Frank no quería volver a ser el hombre de un hogar, el marido perfecto que madrugaba para preparar el desayuno a su familia pero... había algo con Matt que le nacía hacerlo.
Siente a Matt moverse encima suyo, abre los ojos y lo tiene recostado en su pecho, con su mejilla sobre su clavícula y su brazo rodeando su cintura. Tiene sus ojos cerrados y un rostro tranquilo. Frank siente su brazo entumecido por debajo del cuerpo del pelirrojo pero no desea moverse, pues esta cómodo.
Lo aprieta contra su abdomen para acercar su cabeza y dejar un beso ahí, oliendo el shampoo de la noche anterior. Sonríe viendolo acomodarse más cerca suyo y subir su mano, aún dormido, para dejarla en un costado de su cuello.
Hay algo que Frank piensa y que le agrada bastante: ahora no ha tenido pesadillas. Ya no ve a su esposa morir frente a él, solo a Matt sonriendo y diciéndole cuanto le amaba.
Es maravilloso que poco a poco este sanando. Sabe que siempre tendrá el vacío que dejó su familia pero también sabe que puede volver a empezar una vida con Matthew.
Matt levanta su rostro y sus ojos permanecen en algún punto de la habitación. --Buenos días, mi amor.
--Hola. ¿Como dormiste?.-Murmura sobre su cabeza.
--Muy bien.-Se aprieta contra su pareja. --¿Me dices la hora?
--7 con 22 minutos.
--Debo estar en el estudio a las 9. ¿Desayunamos? Creo que haré panqueques.
--Yo los preparo.-Matt deja un beso en su hombro y se levanta para ir al baño.
Frank no puede evitar mirar el trasero de su pareja.
------‐-------------------‐--------