Me sentía tan sola, tan sumisa de mis propios pensamientos, no podía hacer nada para evitar aquello, simplemente fingir que estaba bien. Podía estar acompañada de mil personas pero aún así sentía que no había nadie a mi alrededor, y eso apestaba.
Nadie entendía la guerra que tenía en mi mente, tenía tantas cosas a mi alrededor pero aún así sentía que algo me faltaba. Yo misma.
Quizá no tenía muchos problemas. Quizá mi vida no era tan mala después de todo. Entonces, ¿por qué sentía que estaría mejor muerta?. Quizá un simple capricho, quizá una verdadera necesidad.
En algunos momentos me sentía feliz, pero de pronto la tristeza seguía llenándome, poco a poco.
Quizá terminare muerta. Quizá siga viva y aprenda a vivir con el dolor. Por que sabia que este no se iría jamás.
Pero yo no quiero sobrevivir con el dolor, quiero vivir sin el.Quizá simplemente la vida no es para todos.
Quizá quiero sentir el dolor de la muerte, ver que hay después del deceso.
Quizá solo quiero llamar la atención de mi familia, pensar que si muero ellos me extrañarán y sufrirán mi perdida. Pero, muy dentro de mi, sabia que pronto se olvidarían de mi ausencia.
En mi vida me sentía atraída a la felicidad como a una polilla le atrae la luz, y luego, cuando menos lo pensaba, esa luz se apagaba.
Mi vida era como un rompecabezas incompleto. Cada pieza que no necesitara la desechaba en vez de encontrarle un nuevo lugar donde ubicarla, y luego, tardíamente, me arrepentía.
Las voces apuñalaban mi mente, y yo no podía controlar la hemorragia de emociones.
Pero aquí estoy, rindiéndome.
Trato de buscar un lugar en la vida pero ya es tarde, la soga ya apretó mi cuello."Dale una oportunidad a la felicidad"