CAPÍTULO VII

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Vuelvo a la realidad.

Estoy dentro de la cafetería, hay personas sentadas en las sillas frente a las pequeñas mesas que llenan el local.

Me acerco a una de las mesas, está ocupada por Kyra que está con la mirada fija hacia la mesa y jugueteando con sus manos como si estuviera nerviosa o preocupada.

-Hola -le digo mientras acerco una de las sillas de otra mesa que estaba desocupada para poder sentarme-.

Kyra mira hacia donde yo estoy y se me queda viendo como si no me hubiera visto en 15 años.

-¡Krast! -Se levanta de su asiento- ¡Estaba preocupada por ti! Después de que te quedaste callada a mitad de la llamada -puso sus manos en mis hombros- me preocupé por ti y fui a tu casa. La puerta estaba abierta y no había nadie. Creí... Creí que te había pasado algo malo. -Me abrazó tan fuerte como no lo había hecho jamás-.

Respondí al abrazo.

Al abrazar a Kyra tuve una visión extraña, no logré ver bien lo que ocurría, todo pasó muy rápido. Cuando el abrazó terminó, la visión terminó junto con este.

Estuvimos un rato en la cafetería, le conté todo lo que había pasado, omitiendo las partes de las alucinaciones. Todo ha estado muy extraño desde que comenzó el ciclo escolar. O tal vez, desde que conocí a Edd.

Tengo la necesidad de hablar con él, hay tantas cosas que aún no le he preguntado, por ejemplo: ¿por qué la pizzería en donde se supone que él trabaja dice que no mandaron a nadie a la calle Washington? O ¿por qué salió de la comisaría sin despedirse? Tal vez él no tenga nada que ver con el hombre que robó aquel expediente, pero me gustaría preguntarle por ello también. Siento que él es el culpable de estas alucinaciones que tengo de repente.

Debería ponerme a pensar, ¿qué es lo que causa estas alucinaciones?

Me despedí de Kyra y fui directo hacia mi casa, al entrar, Edd estaba ahí. No sabía si estaba enojada, decepcionada o feliz, más bien yo creo que una mezcla de todas:

Enojada: Me había dejado ahí sola sin siquiera despedirse.

Decepcionada: Creí que él me sacaría de estar detrás de las rejas y sólo se fue sin más.

Feliz: Lo tenía frente a mi, había ido a mi casa a verme.

Pero ¿cómo sabía que yo ya había salido? Tal vez fue él quien pagó la fianza, pero aún así, decidí parecer molesta.

-¿Qué haces aquí? -le pregunté mientras iba al refrigerador-.

Había estado más de 24 horas encerrada sin el permiso de alimentarme.

-Quería saber si estabas bien -me respondió-.

-No lo estoy. Bien, ya sabes, ya te puedes ir -le dije eso pero en realidad quería correr hacia él y abrazarlo como nunca antes había abrazado a alguien jamás-.

-No me iré, en realidad, soy como tu Ángel Guardián -me dijo con una sonrisa pícara en su rostro-.

-¿Mi qué? -Levanté una ceja-.

-El oficial me dijo que yo tendría que estarte cuidando, era eso o un arresto domiciliario y creí que eso arruinaría tu reputación-.

-¿Cuál reputación? -Pregunté antes de llevar el bote de leche a mi boca-.

-Tu reputación de niña buena-.

Me despegué la botella al oír esas palabras.

-¿Crees que soy una niña buena?-.

-No lo creo, lo sé -afirmó-.

Negué con la cabeza.

-No me conoces -le dije-.

-Pero gracias a que soy el hombre más cercano a tu vida, yo te cuidaré y tendré que estar cerca de ti hasta que atrapen al asesino, eso me permitirá conocerte mejor-.

-¿Me vas a acosar? -Pregunté con una sonrisa incrédula-.

-No es porque yo quiera, es porque así lo pide la ley -se rió después de esto-.

-No me lo creo -susurré a mi misma pero aún así, me escuchó-.

-Ahora mismo tengo algo importante pero dame tu número teléfonico si no quieres tener que ir conmigo- sacó su celular del bolsillo trasero de su pantalón-.

- 818...

-Aha...

-006...

-Si...

-72-79

Mientras yo dictaba, el apuntaba. Al terminar eso, guardó su celular en donde mismo y salió por la puerta sin decir nada.

Estaba muy cansada, subí las escaleras y me quedé tirada en mi cama, trataba de dormir pero no lo lograba, estaba pensando en esa puerta y qué había tras ella, pero ni siquiera recuerdo de quién era esa casa.

Mi mirada está fija en el techo.

Antes solía pasar mis tiempos libres con Kyra, pero desde que se empezó a interesar por Veid, ya nada es igual. Siempre está con él, se la pasa hablando con él, y todo se lo cuenta a él, lo único que me cuenta a mi es lo fabuloso que es Veid y que está segura de que algún día se casarán y tendrán muchos hijos.

Cuando por fin comienzo a quedarme dormida, mi celular sonó. Era un mensaje.

"Te veré en el cine a las siete, veremos sinsajo; espero que te guste la acción"
Atte: Eddson James.

Bueno, por lo menos iría al cine esa noche. Me metí a la ducha y al salir me puse una blusa suelta y blanca, unos jeans dorados que combinaban con el estampado de la playera y zapatillas blancas.

Decidí dejarme el cabello suelto y mojado. Sólo me lo cepillé un poco. Por último, agregue un gorro dorado tipo "hippster" que tenía por ahí.

Ya eran las 6:30 p.m. Y no tenía dinero.

Mi tío, hermano de mi madre, me manda algo de dinero cada dos semanas porque sabe que no tengo idea de dónde está mi madre y prácticamente soy huérfana, pero aún faltan algunos días para llegar al décimo cuarto día y por ahora, no tengo nada.

Decidí emprender el camino desde media hora antes ya que el cine está algo lejos y no quisiera llegar tarde.

Hola, quisiera comenzar a subir capítulos un día si y otro no, para que tengan más contenido y no estén tan aburridos, y pues también para que llegue más rápido la acción y eso.
También esperaré a tener algunos votos o comentarios o más lectores para seguir subiendo capítulos.
Espero que les haya gustado:D

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