Viaje en el tren No. 15

Capítulo 3: El tren.

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Todo comenzó aquel día en la cocina, estaba preparándome un pan tostado con crema y mermelada de fresas, todavía recuerdo el olor del pan tostado recién hecho, ese olor tan peculiar y que disfruto tanto. Comencé a devorar mis rebanadas de pan tostado, cuando suena el teléfono repentinamente, me recorrió un escalofrío como si fuera una premonición de que después de esa llamada no podría disfrutar lo que me restaba de mi delicioso pan tostado. Trago grueso y me acerco al teléfono...

Era mi madre; me dijo que mi abuelo, mi abuela y demás familia habían muerto en un accidente cuando se dirigían a un paseo por las montañas, ya que era invierno en ese momento. Al instante comenzó a decirme que ella se había salvado por que iba en otra camioneta con mi hermano y su familia, detrás de ellos.

El accidente fue prácticamente un tráiler sin frenos tomó por sorpresa la camioneta donde iban mis abuelos y demás familia.

Solo logré preguntar si ella estaba bien, al igual pregunté por mi hermano y su familia, ella respondió que estaban con ella y sanos; se encontraban en la sala de urgencias revisando a los niños, porque se encontraban en un estado de shock. Solo alcancé a decir -- voy a tomar el primer tren para llegar con ustedes-- cuando sentí un dolor en mi pecho tan fuerte, que me obligó a colgar y tirarme al suelo.

Yo no había ido a ese paseo familiar por que vivía en un pequeño pueblo en las montañas de Suiza y ellos se encontraban en Alemania. Había tenido mucho trabajo esa semana, y eso me llevo a quedarme en casa para descansar.

Me recargué contra la pared y sentí la boca amarga y el estómago caliente. Rápidamente tomé mis ahorros para ayudar con los gastos funerarios. Salí a tomar un taxi y el primer tren que me llevara a la ciudad donde se encontraban.

En la estación a punto de abordar el tren, me percaté que este tenía el número 15 en cada uno de sus vagones, por lo visto estos estaban repletos de pasajeros. Me subí  y así comenzó mi viaje en el tren número 15. La travesía que cambió mi vida para siempre...

Tras varias horas de viaje – me percaté de que había un señor de la tercera edad enfrente de mí, lucía triste al igual que yo como si estuviera viviendo un duelo, entiendo tanto su semblante, esos ojos agachados que solo remarcan sus arrugas alrededor de sus ojos. El verlo solo me daba melancolía y me recordaba la desgracia en la que estaba envuelta. Eran aproximadamente 10 horas de viaje y era algo noche; yo seguía sin conciliar el sueño. Por suerte, traje unas pastillas para dormir, así que me tomé 3 (lo recomendable son máximo 2 pero realmente las 3 apenas me surgieron efecto).

Mi mente estaba en negro solo escuchaba gritos y llanto, súplicas, oraciones sentía que alguien me movía violentamente entonces desperté...