- Mauricio camino por aquel espantoso lugar no le importaba que el fuego quemara sus pies, que más daba si se quedaría ahí.
mientras caminaba recordaba todos los planes que tenía cuando aún tenía vida, el sueño de enamorarse y de tener una familia pasaron de ser nada de la noche a la mañana todo por lo que había luchado dejo de existir, de pronto recordo a su familia y se puso triste al saber que nunca más los volvería ver, siguió caminado por aquel lugar tan espantoso no le importaba los gritos y suplicas de las personas tampoco el cómo los demonios y espectros torturaban a las personas solo siguió su camino.
cansado de caminar se sentó en el suelo sin importar que las serpientes o arañas pasaran por su cuerpo de pronto empezó a llorar, estaba cansado y el calor infernal que hacia ahí no ayudaba de mucho dejo caer sus lágrimas puesto que estaba en una situación complicada y no sabía cómo salir. Sus pensamientos solo daban vueltas y vueltas llegando a un solo punto " el cómo salir de ahí " pero no hallaba una respuesta para solucionar el problema de pronto sintió alguien acercarse a él y no le tomo importancia supo que eran los demonios para torturarlo y no se equivocó eran tres quienes rodearon a Mauricio.
El primero tenia cuernos en la frente, el cabello largo y maltratado, su cuerpo estaba deforme y tenía demasiadas verrugas, era delgado pero parecía tener demasiadas fuerzas, su mirada demostraba diversión y perversión.
el segundo era más bajo de altura que el primero este era demasiado gordo y tenía 3 ojos ,sus pies eran pezuñas de toro y el tercero era una mujer de cabello largo y oscuro como la noche, su piel pálida y unos labios rojos tal carmín sus ojos eran de un negro perfecto y ni hablar de su perfecto cuerpo, era un cuerpo que Mauricio nunca había visto a pesar de que algunas de sus clientas solían tener un cuerpo perfecto y ni hablar de sus amigas pero aquella mujer tenía un cuerpo magnifico, unos pechos perfectos y una cintura tambien,Mauricio se derritió ante lo que sus ojos estaban viendo y por primera vez sintió su corazón acelarse,era una extraña sensación que estaba apoderándose de su cuerpo por primera vez, se levantó debido a que los dos demonios lo tomaron de los brazos con tanta fuerza y lo llevaron hacia una taverna,estaba llena de piedras y de más demonios también habían cruces y en una de ellas subieron sin nada de delicadeza a Mauricio, lo amarraron con alambre de púas que se clavaron en la piel de Mauricio y hicieron que sangrara, una vez que él estaba amarrado aquellos dos demonios comenzaron a reír tan escalofriantemente, tomaron unas lanzas y comenzaron a picar su cuerpo y también a quemarlo y por más que su cuerpo dolía debido a las torturas no emitió grito alguno, observo a la mujer que estaba mirando la escena y se sintió avergonzado, ella lo estaba viéndolo débil y eso lo avergonzó pero no se quejó pese a que ya estaba cansado y adolorido, la tortura parecía no acabar y cuando estaba a punto de terminar la tortura volvía a iniciar, tenía sed y estaba cansado.
Por favor...no fue mi culpa, soy inocente.
.- aquella mujer lo observo y vio en los ojos de el sinceridad cosa que no había visto en los demás a los cuales había torturado, les pidió a los demonios que pararan y lo bajaran de aquella cruz, lo dejaron en el suelo y ella les pidió que se fuera.
Una vez que ambos demonios se alejaron ella se acercó a el.-
Eres el primer hombre que es sincero..
Todos piden perdón aquí ¿cómo sabrías que soy así?
No lo sé...siento que eres así
Cállate!!! tu no sabrías eso, solo eres un maldito demonio que se la pasa torturando a las personas, así que si solo te vas a burlar de mi lárgate no necesito tu lastima
.- Nahama se sintió herida por primera vez, pues era la primera el primer hombre que le decía eso y que no le tuvo miedo ella se sintió confundida y a la vez se sintió enojada.-
Tú no sabes nada...
.- lo que el había dicho hizo que ella recordara su pasado, se levantó y le dio una fuerte patada en el estómago para luego largarse de ahí,se escondió en su guarida y comenzó a llorar, hacía mucho tiempo que ella no lloraba, tal vez años, ella ya tenía tiempo en el infierno ya había perdido la cuenta de cuánto.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
