Dar su vida por el pueblo

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DEBE ESTAR DISPUESTO A DAR SU VIDA POR EL BIEN DE SU PUEBLO.

De verdad hemos intentado de todo. Creamos otros monstruo para atacar la villa, fingimos estar en apuros, ¡hasta Ramón se disfrazó de Arroyín para asegurarnos de que no perdonarían a un traidor!

Pero en cuanto lo vieron y pidió disculpas, por poco no le dedican una fiesta.

Es por eso que ahora estoy haciendo recortes nerviosos, dejando un recuerdo de cada cualidad que analizamos en los trolls. Cada uno fallido. ¿Acaso ninguno sería capaz de liderar? Esto me deja una gran enseñanza. Ser así de atenta con ellos los ha vuelto dependientes, cada problema que tienen lo dejan en la mano de los reyes. Por más que sea algo fácil y rápido de resolver.

Como reina, intentaré cambiar aquello. Lograré que cada troll entienda que puede valerse por sí mismo y que no todo tiene que pasar por mis manos.

Adoro ser reina, y es por eso que creo, que sería lo mejor para todos. Si me llega a suceder algo, ¿Qué harían? No pueden depender al 100% de mí, deben saber sobrevivir. Y no he podido encontrar a mi interino.

-¿Estas bien?

Ramón tan atento, luego de que termináramos la última prueba, se ofreció a prepararnos la cena en su búnker. De verdad es un muy buen amigo, todos los días logra que ese amor intenso que siento por él crezca sin límite.

-Ya hemos repasado toda la lista y nadie se ha destacado lo suficiente.

-Entiende Poppy que no estamos hablando de cualquier puesto de trabajo. Es tener una villa en tus manos, con cientos de vidas. Es una gran responsabilidad que muy pocos podrían cargar.

-Lo sé, desde el comienzo supe que no sería sencillo – murmuro mientras comienzo a comer. Pasamos unos minutos en silencio.

-Hay algo más que te está afectando, Poppy. Es raro que "silencio" y "Poppy" estén de la mano.

-Es que... tu crees que... ¿Soy una mala reina? Tu opinión más sincera –le pregunto. El deja los cubiertos a un lado y me toma de las manos para que vayamos a su habitación, donde se encarga de abrir el mediano tragaluz para que pueda ver las estrellas. Él sabe cuánto me relaja ver las estrellas que brillan.

-Nunca pienses que eres mala reina. ¡Nunca te viste a ti misma en la villa! Corres de aquí para allá, ayudando en todo lo que los trolls te piden con el tal de poner sonrisas en sus rostros. He visto los resultados de tu reinado y, Poppy, haces feliz a todos. Troll que ayudas es troll que sonríe. Le pones la dedicación y determinación que más te caracteriza. ¿La lista de tu padre? Pffffff, tú haces mucho más que eso.

Siento un dolor en la garganta, como si tuviera un dulce atascado que no me dejara hablar. Tengo los ojos llenos de lágrimas, ¡sí que saca mi lado más sensible! Me aseguraré de darle montañas de chocolate de agradecimiento.

El me da toda la confianza que necesito todos los días. Puede que haya tenido el peor día de mi vida, pero el siempre encontrará las palabras correctas para hacerme olvidar de mi realidad.

Y es en momentos como estos, en los que siento que solamente existimos solo nosotros dos. Acostados viendo las estrellas, que a simple vista se ve como algo aburrido, pero que tiene un profundo sentimiento por el troll con el que estás. El hace todo mucho más especial. Y es que simplemente parece tan natural que sus brazos estén rodeando mi cintura, o que mis manos acaricien su cabello.

-Oye, ChiquiRamón... ¿también sientes esto? – le pregunto.

-¿El qué?

-El ambiente. ¿No crees que es cómodo estar juntos de esta manera? Me hace sentir relajada.

-Si, también lo siento – con su mano corre mi rostro para que quedemos frente a frente. Sus ojos es algo que realmente me deja tonta – Pero no es al ambiente. Eres tú – no puedo evitar que una sonrisa boba salga de mis labios con un suspiro.

-Somos nosotros.

No hicieron falta muchas más palabras, era solo aceptar lo inevitable y lo que ya se veía a kilómetros de distancia. Aquello que nos avergonzaba de manera acaramelada pero que a la vez anhelábamos tanto. Ya no más indirectas tontas o momentos incómodos cuando sacábamos a la luz algún sentimiento.

Un beso, corto y tierno, lleno de emociones que guardábamos muy en lo profundo. Y que ahora no tendríamos miedo de demostrar. Me empalaga y derrite el hecho de que sus labios sepan a chocolate, sí que ama aquel dulce.

Va a ser mi perdición.

Mientras Ramón se encarga de limpiar todo lo que ensuciamos, repaso una vez la lista de mi papá. Decido que la búsqueda debe empezar desde el comienzo, y repetirla las veces necesarias para encontrar al reemplazo real ideal. Doy vuelta la página de mi libreta para leer nuevamente los nombres, hasta que noto algo muy curioso.

Mi corazón salta energético, comienzo a atar cabos y llego a una conclusión.

¡Era tan obvia la respuesta!

-¡Ramón! – corro hacia su cocina, estaba guardando algunos platos mientras en la otra mano sostenía su típica taza de café – Me voy a mi capullo, tengo una fiesta que planear – tomo su taza y bebo hasta el fondo, necesitaré energía. Dejo de nuevo la taza en sus manos, vacía.

- ¿Fiesta de qué? – pregunta mientras llena de nuevo su taza.

- Encontré al líder ideal – me bebo de nuevo su café, el bufa molesto, pero le dejo un beso rápido en los labios como recompensa. Nuestras caras arden en vergüenza - ¡te veo mañana en mi hongo para anunciar la noticia!

Reemplazo Real [Broppy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora