03 | El Chico de los germenes

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28 de Septiembre de 1988

Lo había conseguido, oficialmente Samantha Puckett era una estudiante de la escuela pública de Derry, junto a su abuelo inscribieron a la niña en dicha institución días atrás y hoy por fin era su primer día, estaba nerviosa, obviamente era algo que no lo aceptaría y jamas permitiría que se le notase, pero lo estaba, nunca había sido una buena estudiante, ni buena compañera, ni presumía de la mejor conducta, pero gracias a esas cosas ahora esta aquí, su mamá se cansó de su actitud y aunque le doliera, era su culpa, tenía que cambiar y mejorar en el colegio, no se haría una nerd pero si trataría de progresar como alumna.

- Puta madre... - Exclamo desanimada, mientras caminaba a pasos arrastrados en dirección a la escuela, sera un año difícil para la rubia.

Después de reflexionar un poco más sobre los acontecimientos de su vida, la joven apresuró el paso para llegar más rápido y librarse lo más pronto posible del acalorado sol que hacía en esa mañana, 7:30 y el sol ya estaba arrasando con todo, era increíble, aunque sería más increíble si despues de este solazo, cayera una gran tormenta, el clima en Derry es raro despues de todo ¿no?

Sin más llego a la escuela y se detuvo en la entrada de esta, echó un vistazo al interior y vio como los pasillos del instituto estaban a tope de gente, niños y niñas de todos los grados pasando de aquí para allá, apresurados por el comienzo de las clases.

- Esto es un desastre... - exclamó la rubia dado ligeros pasos hacia atrás, con tan solo ver tal cantidad de gente ya se sentía agobiada, no quería entrar pero no tenia de otra. Finalmente ingreso y a paso veloz fue en busca de la cartelera que le indicara su horario y su primera clase, según le había informado la consejera el día en que vino a ingresarse como estudiante, dicha cartelera se encontraba al lado de la oficina del director, aunque desgraciadamente, Sam no recordaba donde estaba la oficina del Director de la institución, por ende tendría que encontrar una puerta con una pequeña plata en ella que diga "Director" y ese sería el lugar, o al menos eso pensaba ella, era lo más lógico.

Reviso cada pasillo sin mayor éxito, todas la puertas eran iguales, no había como diferenciarlas una con la otra, ni siquiera sabía si esas eran las aulas, ya que no había nada por fuera de estas que se lo indicara - ¡Este lugar es un desastre! - volvieron las mismas palabras que salieron de su boca cuando llego a la institución, pero esta vez refiriéndose a lo mal organizado que estaba todo. Ya harta de revisar el mismo pasillo decido cambiar y dirigirse a otro pero en el Cruze de esquina, estrello su cuerpo con el de otra persona, el cuerpo de un chico al parecer, ya que el choque no le permitió ver su cara pero si escuchar su voz, una voz aguda pero masculina quejándose por el golpe.

- ¿Eres un completo idiota? - Le grito Sam al otro ser mientras acomodaba su vestimenta, la cual se había arrugado un poco - ¿Yo soy el idiota? ¡Tu eres la que estaba casi corriendo sin darte cuenta por donde caminas, ahora nuestros cuerpos se han tocado y tus gérmenes están en mi! - Replico el joven igual de furioso y alzando la voz también, la chica al escuchar que le respondieron volteo su vista encontrándose con un chico de su edad, era bastante bajo, unos centímetros más abajo que ella al menos, tenía el cabello negro y bien peinado, unas pequitas adornaban su rostro, dichas pequitas que le brindaban cierta apariencia atractiva al joven, ya que contrarrestaban perfectamente con su cara Blanca - ¿Germenes? - dejando de lado los reclamos del chico y los detalles de su apariencia, la rubia confundida resaltó la última palabra que salió del joven, era la más llamativa.

- Si, germenes - repitió el pecoso - no se donde has estado ¿Y sabes cuántos gérmenes se acumulan en la ropa a lo largo del día? ¡Muchos! - sonaba paranoico a oídos de Sam - Es por eso que los abrazos son tan poco higiénicos, y gracias a tu torpeza, básicamente nos abrazamos y ahora tus gérmenes están en mi cuerpo - continuo el chico mientras roseaba sus brazos con algún extraños espray que le sacaría las bacterias - ¿Estas completamente loco? - Pregunto Sam, estaba impactada y su boca abierta lo probaba, este engendro básicamente la estaba llamando sucia, y no se lo creía - haber, primero que todo - inhalo aire - No me conoces, no puedes simplemente decirme estas cosas sin esperar que te golpeé en la cara - el Seño fruncido de Sam demostraba que estaba furiosa - segundo, soy muy higiénica, aquí como vez, me eh bañado dos veces ya y mantengo mis manos limpias para cualquier comida sorpresa que pueda aparecer - Levanto sus manos, enseñando las como prueba de sus palabras - y tercero... Estoy tratando de mejorar mi actitud y no causarles problemas a mi abuelo, así que amablemente te pido, que te vayas al carajo tu y maldito Spray antes de que los aplaste a los dos - La vena que brotó de la frente de Sam, era casi una sentencia de muerte para el chico si no se desaparecía del lugar inmediatamente.

- L-Lo Si-Siento - el miedo invadió el cuerpo del muchacho, mientras sus pies retrocedían a pasos temblorosos, causando que la chica suspirara cansada -《creo que me pase un poco》- penso - Cálmate, solo olvidemos esto y ya esta ¿si? - trataba de razonar calmadamente con el chico, sin recibir respuestas obviamente - Soy Sam, Sam Puckett, y soy de nuevo ingreso... - una sonrisa adorno su cara, sonrisa que a ojos del pelinegro, la hacía lucir muy linda, aunque el miedo no lo dejara hablar - ¿Como te llamas? - pregunto la niña - E-E-Eddie, Eddie Kaspbrack, estoy aquí desde primero... - el joven ya identificado como Eddie logró recuperar la postura y bajar los niveles de miedo, aunque su cabeza estaba agacha por la vergüenza que sentía.

Ya con ambos presentados el silencio inundó el pasillo, Sam seguía con su sonrisa y Eddie luchaba con poder levantar su mirada fallando en cada intento, estaba nervioso, y ahora con este silencio incomodo que se había formado sentía que en cualquier momento se podía desmayar, Sam por el otro lado estaba tratando de no estallar en carcajadas por la actitud del chico, parecía amigable aunque el tema de los germenes fue un poco raro, se veía que era buen chico, y también se veían claramente los nervios y la vergüenza que este sentía, así que ella misma decidió callar y ver si Eddie tenía el valor para continuar con la charla 《Veamos si te dan los huevos》eran los pensamientos de la rubia, mientras lo observaba detenidamente.

- Entonces... - pronunció Eddie con un tono de voz, muy, pero muy leve, aunque Sam lo escucho perfectamente - ¿si? - dijo ella alargando un poco su sonrisa - Eres nueva no, ¿estás perdida? - dijo finalmente levantando la mirada - Si, estoy perdida - Ahora era Sam la avergonzada - ¿y que estas buscando? - Ahora era Eddie el curioso (xd) - La oficina del director, se supone que esta al lado de la cartelera de los horarios, necesito saber cual es mi primera clase - Estaban entablando una charla casual - Oh, dejame ayudarte ¿si? - se le veía un poco entusiasmado - como disculpa por lo de los germenes... - suplico - Esta bien - volvio la sonrisa a la cara de Sam - Pues vamos! - Ahora era Eddie el que sonreía, tomo desprevenida a Sam pero le emocionó un poco ver al chico sonreír, y más desprevenida la tomo cuando el joven cogio una de sus manos y juntos empezaron a correr en dirección a la oficina del director 《Creo que decirle que mis manos están limpias si le afecto》Pensaba sorprendida Puckett, observando la nunca de Eddie mientras este la arrastraba con el.

- Pero me alegra que así sea... - la joven al parecer hizo un nuevo amigo.

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⏰ Última actualización: Jul 12, 2020 ⏰

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