Noches Nubladas

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Capitulo único

Alivio de existir, alivio de estar vivo, eso es algo que ella no siente en este momento.

Otra derrota, otro fracaso, ¿por qué ella siempre es tan débil?

Todo lo que se propone, termina en un fiasco, y eso nunca a podido soportarlo.

El dolor de la derrota es algo que suele tolerar, cuando quiso ser entrenadora, la pérdida era su mayor compañía, ella lo recuerda bien, en ciento veinte combates, solamente un par de ellos fueron victorias.

Por ello, la decisión de rendirse no fue difícil de tomar, el caer y volver a levantarse se había vuelto demasiado frustrante y tedioso de soportar.

Pero le quedaba una opción, ser artista pokémon, su experiencia en batallas sería de utilidad en los espectáculos, y si quería seguir dedicándole su vida a los pokémon, esa era su última oportunidad, si ella se rendía...

La pobre chica tendría que cumplir su promesa, esa maldita promesa según ella, la cual decía que sino encontraba algo que logrará ser buena, o mínimamente perseverante, tendría que volver a casa y ocuparse del negocio familiar.

Por esa razón ella odiaba a su madre, solo le importaba que tuviera un futuro bueno, pero no visto desde la felicidad, sino desde el entorno financiero.

Ella quería vivir junto a los pokémon, vivir aventuras, llegar a ser una gran entrenadora, quizás líder de gimnasio, o en el último recurso que le quedaba por utilizar, llegar a ser reina de Kalos. No ser dueña de una empresa, eso no estaba hecho para ella.

Con eso en mente, y determinada a cumplir con este último intento, ella iba a lograrlo, Miette estaba segura de que iba a conseguirlo esta vez.

Vendió pokelitos, además de otros dulces para abastecerse y conseguir los recursos para los espectáculos, también capturar otros pokémon.

Preparo varías coreografías, quedándose con la primera que había logrado idear, con ella y sus pokémon, ¡logro quedar primera en su primer espectáculo! Esa fue la primera vez, en mucho tiempo que pudo sentirse realmente feliz. Ella de verdad podría ser buena en ello. Dado a qué en el segundo y el tercer espectáculo que participó, quedo primara nuevamente.

Había encontrado su vocación, la cosa en la que ella podía destacar y ser feliz, la actividad la cual le permitiría no tener que trabajar en una empresa que odiaba, ¡era el momento en el que Miette podría brillar!

Eso fue hasta que ella la conoció, esa novata pelimiel, la cual sería protagonista de sus pesadillas, la persona que sin importar que pasará lograba superarla poco a poco, todo el esfuerzo de meses, cada vez quedaba más enterrado por culpa de esta chica.
Serena, fue el nombre de la chica, la cual Miette consideraba su rival y enemiga a vencer, no importaba como, no iba a permitir que una niña salida de la nada, le quite su oportunidad de poder brillar. Ella no iba a permitir que le quiten lo último que le quedaba.

Pero, como todos sabemos, el mundo puede llegar a ser mucho más cruel de lo que imaginan...

La peliazul, se empezó a esforzar el doble de lo habitual, llegando al punto de no dormir por días, solamente para tener todas las presentaciones preparadas, a veces comiendo menos de lo que debería, todo con un simple pensamiento.

"¡Tengo que ser Reina de Kalos, no importa nada más!" Ese simple pensamiento, llevo a esta pobre chica al abismo del cual, cada vez se iba hundiendo poco a poco, puede que ella haya ganado un par de concursos más.

Pero no importaba, Serena siempre iba a estar un paso delante de Miette, sin importar cuánto se esforzará, la pelimiel la sobrepasaba sin mucho problema. La peliazul la vio varias veces practicando, los entrenamientos no duraban más de hora y media; eso le daba rabia a nuestra chica, dado a qué lo que ella y sus pokémon lograban en cinco horas, su rival lo conseguía en menos de la mitad del tiempo.

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