El Demonio Azul

C A P I T U L O 04

¿Esto es un milagro ?

Si posiblemente si.

Aviso:

Esta mierda se va poner pornogafica.

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Esta vez fue el turno de Nagisa de sorprender a Karma. Aprovecho que le tocaba guardar las cosas de educación física en la bodega después de clases y que Karma trataría de sorprenderlo, para cerrar la puerta silenciosamente y quedarse a solas con el pelirrojo.

Karma no sabía lo que estaba sucediendo y eso le molestaba bastante, nunca había tenido que jugar al gato y el ratón sin tener en claro quien era quien. Aunque admitía que eso lo hacia un poco emocionante, no era algo a lo que está acostumbrado. En especial cuando quien es el gato se ve tan adorable e inocente. Sabia perfectamente que esa solo era una mascara y que lo más cercano a su verdadero ser era lo que había visto los primeros días después de su llegada.

Y lo peor es que le fascinaba, Nagisa es tan complejo y a la vez tan simple si sabes donde mirar y a que ponerle atención. Este chico era su perdición, estaba tan encantado con el que ya no podía evitar querer verlo todo el tiempo. También lo había intentado acorralar, porque el chico tenia que ver que el era quien dominaba en este juego, pero al parecer Nagisa tiene problemas con las figuras autoritarias. Nunca se quedaba quieto y no se dejaba dominar, el juego se había convertido en un "calienta, pero no te quemes" y Karma ya estaba ardiendo por dentro.

Por eso cuando le perta de la bodega se cerró detrás de él, supo que el no era el único que estaba ardiendo por dentro. Sintió unas manos acariciar su pecho por encima de su camisa y soltó una risa antes de azotar a Nagisa contra la pared con fuerza.

N- ¡Ah! Veo que estas ansioso.

K- Mmm... Tal vez, pero sé que tu estas igual.

Claro que lo sabía, su rodilla presionaba fuertemente el bulto delator en sus pantalones. No había forma de negarlo y ambos lo sabían, el juego estaba por acabar y ambos pensaban que serian los ganadores.

N- Tienes razón, ahora se un buen chico y termina lo que empezaste.

K- Jaja. Parece que hay que enseñarle modales al pequeño. No debes darle órdenes a tu superior, pero tranquilo que yo te voy a educar muy bien.

Nagisa no pudo contestar, no cuando una lengua invadió agresivamente su cavidad vocal y una rodilla empezó a frotarse contra su bulto en los pantalones. Karma no perdió tiempo y mientras atacaba a Nagisa empezó a atar sus manos. Sabia que si no jugaba sucio nunca ganaría este juego y definitivamente no quería perder.

Cuando termino el beso Nagisa sabia que estaba perdiendo, el beso lo había derribado por completo y los roces indecentes no le ayudaron. Definitivamente había escogido bien, nunca se había sentido así con ningún otro dominante y este con un solo beso ya casi lo tenia sobre sus rodillas gimiendo totalmente perdido en el placer.

K- Tranquilo pequeño yo te voy a enseñar todo lo que necesitas saber, pero eres mío ¿De acuerdo? Desde hoy seré tu amo, tu dueño y el único que puede tocarte. ¿Entendido?

Después de que Karma dijo eso en el oído de Nagisa ya no hubo vuelta atrás. Había ganado y nunca dejaría ir a ese precioso peli azul.

N- Si, amo.

Karma se alejó y tiro de la cuerda que sostenía las muñecas de Nagisa, lo guio a una colchoneta y con voz firme dijo:

K- Quítate los pantalones y los calzones. Te quiero de rodillas en medio de la colchoneta.