-¿Qué nos toca?- le pregunte a Mina. Ya había pasado una semana desde la llegada de los hermanos. Ya se imaginaran el infierno que había sido.
-Educación física-
-mierda- Como decir que odiaba a más no poder educación física, además de que era horrible en los deportes mi poco físico no ayudaba mucho, sin contar que todas las putas aprovechaban para tirarte pelotazos en la cabeza o burlarse de ti, lamentablemente tenían excusa. Puta vida. A diferencia de Mina, quien adoraba los deportes con su vida y me preguntaba constantemente porque no me metía a uno ya que eran muy divertidos.
La respuesta: Soy demasiado floja para eso.
Lo peor de todo: Hoy nos tocaba Futbol. Un rato después, nos encontrábamos en la cancha empezando el partido. Los hermanos estaban en el otro equipo, así que como dije, esto iba a ser la guerra.
-Muy bien chicos ya saben las reglas- y dicho esto toco el silbato y todos empezamos a jugar. Lo que odiaba de esto era que todos los chicos prácticamente presumían de su mejor práctica en futbol que las mujeres. Maldito machismo. El juego empezó bastante bien, hasta que uno de nuestro equipo se fue acercando al arco del otro, por lo que yo como delantera tenía que estar ahí. Mala idea. Se escucho a lo lejos al entrenador decir que le pasen la pelota a las mujeres, por lo que el que la estaba a punto de meter me la paso a mí, y yo como perfecta jugadora la patee al arco, aunque lamentablemente termino a la otra equina de la cancha por mi fallida puntería.
-¡Gracias Stevens!- me dijo el chico-La jodiste. De nuevo-
-Ese vocabulario- dijo el entrenador-que esperan, sigan el juego- todos reaccionaron y el equipo contrario saco un poco lejos, haciendo que todos los jugadores se dirigieran a nuestro campo. Yo respiraba con dificultad y paraba de vez en cuando para tomar aire. Definitivamente no tenía físico.
-Piensa rápido- dijo Kim, otra de las putas quien lamentablemente estaba en mi equipo. No estaba diciendo que todas las populares eran putas, porque no todas lo eran...solo la gran mayoría. Deje de pensar cuando la pelota golpeo mi mandíbula.
-Maldita... ¿Para qué me la tiraste si soy de tu equipo?-
-equivocación: Te la pase, pero parases demasiado estúpida como para reaccionar y patear una simple pelota.
-Que te den- dije dirigiéndome al capitán del equipo, Sam.-Oye Sam- le dije haciendo que se volteara-Consigue a alguien más, voy a ser defensa no se me da bien espom de ser delantera-
-No se pueden cambiar sitios-
-Por favor-
-No-
-Por favor-
-No-
-Si no me dejas cambiarme le digo a todo el instituto que te acostaste con la novia de...-
-¡ya bien tu ganas! Cambiate, intenta de que el entrenador no te vea. -Asenti con la cabeza y me cambie de sitio con la defensa, quien me lanzo una mirada asesina antes de irse. Yo solo le dedique una adorable-Falsa sonrisa. El juego continuo bastante bien, hasta que Connor se arco a nuestro campo con la pelota, y parecía que no se iba a detener hasta meter gol. Genial. Yo estaba de su lado por lo que intente quitarle la pelota, solo ganándome dos o tres patadas de su parte. Pasó de mí y siguió con la pelota. Oh no, si es que metía todos me iban a reclamar y eso era lo que más odiaba, por lo que corrí hasta donde él y cuando estaba a punto de patear al arco, me puse en frente del intentando quitarle la pelota. Pero llegue un poco tarde.
Segundos después me encontraba en el suelo, acabada de ser golpeada por la maldita pelota, otra vez. Me dio en la cara, por lo que mi nariz que se había mejorado volvió a sangrar.
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Entre secretos y verdades
Bí ẩn / Giật gânSoy una chica común y corriente. O bueno, eso creía. ¿Qué pasara si te enteraras de que tu novio te esta ocultando algo? ¿Y si te enteraras de que el no es el único en ocultar cosas? O aun peor, ¿si te enteraras de que has vivido en una mentira dur...