Los E

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Al entrar a mi habitación me encuentro con nada más y nada menos que - ¿Emmett, qué haces en mi habitación? - Adivinen, si, mi otro hermano, y no, no somos mellizos, aunque viéndolo bien nuestros nombres se parecen y mucho. No importa. Lo que realmente importa en este momento es que no vea la sabana morada con una gran mancha roja; capsup según Elle, que está tirada en el suelo justamente al lado de la cama, a unos cinco pasos de dónde se encuentra mi hermano. El cual tiene un cuadro en sus manos, chismoso.

Qué guapo soy, hermanita - Si, un cuadro con una foto de todos nosotros, una de tantas que tenemos; pero en esa salimos todos con caras graciosas - Aunque esa cara no me favorezca mucho. - Como han notado todos son unos egocéntricos. Hasta la pequeña Elle. Algo bueno hubiera sacado. Camino rápidamente a la sabana y la pongo en el cesto de ropa sucia. Tratando de que Emmett no se de cuenta, porque sé que si la llega a ver se burlará de mi por lo que resta del año.

Una vez la sabana fuera de su vista le hablo - Ya dime qué quieres Emmett, tengo que tomar una ducha y tengo mucha hambre. - Sip, no tengo mucha paciencia. Y menos si me están quitando tiempo para desayunar, ¡vamos! Eso que Elle estaba comiendo se veía delicioso. Aunque a mi mamá todo le sale delicioso; por algo es una de las mejores chef de la ciudad. Si, mi mamá tiene su propio restaurant y puede llegar a la hora que quiera, pero como jefa tiene que dar el ejemplo, ajá, aunque siempre llega a las 11 a.m. cuando el restaurant abre a las 9:30 o 10 a.m., y siempre sale antes que sus empleados. Ventajas de ser jefa, digo yo.

Emmett deja el cuadro en su lugar después de tomarle una foto, aunque no por qué si él la tiene en su celular, pero bueno. - Realmente no necesito nada, hermanita. - Cuando dijo eso, simplemente lo empujé hasta llevarlo a la puerta y una vez fuera de mi cuarto cerré la puerta con fuerza en su cara, literalmente, aunque me hubiera gustado que si se hubiera pegado con ella. Una vez mi hermano fuera de la habitación corrí al baño a darme la ducha tan esperada. Porque él no estaba perdiendo nada de tiempo, ¡hasta duchado estaba! Pero ya me las pagará el mendigo.

Pero qué despistada, no me he presentado. Mi nombre como ya vieron es Emma, soy la sexta de 8 hermanos, si, como leyeron 8. El mayor, el cual aún no lo conocen, Edward tiene 21 años y él ya va a la universidad. De ahí le sigue Evan con 19 años, se supone que el ya debería estar en la universidad pero el menso reprobó su penúltimo año y sigue en la prepa. Erika y Erick con 18 años, ellos junto con Evan van en el último año de prepa. Emmett es el siguiente con 17 años, aunque no lo parezca es todo un cerebrito, por supuesto uno muuuy flojo, va en el penúltimo año de prepa. De ahí le sigo yo con 16 años y es mi primer día en prepa, por lo cual estoy súper nerviosa, aunque no tanto ya que tendré a 5 de mis hermanos, si 5. Después de mi le sigue Ethan, con 15 años, el está en su último año de secundaria. Nuestra escuela es de esas en donde secundaria y prepa esta toda junta, claro cada grado les toca diferentes materias en diferentes niveles, pero todos nos juntamos en receso y en los pasillos; está toda revuelta pero a la vez no. Ya saben yo me entiendo. Por lo cual veré a Ethan en los pasillos, por eso decía que 5. Y por último está la pequeña Elle con 6 añitos, realmente no fue planeada y llegó de sorpresa para todos. Aunque ninguno de nosotros fuimos planeados, ni Edward que fue el primero. No se dejen engañar con su carita de ángel, es un lobo disfrazado de oveja. Pero bueno, físicamente déjenme decirles que todos somos guapos. Sisisi y egocéntricos. Ah si, faltaba papá y mamá. Papá es un abogado muy conocido en la ciudad, todos dicen que es un enojon pero si supieran que en casa se comporta como un niño dejarán de pensar eso al instante, bien sabemos que por su trabajo tiene que ser serio, pero con nosotros es un amor; claro cuando se enoja se enoja, como mamá. Papá se llama John y tiene el cabello castaño claro; ojos grises, mide 1.80 y es de tez clara. Mamá se llama Katherine y es rubia con unos ojazos marrones claros como la miel, mide 1.69, y tiene un cuerpo que todas quisiéramos tener cuando tengamos su edad. Tanto mamá y papá hacían ejercicio cuando eran jóvenes, de hecho se conocieron en un gym, si que inspirador ¡patrañas!, su historia es algo cómica, mi mamá sin querer le tiro una pesa; por accidente según ella, al pasar por su lado. Y ahí se conocieron, tuvieron citas, se dieron cuenta que iban a la misma universidad, se pelearon, terminaron sus carreras casi al mismo tiempo, se reconciliaron, volvían a pelear, se volvían a reconciliar y así se la pasaban; digamos que papá fue todo un Don Juan en su juventud, el caso es que en uno de las tantas reconciliaciones llegó al mundo Edward. Y pues se tuvieron que casar, obligados, aunque ya se amaban, pero los ciegos no se daban cuenta. Y ahorita viven muy felices y tienen mucho éxito en sus carreras. Bah, como todo mundo quiere que sea su vida. Les va tan bien en sus trabajos que ganan mucho y les da para mantener a sus ocho hijos y hasta comprarles todos los caprichos que quieran... queramos más bien dicho. Ah si, mi mamá tiene 44 años y mi papá 46. Casi todos son rubios y digo casi porque los únicos con cabello castaño claro aparte de papá somos Edward, Evan y yo. Los demás son rubios. Edward, los mellizos, Emmett y Elle tienen los ojos grises. En cambio Evan y Ethan los tienen color miel. Y yo soy la única detergente, digo divergente, tengo heterocromia, un ojo color gris y el otro color miel, la rara de la familia dijera Ethan.

Una vez bañada escojo mi ropa, cómo voy un poco atrasada de tiempo simplemente agarro una sudadera negra, unos jeans de mezclilla y mis adorados Vans negros, y por supuesto mi ropa interior. Una vez cambiada simplemente me desenredo el cabello, agarro mi mochila y bajo.

Al llegar a la cocina no veo a nadie por lo que rápidamente me dirijo al comedor, donde me encuentro con todos menos a Edward, ya que como el muy mendigo entra hasta las 9 a la uni, debe de seguir durmiendo.

Buenos días, hermosa familia - Mientras digo eso le voy dando un beso a cada uno en la frente. Al llegar con papá le doy un abrazo y un beso en la frente, lo mismo hago con mi mamá, la cual está a un lado de papá.

Emma, siéntate sólo tienes 10 minutos para desayunar - Y así como mi felicidad vino al ver la comida así mismo se fue. Simplemente fulminé con la mirada a Emmett y me puse a desayunar lo más rápido posible ya que todavía me falta lavarme los dientes.