que ella le diera una respuesta afirmativa a ese chico.

- No hay problema, puedo esperar a que salgas – dijo con una sonrisa socarrona –

- Está bien, si quieres podemos ir algún sitio.

Senku la miró sin entenderla, no podía creer que ella hiciera algo así, entonces ¿Qué pasaba con lo que ellos hacían?, ¿no era nada? Estaba confuso, muy confuso.

Mi única Excepción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora