Prólogo

33 3 35
                                    

¿Has sentido alguna vez que eres la mierda que le sobra al mundo?

Pues yo sí.

Mi vida es una completa mierda, pero aún así no quiero acabar con ella, soy una cobarde. Es algo así como ese tóxico amor que alguna vez se puede tener; te aferras a él a pesar que a su lado sufres, porque no tienes el valor suficiente para terminarle.

Pero que más da.

Estoy sentada justo en el lugar de siempre, haciendo lo mismo de siempre; esperar que pase a entrenar.

Al cabo de unos minutos su cabellera negra resplandece en el largo pasillo que conecta al instituto con la cancha de fútbol. Luce perfecto como siempre. Su uniforme se adapta bien a cada parte de su cuerpo.

La camisa blanca de mangas largas se ciñe a la perfección a los escasos músculos de su torso y brazos, en su cuello lleva de manera desordenada la corbata de rayas rojas, blancas y negras;  en su mano, reposa la chaqueta que debería ir sobre su camisa blanca y hace juego con el pantalón negro resalta su redondeado trasero y torneadas piernas.

Lo veo pasar en cámara lenta evaluando cada una de la facciones masculinas de su rostro. Mandíbula definida. Sus mejillas con dos muy adorables hoyuelos y un tenue rosa cuando sonríe; como ahora, labios suaves, rojizos, brillantes y carnosos, cejas pobladas y oscuras, nariz perfilada, espesas pestañas y ojos de un café muy claro que me hechizan por completo.

Sus ojos conectan unos segundos con los míos y miento si digo que mis mejillas no se coloraron hasta el punto de parecer un tomate. Finalmente terminó por desaparecer a través del pasillo y todo volvió a la normal rutina diaria: Vagar por los salones de clase en clase. Escuchar a las chicas balbucear una que otra obsenidad con respecto a Edan, y caminar de regreso a casa en compañía de mi amiga Tisha.

Nuestra amistad tenía muchos años de por medio, prácticamente una vida. Nos conocimos a los cuatro años, cuándo mi padre me llevó con él a una de sus tantas reuniones de trabajo, ella comenzó a ser mi mejor amiga desde que comió una parte del dedo de una niña que puyaba con el mismo los lados de mi barriga mientras yo lloraba y pedía que me dejará. Desde entonces, descubrí que íbamos al mismo kinder y ella empezó a relacionarse más conmigo, hasta el punto que su madre me consideraba una hija.

Todo cambió con su madre, cuando Xhara se enteró de ello, y me amenazó para que no volviera a ver a la señora Anahí.

—Oye Sapph, ¿Te gusta Edan, cierto?—habló muy rápido Thara, otra de las pocas personas que se relacionaban conmigo, además en algún momento tuvo algo parecido a una relación con mi hermano y desde entonces nos volvimos amigas.

Me quedé en blanco parada a la mitad del pasillo. Sé que estaba siendo muy obvia.

—Vale, te conseguí su número—  me codeó. Parpadeé repetidamente, incrédula. Por lo que tenía entendido él no le daba su número a ninguna chica.

—¿Como hiciste eso?

—De verdad fué muy extraño, sólo lo apuntó en mi libreta y advirtió que no se lo diera a ninguna de mis amigas o me metería en problemas. Pensé en qué lo querías así que aquí está— pasó el trozo de papel con un número. Mis manos temblaron cuando lo recibí.— Ahora vé y escríbele— susurró, su voz sonó cómplice y emocionada— vé, vé.— empujó mi hombro con el suyo y sacó mi teléfono del bolsillo trasero de mi pantalón.

Tecleó un par de números y luego me pasó el teléfono con un chat de WhatsApp abierto bajo el nombre de Papi Edan y un mensaje envíado de mi parte.

Hola cariño, seré una desconocida que pronto llegará a tu vida;). Eso decía.

Miré a Thara con terror, ella no podía haber hecho eso. No sonaba como yo.

—No me mires así que tú ni siquiera lo hubieses registrado. Además quería darle un aire misterioso— tenía razón en cuanto a lo primero. Ignoré el temor que sentía salir de mi corazón expandiendose por todo mi cuerpo. Thara aferró su brazo alrededor del mío obligándome a avanzar.

Que por favor no me bloqueé Diosito. Pedí mentalmente y le sonreí nerviosamente a Thara.

•••
No editado.

Desconocidos (PP#1)✔️ VERSIÓN BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora