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Alanne Williams

Al salir del aeropuerto, en la entrada había alguien vestido de chófer, que ni siquiera conocía y estaba con un cartón que decía mí nombre. Y mirando a todo lados como si buscará a alguien.

Me acerco al hombre, y toque dos veces su hombro. Al girarse me mira sorprendido, ni sabía porque me miraba así.

–¿usted es la señorita, alanne Williams?– respondió, el chófer.

Me río a carcajadas, por la cara  sorpresa del chófer.

–si, en carne y hueso–dije– donde está mí abuela.

Al momento de decir mí "abuela", el señor palideció. Y eso me hizo preocupar.

–pasa algo, ¿malo?–respondí

El chófer negó y su respuesta fue inmediata.

–su tía la espera, en la mansión–respondió

Al momento, de decir eso sabía que todo lo integrantes de la familia estaba hay.

El chófer, me abrió la puerta de la camioneta y entre inmediatamente. Y la camioneta echó a andar.

No sabía cómo iba reaccionar, mí abuela después de tanto años sin verle. Ni sabía cómo estaba mí hermanos, mí tíos, mí primos. Al momento que estaba en Francia, y una llamada me llegó donde decía que la abuela estaba mal.

Mí abuela es y sigue siendo mí pilar, mí motor y mí todo.

Desde pequeña siempre, e sido la más callada de los cincos hermanos. Jamás me importó lo que pasará alrededor de ellos, fui feliz a mí manera de estar siempre con mi tía y abuela. Mí hermanos me odiaba, y no sabía porque trate una y mil veces de saber, pero la abuela que lo sabía todo,  siempre estuvo al margen de aquí y para haya. Mis padres que ni siquiera se de ellos, solo se que son empresarios. Mi tía que es hermana de mí padre siempre estuvo a mí lado.

No sé cómo se tomaran ellos al verme de regresó.

Miro hacia la ventana New York, es una de la cuidad grande. Solo veo edificio y edificio. Quiero creer que mí padres no me mandaron a un internado, donde solo estuve separada de mí supuesta familia, creer que lo hicieron por mí seguridad, pero no, son  tan malditos que solo me separo de lo que más amaba y sigo amando. Mí "abuela"

Cerré lo ojos, por un momento pensé en todas las cosas, bonitas que pase con mí abuela. Yo no conocía la palabra Amor, jamás tuve amor de mis padres, de mí hermanos. Era tímida y siempre lo fui. No sabía ni que era enamorarme, estuve en un internado de Francia. Donde pase la mayor parte de mí vida hay. Siempre tuve presente que era la que sobraba en la familia, solo conocí el cariño de mi abuela.

Te preguntará, que te a pasado. Te diré; no lo sé, si pudiera lo diría. Pero ni yo misma se lo que me pasa. Una parte de mí quiere creer que aún con mí regresó estaré con su amor,  es irónico pensarlo.

Aún recordaba, lo ojos frío de mí supuesto padre. Donde estuve con él en su oficina, diciendo «te quiero lejos, de mí familia»  y yo que era su propia hija, aún así me echó. Sin importar que estuviera lloviendo, la abuela al ver eso trato de frenar a mí padre. Pero no pudo, y ese mismo día mí abuela fue la que me envió con el boleto que me dio padre, hacía Francia. Y ahora con tan solo 18 años, vengo de regresó por mí abuela.

La camioneta freno, y hay fue donde abrí lo ojos. La mansión Williams era grande donde fueron de generación a generación. Era una mansión de dos pisos color blanco, con un jardín por fuera y una fuente en el centro del jardín, cada carro carísimo estaba estacionada cercas de la entrada de la mansión Williams, y un portón había afuera rajas negras, y una W grande en el portón del color Blanco, El chófer pito dos veces y el portón se abrió, para seguir y estacionarse en alado de un AudiR8.

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⏰ Última actualización: Jul 17, 2020 ⏰

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