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El sol resplandece en la ciudad de Corea, un día demasiado bueno para pasear en algún parque con sus mascotas o familiares, o bueno, al menos eso piensa Jeon Jungkook, tan concentrado mirando el parque lleno de personas que se encuentra fuera del departamento donde se hospedará estos meses.
    Es la primera vez que hará un trabajo en persona, pero conoce muy bien las ganancias que éste socio le traerá.

— ¿Todo bien JK? ¿Nervioso por el socio?. — Preguntó Namjoon al entrar a la habitación de Jeon.

Este se volteó a mirarlo y asintió.

 — Demasiado, es la primera vez que haré un trato en persona y no me siento tan feliz que digamos. — Respondió Jeon al mismo tiempo que se sentaba en el sillón de su habitación.

Y como no estarlo, Agust D no es cualquier mafioso, es uno muy poderoso, no tanto como Jeon, pero si capaz de provocarle daños a su organización, es por eso que acepto hacer personalmente el contrato con él.

— No tienes de que preocuparte — Decía mientras se sentaba en el sillón de enfrente — ya te dije que puedo ir yo solo a cerrar el trato, Agust no es tan malo después de todo, supe que se caso aunque no se sabe con quien.

Si pensaba que eso iba hacer que Jeon se mantuviera tranquilo, pues se equivoco. Cerrar el trato con Agust sería como lanzarlo al éxito, solo pocos pueden lograrlo y el no sería la excepción, de eso se encargaría él.

— Agust dijo que quería verlo personalmente conmigo, —Recordó Jeon las palabras del socio por teléfono — Quiero ganar y si para hacerlo tengo que arriesgar mi fama de desconocido, lo haré.

— Bueno, pues yo estaré encantado de que vayas conmigo, me gusta la idea de que tu primer contrato en persona, sea con el gran mafioso Agust D — Felicito Namjoon al mismo tiempo que se levantaba del sillón para ir hacia la puerta — Nos vemos mañana, todo saldrá bien... Eres el mejor haciendo los trabajos.

El cumplido dejo más tranquilo a Jeon, aún así también se quedo con una duda.
    Sabe que el mundo de la mafia es muy peligroso para formar una familia, pero es demasiado extraño que nadie de los socios de Agust D sepa con quien se caso.

Bueno, aun así no es un asunto al que él le importe, solo quiere ganar ese trato y listo para volverse a esconder.

Jeon se dispuso a descansar y dejar a un lado sus nervios inútiles. Nervios que no son para nada inútiles, la vida todavía le tiene muchas sorpresas.

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A las afueras de la ciudad, exactamente en una gran mansión, bien resguardada y lejos de la multitud. Se encuentra un chico de lindos cabellos rosas, labios gruesos, rojos como una fresa, realmente hermoso para este mundo.
Se encuentra preparando una deliciosa malteada de vainilla mientras sus galletas se terminan de hornear.

— ¿Qué tanto haces en la cocina? No tienes por qué estar haciendo tú esas cosas, para eso están los empleados. — Le recordó una vez más su esposo.

Este dejó lo que estaba haciendo y se giro para mirarlo.

— Tengo manos, puedo hacerlo yo mismo Suga. — regaño su esposo — además, es solo una malteada y galletas, no me gusta mandar por pequeñeces.

El timbre del horno los interrumpió. El pelirosa tomo unos guantes y saco la bandeja de las galletas.

— Mañana tendremos invitados, es un nuevo socio — Anunció Agust D con tono de orgullo. — Él es muy importante, por eso lo invite a la casa, llegará a las 10 de la mañana.

— ¿Eso que tiene que ver conmigo?... Nunca me presentas a tus socios, no veo porqué tienes que decirme. — Dijo mientras colocaba las galletas en un plato.

Jugando Con Fuego. × KookMin ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora