C a p í t u l o Ú n i c o

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Pareja: Bakugo y Kirishima.

Fandom: Boku No Hero Academia.

Universo Alterno [AU-Medieval]

Contenido Adulto: No.


El tintineo producido por los cristales de hielo golpeando las paredes del vidrio de su vaso parecía tan estridente esa noche mientras que él, parado con los codos recargados sobre el balcón, miraba hacia el horizonte.

El sol agonizante daba sus últimos rayos tras las altas murallas que rodeaban el reino y Bakugo solo pensaba en lo increíblemente lamentable que era.

Suspiró.

Si ponía la suficiente atención, a sus espaldas se podía escuchar la suave música producida por la orquesta, con una melodía alegre y danzarina. Torció levemente sus labios en un intento de sonrisa.

Cuando los últimos rayos de sol golpearon su rostro, y la larga capa roja que descansaba sobre sus hombros ondeó levemente, una calidez le embriagó el cuerpo a la par que un estremecimiento arrasó su ser.

Cerró los ojos.

Los abrió.

Parpadeo lentamente.

Pero el sonriente rostro del pelirrojo no abandonaba su mente.

Rendido, se permitió el placer de soñarlo una última vez más, a escondidas, donde sólo él podía juzgarse por aquellas impropias acciones.


Su mente ya no estaba ahí.


Un paso, dos pasos, rápido.

Estaba corriendo.

De repente se vio entre largos y altos pasillos adornados de caros y frágiles objetos, entre tapices y cortinas espesas. Está persiguiendo la trayectoria de una carcajada bailarina que huía de él.

Apretó el paso. Un grito salió de su boca. Oye risas infantiles.

"¡Kirishima!"

Saboreó el nombre de nuevo. Kirishima. Que bien sonaba decirlo. Tan dulce, tan suave. Subía un cosquilleo por su garganta y un entumecimiento se hacia persistente al pronunciar la última sílaba.

Esta a escasos centímetros de tocarlo, de tenerlo. Se estira. Un poco más. Solo un poco...

Justo antes de alcanzarlo los brazos de aquel pelinegro crecen y se engrosan. Su altura aumenta y la suave voz ahora se endurece, pero contrario a lo que esperaba, cada nota que él dice seduce su oído.

Parpadea, y de soslayo se obliga a mirar sus ojos. Muchas veces se ve pretendiendo escuchar lo que el otro dice cuando su concentración está en el vaivén de sus pequeños y rosaceos labios que dejan entrever unos molares filosos, tan peligrosos, atractivos...

Siempre le han recordado al durazno.

Sus labios.

Muchas veces se ha encontrado fantaseando si es que serán tan tersos como la fruta. Si es que acaso serán tan dulces como el jugo que escurre por las comisuras de los labios ajenos cuando es primavera y la primera cosecha llega, y con sus blancos dientes rasga la pulpa de ese fruto tan maduro, tan delicioso... Bakugo peleó por mantener sus ojos en algo más que no fuese ese dulce líquido cristalino escurriendo por la comisura de la boca del otro. Se pregunta si es que con esa misma vehemencia morderá sus labios, y si es que con esa misma lengua profanada el sabor de su boca. Se pregunta, además, como lo hará, si será rapido y nervioso, o por el contrario profundo, lento, como queriendo grabar en su mente la forma de su boca. Se pregunta si es que sabrá a durazno también...

Slow Dance With You || KiriBakuShimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora