2. Se acercan los parciales

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Algo tambaleante tomé el teléfono.

—Buenas tardes, oficina Viride General ¿En qué le podemos ayudar?

—S-soy Mogami Kyoko, quisiera hablar con la abogada Mogami Saena

—Entendido, espere un momento

Hubo una música de espera. Era realmente raro que yo la llamase, lo más lamentable es que no sabía su número de celular.

—¿Kyoko?

—Hola, mamá...— dije algo decidida

—Hm...

—Disculpa que te llame desde el trabajo... sucedió algo y se rompió mi celular... m-me preguntaba si podrías ayudarme con uno nuevo

—Bueno... últimamente has tenido un rendimiento decente, así que te enviaré uno dentro unos días.

—¡Gracias!

—¿Eso es todo?

—Sí...

—Tengo que hacer, adiós.

Colgué el teléfono, su voz estaba algo temblorosa, apuesto que nunca pensó que yo la llamaría. Me sentí algo feliz al escucharla un tanto nerviosa. Por fin tenía asegurado un celular, necesitaba uno con urgencia, sobre todo por la alarma.

Ese mismo día al ser feriado tuve que hacer unos encargos, estaba murmurando una canción mientras buscaba con los ojos la lista de cosas que tenía anotada. Miraba los precios de dos salsas hasta que sentí una voz detrás de mí.

—Nos hemos topado dos veces y no me saludas

Casi doy un grito de horror al darme cuenta de que era sensei.

—¡L-lo siento! N-no lo había visto...

—Sí, claro... ¿todo eso vas a comprar? — sensei apuntaba hacia mi carro de supermercado a más no poder de cosas

—Ah... bueno, es que el chico que hacía los encargos enfermó, así que...

—¿Cómo?

—Cierto, sensei no lo sabe, pero vivo en una posada y me tocó hacer las compras de la semana

—Son muchas cosas, ¿de verdad las podrás cargar?

—¡No hay problema! Me dieron dinero para un taxi— dije confiada

Sensei delicadamente tomó mi carro y puso la canasta que llevaba consigo sobre este.

—Déjame ayudarte, sigue estando pesado

—Gracias, pero no es nece...

Tsuruga-sensei me ignoró y miró el papel que tenía en mis manos

—¿Qué sigue?

Resignada dejé que sensei me ayudara, pero me daba mucha vergüenza. Nunca imaginé que fuera tan amable y atento, siempre en clase tiene una expresión de pocos amigos.

—¿Vive cerca? — le pregunté mientras íbamos hacia los fideos, no quería que hubiera tanto silencio

—Así es, cerca de la estación

—Eh...— dije fingiendo que no me interesaba

—¿Y dónde está la posada?

—Está un tanto lejos, cerca del lago

—Ah... espera, creo que conozco esa posada...

Sensei se quedó un momento mirando hacia la nada.

Mi sensei era actor [Skip Beat] pausadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora