"Ellos son los malos"

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Las primeras horas de trabajo fueron un completo infierno para el castaño. Desde que Jeon llegó a la cafetería pudo ver a lo lejos el rostro decaído de su novio, esa peculiar sonrisa y brillo en sus ojos no estaba presente. Todo empeoró cuando el menor le dirigió la mirada y ni una sonrisa le regaló, ni siquiera un muy leve casi invisible. El rubio parecía cansado y triste, como si este también se hubiese quedado despierto toda la noche pensando en todo.

Toda la mañana se la paso buscando el momento adecuado para poder robarlo, esconderse y darle los mimos que seguramente necesitaba.

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No había nadie en la cocina, solo estaba el rubio lavando los platos, eso obviamente fue aprovechado por el castaño. No espero ni un segundo más para adentrarse en esta y tomar la mano de su pareja, no escucho las oposiciones del menor cuando prácticamente lo arrastró hasta su oficina. Esperaban no ser vistos, confiaban en que fuera así.

Ya estando a solas, los brazos del mayor rápidamente rodearon la figura delgada del contrario. Lo llevo hasta su escritorio, tomó asiento dejando al de cabellos rubios sobre su regazo. No tardó mucho en comenzar a darle caricias en su cabello y repartir besos en sus mejillas para que este calmará su respiración, al parecer se había llevado un susto cuando fue arrastrado de esa manera.

─Bebé, ¿pasa algo malo?─Pregunto enredando sus dedos en la cabellera clara, aún sin parar con las dulces caricias.

─Todo esta mal─Abrazo al mayor escondiendo su rostro en el cuello ajeno, olfateo ese aroma suave.─Estoy cansado... cansado de tener miedo, de estar ocultos como si fuésemos ladrones o monstruos feos. No somos monstruos, mucho menos feos─Esto lo susurro ya de forma infantil y formando un pequeño puchero─¿les hicimos algo malo? ¿por que dicen que Dios ama a todos y ellos nos tratan mal? Si son muy creyentes no deberían de hacer eso... estarían contradiciendo a ese señor─Suspiro evitando las ganas de llorar. No era momento de hacerlo.─Ellos son los malos.

Por más que no quería, no pudo evitarlo y el primero en romper en llanto fue él. Los brazos del rubio que se encontraban en la espalda contraria, se aferraron a la camiseta negra que este traía puesta. Parecía querer arrancarla o clavar sus uñas en la espalda contraria mientras lloraba con desespero.

Jeon no puso que contestar ante lo dicho por su novio, parecía no ser muy buen momento para decirle un falso "todo estará bien" no se van a engañar más, aceptarán su destino pero no se separan del contrario.

Las caricias no pararon, tampoco los besos sobre el cabello del rubio. Continuaron de esa manera hasta que el menor logró tranquilizarse del todo, su respiración ya estaba tranquila y un brillo triste estaba en sus ojos. Al parecer necesitaba desahogarse y llorar un rato entre los brazos de su novio.

─Si preguntan por qué estabas aquí─Rompió el silencio el mayor─, dices que buscabas convencerme para que te diese un aumento a lo cual obviamente me negué, ¿esta bien bonito?─como respuesta sólo recibió un asentimiento de cabeza y un dulce beso.

El resto del día fue igual a los otros. Después de aquella conversación la sonrisa del rubio volvió haciendo que el castaño se sintiera mejor y más tranquilo al saber que su novio se sentía mejor.

La rutina de todas las noches volvió a repetirse.

Me voy a poner a editar los capítulos anteriores, también les cambiare los títulos porqué si uwu 💕
Nos leemos pronto~

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⏰ Última actualización: Feb 19 ⏰

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