They are destined.

Capítulo 2: Encuentro.

T/N:
(2 meses después)
Por décima vez reviso las maletas de nuevo, ya que sé, por experiencia propia, que cada vez que me voy de la casa por más de dos días, por mucho que revise si todo está en perfecto orden, siempre habrá algo que se me olvida -la última vez que eso sucedió había ido a la casa de la playa de Paula durante las vacaciones y había olvidado empacar el visor y el tubo respirador. Needless to say que mis planes de buceo para ese verano fueron directo a la basura, nevertheless, Paula encontró la forma de alejar mi mente de esos pensamientos. 'Voy a extrañar a Paula.'

Sin embargo ahora me voy de casa durante un año, y no puedo darme el lujo de que se me quede algo. Lo único que me gustaría es que mi madre me olvide y vaya sola al aeropuerto -y considerando que soy yo la que debe subir al avión, los chances de eso ocurriendo son muy escasos-.

En estos momentos no sé ni como sentirme. Estoy a pocas horas de cumplir mi mayor sueño, pero claramente ni las condiciones ni el momento son adecuados. Dejar a mi mamá no estaba en mis planes, tampoco estaba hacerlo a los 16 años, no obstante, cuando volví ese día de hablar con Min Ah, ya ella había decidido por mí, y había decidido enviarme a Seúl sin consultarlo conmigo. Siempre supe que la decisión no era mía para hacer, pero no pensé que iba a ocurrir de esa manera.

'Mejor méteme en una caja y pégale: frágil, seguro que llego de todas formas.'

Para ser honesta, pensaba que ese día, cuando le hablara a mi mamá de mi idea, ella iba a llorar, a gritarme o acusarme de mala hija, quizás una combinación de los tres. Me había quedado un rato caminando por el barrio pensando en cuál sería su reacción, pero no esperaba encontrarme a mi madre con mi comida favorita preparada y con la noticia de que iba a cumplir mi sueño al menos 10 años antes de lo esperado.

Cierro los ojos tratando de pensar en las millones de razones por las cuales mi mamá tomaría esa decisión, la verdad es que las cosas entre nosotras han estado tensas desde ese día, sabiendo que tenemos un tiempo límite juntas, tiempo que no alcanza para decir todo lo que queremos decir, pero que aún así, no vamos a decir.

"T/N, espero que ya estés despierta." Es el grito de mi madre detrás de la puerta lo que me despierta. Ni siquiera recuerdo en qué momento había quedado dormida.
Mi reloj dice que son las 8:15, debo estar en el aeropuerto al menos a las 9:30, y mi vuelo a España sale a las 12, estaré tres horas allí de escala y soló podré dar una vuelta por el aeropuerto, sin oportunidad alguna para conocer la ciudad. Aunque quizás me arrepienta y me vaya nadando. O de seguro se me va el avión a Korea -sin querer, claro-, y me quede caminando por las calles de España.

'No es mala idea.'

"T/N."

8:30 y todo lo que he hecho es estar sentada en la cama mirando a la nada y pensando en las diferentes formas de -no- llegar a Korea sin que mi padre influya en eso.

"YA VOYYYYY."

Salgo de mi cuarto y entro rápidamente al baño, me meto debajo de la ducha y dejo que el agua caliente borre los malos pensamientos de mi cabeza. No más de 5 minutos después salgo del baño -gracias a Dios- con la ropa que había preparado desde el día anterior, pantalones blancos y una blusa azul. Traté de secarme el pelo pero los gritos de mi mamá me obligaron a dejármelo suelto esperando que se secara en el camino.

Bajo las escaleras arrastrando las maletas y veo a mi madre esperando por mi sentada en el amplio sofá. Ella toma una de las maletas y me da una bolsa con una manzana y un ramo de uvas -con uvas del tamaño de al menos una tapa de pomo de agua-, los cuales deben sustituir mi desayuno.

Ella me mira unos segundos con esa cara exclusiva de las madres para sus hijos y me comienza a acariciar la cabeza, sus dedos mojándose con el agua en mi cabello. Antes de que supiera lo que estaba ocurriendo, ya nos estábamos abrazando, tan fuerte que no podía respirar bien, y aún así no me importaba, hoy sería el último día que la vería en al menos un año, así que nada importaba si mi último aliento lo daba en sus brazos.