Capitulo Uno

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Este relato comienza un año después de llegar una familia de comerciantes junto con su hija Lilia, la cual cumplía 17 años, y hacían un baile en su honor.

-Tengo un regalo para ti hija mía.-dijo su madre con voz tranquila mientras cepillaba el cabello de Lilia.

-¿Que es?.-dijo Lilia con tono de emoción.

- Un hermoso vestido.-dijo su madre mientras paraba de cepillar el cabello azabache de Lilia para traer una caja azul con un listón negro encima.

Al abrirlo Lilia se encuentra con un vestido rojo con mangas largas y un listón pequeño negro en el centro en la parte correspondiente del pecho.

- ¡Es hermoso,gracias mamá!.-dijo Lilia con gran entusiasmo abrazando a su madre.

- Te vez hermosa, más de un hombre te verá está noche.-dijo su madre con alegria.

-Es hora de que te reúnas con los invitados.- dijo su padre mientras tocada la puerta de la habitación de Lilia.

Mientras Lilia bajaba con los invitados,afuera se encontraban un joven minero con una mujer apunto de llegar a la puerta.

- Se darán cuenta de que no soy invitado.- dijo el joven minero llamado Armando con un tono de voz nervioso.

- No lo harán vienes conmigo y ese traje se te ve bien.-dijo la joven que la acompañaba

Al llegar a la puerta le preguntaron a la joven con quién llegaba.

- Soy María Valente vengo con mi prometido.-dijo ella segura de si misma ya que decía solo la verdad.

- Adelante.-dijo el que veía quienes habían llegado.

Al bajar Lilia recibió aplausos por todos y vio a su amiga María a lo lejos al mismo tiempo que vio a aquel joven que era un desconocido para ella pero al verlo siento algo era amor a primera vista eso no era posible a la vista de Lilia.

- ¡María!.-dijo Lilia con una sonrisa.

- Lilia,te presento a mi prometido Armando. - dijo María.

-Armando Alvarado.-dijo el joven haciendo una reverencia como se acostumbrada hacerlo.

- Lilia Herrán, un placer conocerlo tengo que ir a saludar a los demás invitados.-dijo Lilia haciendo también la reverencia pero sonriendo con mucho trabajo.

Fue con su amiga Sofía que estaba segura que sabría más sobre Armando no quería preguntar directamente a María.

-Gran tertulia que hicieron en tu honor.- dijo Sofía.

-Lo se, Sofía sabes sobre Armando Alvarado .-dijo Lilia con voz algo baja.

- Si,lo conozco ¿que hace el  aquí?.- dijo Sofía.

-Vino con María.- dijo Lilia.

-No es lo que parece,trabaja con mi padre es minero seguramente está con María por qué siempre busca alguna con dinero no te asocies con el.

-No lo sabia.- dijo Lilia.

-Ahora lo sabes.-dijo Sofía viendo a los ojos a Lilia.

Lilia pensó que estaba bien si solo trataba de olvidar sus sentimientos pero cada vez que pasaba tiempo con María que la acompañaba siempre Armando le empezaba a costar trabajo olvidarse de sus  sentimientos al mismo tiempo que le dolía verlos juntos pero tenía que acostumbrarse eran sus amigos para ella solo era cuestión que el reciente amor que sentía por Armando desapareciera los repentinos sentimientos de amor que tenía Lilia no duraban mucho tiempo o al menos eso creía ella.

Las semanas pasaban y sus sentimientos no desaparecían pero una gota termino por colmar el vaso.

Lilia fue a la casa de María para responder la invitación de la misma pero al entrar se encontró con una escena dónde ellos dos juntaban sus labios lo cual  hizo que perdiera su compostura que había llevado hasta ahora trato de recuperarla pero no pudo más.

- ¿Que sucede Lilia?- dijo María viendo como Lilia tenía los ojos algo húmedos.

- ¿Se encuentra bien señorita Lilia?- pregunto Armando viéndola a los ojos.

Lilia al ver los ojos de Armando la rompió más porque sabía que en ese momento sus ojos no estaban en ella solamente.

- Me tengo que ir pelee con mi madre, me empecé a sentir mal por lo que le dije.- dijo Lilia fingiendo una sonrisa y tratando de que las lágrimas no salieran de sus ojos.

- Pero acabas de llegar hace no mucho tiempo.-dijo María extrañada.

-Necesito ir a discúlparme con ella de inmediato.-dijo Lilia aún conteniendo las lágrimas.

- Entiendo, le diré a él cochero que te llevé.-dijo María levantándose de dónde se encontraba sentada.

- Espero,señorita Lilia que se reconcilie con su madre.- dijo Armando.

- Si,gracias por su preocupación hasta pronto.- dijo Lilia sin verlo.

Al arrancar el carruaje y despedir a María sus ojos desbordaron en lágrimas.Llegando a su hogar evito cualquier pregunta,subió a sus aposentos y se quedó ahí.

Se preguntaba que sería lo mejor que podía hacer  pensó que lo mejor sería no verlo ni dirigirle la palabra a Armando, rechazando  cualquier invitación dónde ella sabía que el estaría hasta que un día.

"Tan cerca pero tan lejos" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora