Odiaba esa sensación. Era como una especie de bloqueo, le impedía seguir escribiendo y si lo lograba terminaba escribiendo una porquería, según Nathe. Le costaba aceptar las cosas, sabía que debía tomarse al menos un tiempo para regresar con inspiración, también sabía que estaba escribiendo más por compromiso que por el amor que le tiene a escribir.
Suspiró con frustración y cerró la pequeña libreta que tenía en sus piernas. Alzó la vista para terminar de ver el amanecer mientras que se quitaba aquellos lentes redondos que solo usaba al leer o escribir. Sus ojos color miel se perdían ante el paisaje, sus largas pestañas hacían muy bien su trabajo pues no era necesario entrecerrar tanto los ojos, sus labios carnosos estaban puestos en una línea recta, claramente dejando ver la frustración del momento y sus mejillas estaba ligeramente rojas.
Se encontraba en el techo de su querida escuela, Nathe acostumbra a llegar muy temprano, le gustaba pasar tiempo solo admirando el amanecer mientras este cambiaba de colores conforme el sol emergía de entre las nubes. Era algo simplemente hermoso e inspirador. ¡Pero eso no le ayudaba en nada a seguir escribiendo!
Lo sentía como un hilo, aparecía mientras no tenía la vista pegada a su libreta, suspiraba y exhalaba profundamente, sentía que el hilo regresaba a su cuerpo poco a poco pero regresaba la mirada a esa odiosa libreta y !bam! el hilo salía más rápido de lo que había entrado. Ya le estaba empezando a agarrar un cierto odio a esa libreta.
—Me transmite paz ¿y a ti? —dijo una voz femenina detrás de él. Volteó a ver a la susodicha.
La reconoció en seguida, era de su grupito, no cruzaban muchas palabras solo lo necesario. No tenían una enemistad y tampoco una amistad, solo se llevaban porque sus amigos son amigos de sus amigos.
Lynn caminó hasta llegar a donde se encontraba él, dudó en sentarse a su lado, pero al final lo hizo, no era un total desconocido para ella así que no habría problema alguno. Acomodó su cabello castaño detrás de sus orejas, aunque con la presencia del sol se hacía ligeramente más claro, y lo miró con esos ojos cafés redondos.
—Lo mismo —respondió una vez con la vista al frente.
Échenle agua por favor, fue el primer pensamiento de Lynn. Reprimió poner los ojos en blanco y decidió cambiar de tema.
Nathe parecía alguien agradable e incluso un chico muy chistoso, pero con personas con las que casi no trataba era extremadamente reservado. Ella lo había observado en algunas ocasiones, el cómo se comportaba frente a sus amigos y cómo tomaba una actitud reservada frente a desconocidos.
—Soy Lynn...
—Brazel —terminó de responder por ella. Claro que la conocía—. Tu apellido siempre lo asocié con esa página...
Lynn comenzó a reír mientras Nathe se dio cuenta de lo que había salido de su boca sin antes pasar por su mente calculadora.
—Está bien —soltó una pequeña risa—. Me caes bien, pensé que iba a tener que ir por agua por lo seco que eres.
A Nathe se le escapó una sonrisa y bajó la mirada hacia su libreta negra, apenado por no haber cerrado esa bocota suya. Colocó a su izquierda la libreta y se volteó a su derecha con el fin de seguir conversando.
—¿Se arregló todo con Adam? —preguntó con cautela. Le encantaba el chisme, se alimentaba del chisme, el chisme era su mero mole. Aunque sacó ese tema a flote nada más porque quería seguir platicando con ella. Le agradaba su presencia.
—Obvio no, es un inútil —dijo como si fuera lo más obvio del mundo y con un tono de enojada—. No le voy a perdonar infidelidades, tuvo su oportunidad conmigo y decidió desperdiciarlas. Thank u next. Hay que ver el lado bueno, me voy a enfocar en otras cosas que tengo en mente, tengo unos proyectos muy buenos que espero desarrollar a más tardar este año —pronunció con los ojos brillosos, le encantaba escribir, nada le emocionaba más que plasmar sus emociones. Y se sentía tan libre en ese momento.
—¿Ah sí? ¿Cuáles...
Dejó la oración sin terminar porque una voz masculina lo había llamado desde lo lejos. Se tensó ligeramente, no quería que salieran rumores de que estaba ligando con la ex novia de su "amigo" en el techo de su escuela. Definitivamente al verlos así algunas cosas se malinterpretarían.
De un salto se paró, se despidió lo más rápido que pudo de Lynn y se juntó con su amigo no sin antes decirle:
—Nos vemos en nuestra mesa —le guiñó un ojo.
En verdad Lynn le había agradado.
A mitad de camino tomó una pose distinta a diferencia de cuanto estaba solo. Era como si estando solo bajara todos sus muros y al estar con amigos los levantaba, protegiendo una personalidad que Lynn quería descubrir. Seguro era aquel chico que demostraba ser fuerte, pero en realidad le encantaba leer novelas románticas, rió en sus adentros, eso parecía una historia de Wattpad.
Por el rabillo del ojo notó una mancha negra y que al verla mejor se convirtió en una libreta negra. Decidió ojearla un poco y casi se le salen los ojos al leer esa historia.
—Cálmate —susurró rascándose la cabeza con nerviosismo.
Regresó al inició de esa libreta y venían todos los datos de Nathe:
Nathe Micha.
@Ethan
"El brillo en tus ojos"
"¿Nacimos para amarnos?"
"Alessa y Doug"
"Un final feliz"
Casi se ríe con lo último. Sus historias terminaban de todas las maneras posibles excepto por el final feliz. Era una libreta casi nueva, con muchas ideas para crear libros, pequeñas anécdotas, recordatorios y claramente un lugar donde quejarse. Había reconocido esas historias porque en Wattpad saltaban a la fama muy rápido, aunque después su bandeja de conversaciones se llenaba de insultos y pidiendo casi de rodillas por otro final para sus historias, uno bonito, uno menos desgarrador.
Lynn se puso roja del enojo al leer aquel apartado donde se anunciaba "Personas que debo evitar en mi vida" y entre el mar de nombres se encontraba su usuario de Wattpad: Nyll.
Decidida a armar un escándalo y si se podía un pleito se encaminó hacia el chico. Al llegar hasta donde se encontraba lo agarró de su camisa con rudeza y lo sacó de su bolita. ¡No sabía lo que le esperaba!
—¡Tú eres Ethan de Wattpad! —pronunció después de llevárselo lejos y donde nadie escuchara lo que tenía que decirle—. Parale a tu ridículo odio hacia mí, y supéralo, ¡fue hace cinco años! —exclamó con el odio corriendo por sus venas. Sacó su libreta y se la puso en el pecho con la intención de hacerle un poquito de daño.
Nathe quien hasta entonces había estado pálido cambió su cara por una de reconocimiento y finalmente por una de odio. En efecto, después de cinco largos años la seguía odiando.
—Tú —susurró arrebatándole la libreta—, eres la asquerosa empedernida. Eres Nyll.
Claramente lo que iba a decir Lynn no lo había meditado con la almohada. Pero no se iba a arrepentir.
—Ayúdame a crear una historia —dijo acercándose un poco más—. O les diré a todos que tienes Wattpad —sentenció con una sonrisa de lado—. Tienes muchas, solo dame una.
—¿Qué te hace pensar que te daré una de mis preciadas ideas? —comentó algo enojado—. Ayúdame tú —la desesperación que sentía al hablar de sus historias se hizo presente.
Lynn no entendía. Al momento de que él pronunció aquellas palabras vio como una batalla se libró en su cabeza. Una idea se le vino a su mente, tampoco la consideró mucho.
—Oye —habló bajo y sin despegar los dientes, cruzó los brazos y dijo: ¿Y si... ¿Y si creamos una historia?
Lo que hago por mis fans, pensaron los dos casi al mismo tiempo.
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¿Y si creamos una historia? ||VERSIÓN 2020
ContoNathe quiere subir una historia a Wattpad pero la inspiración no llega. Lynn quiere demostrar el potencial que tiene cuando escribe. Pero no tiene ideas para una historia. Nathe odia a Lynn. Y Lynn odia a Nathe. Sin embargo su desesperación es tanta...