Fiebre de jueves por la noche

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Si, ahí estaba yo, con una toalla que cubría la parte inferior de mi cuerpo hasta los tobillos, un niño de 10 años el cual miraba a su mamá con desconcierto y vergüenza ¿Que esperaba que pasara?¿Que de repente todos mis problemas se arreglaran con solo pedirlo? Quería que así fuese, pues, sentía el fin llegar por aquella puerta con forma de mamá.

Por mi cabeza pasaban mil y un ideas, discursos, hasta formas de escapar de aquella incómoda situación, quería adquirir la habilidad de desparecer o de teletransportación, en verdad que no exagero en decir que me era imposible de creer lo que veían mis ojitos.

-Hola querido, veo que terminaste de bañarte, justo a tiempo, aunque planeaba dejar todo preparado para cuándo salieras de la tina, supongo que me entretuve con otras cosas - está bien mamá, no pasa nada ¿Esos son los.....? - señalaba a la bolsa notoria que cargaba mi mamá con su mano izquierda - ¡Oh si! Son estos, el vendedor me dijo que eran muy prácticos y cómodos para niños de tu edad, que te iban a ir de maravilla, además, no tienen diseños de bebe ¿Que opinas? - No pude evitar llorar en cuanto supe que me deparaba el destino, estando ahí me sentía expuesto, humillado, derrotado, sabía que era para facilitar las cosas con mi pequeño problema, pero dolía, no era físico, sino emocional, me quebró por completo y mamá se percató de ello, pues inmediatamente trato de calmarme, y solo me limitaba a abrazarme mientras yo seguía escurriendo lágrimas a chorros, no había paz en ese ambiente de muerte (estoy exagerando un poco, pero no era para menos) - tranquilo mi bebé, todo estará bien - ¿Bebé?¿¡Bebé!? Era justo esa palabra la cual no quería oír, no en ese momento, mamá debió notarlo, pues me volteo a ver con una mirada de, lo siento, yo no podía dejar de llorar; Entre gimoteos y arcadas de aire que daba debido a que mis fosas nasales estaban repletas de mocos, me calme de a poquito al mismo tiempo que mamá me daba más palabras de ánimo.

- ¿Ya pasó?¿Estás más tranquilo? - ujumm - murmuraba mientras asentía con la cabeza - entiendo que sea difícil para ti Noah, pero también lo es para mí, no me gusta verte así, eres lo más importante que tengo ¿Lo entiendes? Y por supuesto que voy a querer lo mejor para mi niño, por eso hice está compra que te servirá como ayuda - lo sé mamá, pero no quiero usarlos, son para bebes y yo no soy ningún bebé - lo sé Noah, lo sé perfectamente, pero solo será un ratito y por las noches ¿Que dices?

- Esta bien.
- ¿Seguro?
- si - dije a secas.

- Recuesta tu cuerpecito sobre la cama mientras yo hago todo, tu no te preocupes - ¿Puedo ver la bolsa? - claro que sí, mira, toma - Es cierto que eran un poco más grandes que los de bebé y no tenían dibujos infantiles, pero aún así eran pañales, pañales para niños grandes con decoraciones de coches y patinetas, inclusive tenían incluido el rango de edad y el peso ¿Para que poner el peso?¿Acaso un niño gordo tendría que usar más grandes? Eso me causo un poco de gracia, no pude evitar sacar una diminuta sonrisa - Ahh, vaya, al parecer te diste cuenta de que no será tan malo -  mamá lo dijo con una ligera sonrisa - nada de eso, solo pensaba en un mal chiste - lo que tú digas mi cielo, anda déjame quitarte esa toalla mojada - en ese momento mientras que mamá me quitaba la pieza de tela, me sentía muy avergonzado, tanto que mi cara se torno un poco roja, sentía que estaban al expuesto todos mis secretos, como si la CIA hubiese publicado cada uno de mis crímenes y todos se burlaran de mi a pesar de que solo estuviéramos ella y yo en aquel cuarto tapizado de arriba abajo con fondos de planetas y estrellas, ¿Habia algo más aterrador y vergonzoso que tú mamá viéndote desnudo sobre tu cama con forma de cohete espacial?
- Ummm... esta bien, voy a empezar, ¿Si? - Si - ahí estaba yo, contemplado las estrellas que se encontraban en el techo de mi cuarto, completamente desnudo, mientras mi mamá sujetaba mis piernas y pasaba lenta pero firmemente el pañal por debajo de mi trasero de 10 años, con gentileza y cuidado bajo mis piernas al tiempo que buscaba las asas de la parte delantera del pañal, ya puesta la parte frontal empezó primero por el lado izquierdo colocando el asa ajustada, claro, a la parte central delantera, una vez hecho esto repitió el mismo proceso del lado derecho - ¡Mira que lindo quedaste! Te quedaron muy bien, temia porque se ajustaran demasiado o no te quedarán, pero no nos tendremos que preocupar por nada ¡Que lindo te ves! - al parecer mamá no sabía ocultar su desdén por ver a su hijo en pañales.... de nuevo - vamos Noah, párate y dime cómo los sientes, enseguida te pongo tu pijama - yo lo hago mamá, no te preocupes - dije inmediatamente después de escuchar el "te pongo la pijama", era cierto que la sensación era rara y que mi entrepierna se sentía abultada, al principio trate de cerrar las piernas, claro, como lo haría a si usará calconzillos, pero no lo logré al cien por ciento, mi manera de andar era la de un pato o un cowboy del viejo oeste, solo me faltaban mi par de pistolas y un caballo, mamá notaba mi incomodidad pero solo se acongojaba por ver a su tierno hijo, como si fuera un espectáculo y yo fuera la atracción principal - mamá, esto es incómodo y me acaloro un poco - vamos Noah, te ves precioso, mi dulce bebé - ¡MAMÁ! - está bien, lo siento, me deje llevar por el momento, es que creces tan rápido.... - si, está bien - interrumpí - vamos ponte tu pijama y a la cama - dijo mamá - no se me dificultó en realidad ponerme la pijama, supuse que sería un mero reto, me alegra que no haya sido de tal forma -  listo, ahora a descansar que mañana tienes que asistir a clases - ¿Puedo no ir mañana? - ¿Por qué deberías de faltar? - Supuse que este acto vandálico que acababa de ser cometido en mi contra doblegaria a mí madre, que equivocado estaba - No me siento muy bien, además, estoy triste - esa no es excusa válida para faltar a clases Noah, y lo sabes - ¿Que les digo? tenía que intentarlo, a veces hay batallas que no puedes ganar - si, lo sé - bueno, descansa - espera mamá ¿Puedes poner la luz de noche? - cierto, casi lo olvido, ¿No quieres que te pase a Rexy también? - ¡Si por favor!, digo, si, por favor mamá, duermo  mejor con el - toma - lo decía mientras extendía su mano para acercar al pequeño dinosaurio a mi cama - gracias mamá - le decía al mismo tiempo que tomaba a mi compañero con ambas manos - a descansar entonces, dulces sueños y que duermas bien - se cerraba la puerta detrás suya.

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