Melodía

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MIKASA

Por fin había terminado con la oficina de Hange, que por cierto era un completo chiquero, así que me dirigí hacia la de el capitán; me sentía cansada ahora entendía lo que era llenar papeleo todo el día, me generaba un cansancio mental muy molesto. Entré, el capitán no parecía haber llegado, después de media hora ayudando con los reportes, sí solo eso ya que la oficina era la más pulcra que había visto, nada que ver a comparación de la anterior. Después de estar un rato en su silla, me paré para mirar a mi alrededor no es que me guste husmear en las cosas de los demás pero el capitán siempre ha sido muy reservado, así qué tal vez podría descubrir o saber algo más sobre él.

Revisé por todas partes hasta que encontré una guitarra, tenía un nombre escrito en un costado Farlan debía ser un amigo del capitán o eso supuse. La guitarra me recordó a Ban, amaba la música así que un día compré una guitarra para él, debía ser robada de la superficie, instrumentos como estos solo pertenecían a personas adineradas que gozaban de privilegios, por lo que sabía que el tipo que la había traído al subterráneo debía haberla conseguido robando. Farlan aprendió a tocarla y nos enseñó, una serie de recuerdos volvieron a mi junto a él y Liz. Por último llegó una melodía que solía cantar mi madre para mi y mi padre, todos ellos de alguna manera me enseñaron algo; una lágrima de escapo por mi mejilla. Pare de pensar en eso, caminé hacia la ventana con la guitarra en mi mano y me animé a tocarla.

Termine de tocar al sentir una presencia atrás mío, no entendía cómo no lo había notado; Kenny me enseñó a siempre estar alerta, con todos mis sentidos al máximo. Esa persona era el capitán, me alarmé y hice el dichoso saludo, los pasos de el capitán eran más silenciosos de lo que esperaba.

-Capitán... yo...- observe la guitarra en mi mano, sentía miedo por la reacción de la persona frente a mi-Lo siento.- sentí vergüenza, no sabía cuánto tiempo llevaba ahí.

-No sabía que te gustaba la música.- parecía interesado.

-Algo así... en seguida termino con el papeleo.

Deje la guitarra en su lugar para tomar la silla que se ubicaba al otro lado del escritorio. El simplemente se dedicó a observar.

-Ya es hora de cenar, baja.- Aún me faltaba un poco para terminar pero irremediablemente tenía hambre.

-Sí capitán... ya estoy a punto de terminar.- su mirada siempre igual de inexpresiva pero últimamente la notaba un poco diferente.

-Iré por una taza de té. Tu comerás y volverás para terminar.- asentí para seguirlo hasta el comedor.

Al llegar ya se encontraban todos en una mesa, hoy los encargados de la cena eran Gunther y Erd por lo que hablé muy poco con el rubio, solo lo pude saludar esta mañana pero extrañamente se comportaba como si estuviera enfermo, casi no me miraba a los ojos y justo cuando toque su mejilla se enrojeció aún más, después de verme esta mañana salió de la oficina de Hange con el rostro enrojecido, quería preguntarle sobre su salud. Cuando notaron la presencia del capitán y la mía, fue aún más extraño ya que Auruo escupió su comida con la cara también roja, Gunther miró hacia otra parte, Erd se puso igual que en la mañana y Petra sonrió un poco ¿triste?

-¡Hasta que al fin aparecen!-La mayor Hange se dirigió a nosotros como siempre, alegre.

-Después de todo te la jugaste con tu apuesta.-el capitán no precia tan molesto con Hange.

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