Jeͤaͣloͦuͧs͛ [J.Jungkook] [+18]

Let Me Love You

Pasado un tiempo Jungkook se encontraba mejor, no del todo pero al menos ya no lloraba día y noche como anteriormente lo hacía, a pesar de haber sido un completo idiota con su "Ex" sus amigos que también eran amigos de ella se habían quedado a su lado, supo que eran buenos chicos y estaba tan agradecido de tener unos hyungs como ellos.

A los días, mejor dicho semanas pudo tomar el coraje de salir de su cueva y volver a saludar al mundo exterior -lo cual ciertamente era bastante difícil teniendo en cuenta que Jiyoo vivía frente a él- se vio así mismo iluminado por el resplandor que le brindaba el sol en su punto, Hoseok le había aconsejado salir y despejarse un poco, también le había informado que no se detuviera por Jiwoo pues la chica desde el día que discutió con él se vio en la penosa necesidad de abandonar su hogar para ocupar estancia en el departamento de Lyn, debía admitir que se sintió pésimo al escuchar que la chica había tenido que recurrir a esos extremos sólo para evitarlo, tampoco era que él se sintiera con muchos ánimos, sin embargo agradecía el que sus Hyungs fueran tan atentos con él, su cumpleaños había sido un rotundo fracaso, y comenzaba a plantearse el hecho de a partir de ese año odiar los próximos días que le recordaban su nacimiento y por ende, la ruptura más cruel que había experimentado.

Claramente los anteriores no habían sido así, de hecho todo lo contrario, desde que conoció a Yoonie todos sus cumpleaños eran mucho mejores - excepto el más reciente- caminando por la calle principal de la plaza, un poco alejado se vio asi mismo divagando, recordaba tantas cosas junto a Jiyoo, esa mujer había logrado meterse en lo más profundo de su ser.

Recordaba sus sonrisas, sus extrañas anécdotas, su humor negro tan pesado y muy característico de ella, era una persona auténtica e irreemplazable, llena de vida y amor por dar, amor que pudo haber sido suyo si tan solo hubiera aprendido a controlarse.

Su relación no era la más perfecta, de hecho nunca lo fue, discutían por todo pero volvían a estar juntos, Yoonie era una persona con el carácter más fuerte que alguna vez pudo conocer y tan genuina, a su manera buscaba arreglar las cosas y él, el amor que le tenía podía con su orgullo.

Soltó una pequeña risa al recordar su primera pelea, tenían un mes de novios y parecía que la cosa iba de maravilla, ambos tenían unos gustos caóticos, eran tan diferentes pero se complementaban, de alguna forma u otra era su alma gemela, se encontraba tan cómodo y feliz a su lado.

El problema no llegó hasta la quinta semana de novios, sin duda la antigua relación de Jeon le había dejado marcado, más de cuatro años desperdiciados con una persona que no supo valorarlo, Ji supo dejarle huella y para mala suerte de Yoonie, Jungkook se volvió más inseguro que nunca, temia que le volvieran a engañar, que todo se fuera a la basura. No quería salir lastimado y por ello siempre procuro cuidar de Jiyoo, también sabía que la chica valía oro pues ella jamás le haría algo así.

Pero ahí estaban, todas esas voces que dañaba la pobre mente de Jungkook, le atormentaban y gracias a eso, surgieron las innumerables peleas sobre lo controlador que era, lo manipulador, machito, celoso y tóxico. Era horrible decirlo así pero no se ganaba nada con disfrazarlo.

Yoonie llena de paciencia y comprensión supo entenderlo, ella había estado para él ese día que todo se vio crítico en su vida, cuando se vieron esa noche nunca se imaginaron la historia que les tendría preparado el destino, un futuro juntos lleno de tantas emociones.

Malas y buenas.

Rosas, Jeon se paro para ver la vitrina del local que mostraban perfectos ramos de diversos tipos de flores, entre ellos las rosas, esas rosas que le recordaban la vez que decidió luchar con sus temores y dar un gran paso con la castaña de sus sueños.

Una noche estrellada y un ramo de flores, fueron el detalle para que Jungkook accediera a la petición de Jiyoo.

Porque esa mujer estaba loca por Jeon y este preso del pánico por abrir su corazón ante la castaña evadia todas las muestras de cariño que le brindaba la chica, fue un camino largo pero había dado sus frutos.